24 de noviembre 2017.
Sala Cool Stage
Extraña sensación de deja vu la
vivida el pasado viernes en la remozada sala Cool Satage de Madrid tras asistir
apenas cinco o seis meses después a la actuación de las dos bandas que
componían el cartel del evento. En primer lugar los navarro–castellanos XTASY,
una formación a la que tuve ocasión de ver por primera vez en este mismo local
a primeros de mayo dentro del Hard Rock
Attack Festival junto a Guru y 7 Almas, dejándome entonces una buena
impresión algo ensombrecida por los numerosos problemas de sonidos que
sufrieron. En esta ocasión se quitaron un poco esa espina aunque tampoco acabaron
de sonar todo lo redondos que creo que podrían hacerlo.
Este déficit de sonido vino sobre
todo por lo bajo que se oían las guitarras de Jorge Olloqui y Chema
Herrero durante bastantes partes del concierto, teniendo más presencia por
momentos, aunque no tan exagerada como en el citado festival, el bajo de David Clavero y la batería de Manuel Sicilia, quedando Silvia Idoate como magnífica maestra de
ceremonias cantando muy bien sin parar de agradecer y animar al escaso púbico
que estuvo desde el principio para ir aumentando paulatinamente hasta llegar a
los doscientos asistentes aproximadamente con los cabezas de cartel.
En cuanto al set fue muy similar
al de hace unos meses, abriendo tras una breve intro enlatada con la enérgica
“Broken Heart” que sonó un poco saturada mejorando durante su desarrollo con un
buen solo de Chema rodeado de buenos
coros algo apoyados al igual que los teclados grabados que aparecieron a lo
largo del show. Sin descanso atacaron con uno de sus temas más claros y
recordables “One In a Million” metiéndose su melódico estribillo a la primera
con una Silvia excelente.
Siguieron con otro de los
momentos destacados de la noche con “Under The Gun”, con los teclados dejándose
notar disparados pero quedando bastante convincente con su mezcla de fuerza y
melodía, pasando después a “Said and Done” con ese rollo Vixen tan reconocible, antes de relajarse en el evocador comienzo
de “Speed Of Light” rompiendo poderosa tras un tímido palmeo, llegando al tema
título del último disco de la banda “Second Chance” con el que nos dejaron unas
poses más heavies con los tres mástiles unidos sobre el escenario apuntando a
al público sonando rotundos y poderosos, al igual que en “Stronger” que también
me gustó bastante con ese ligero toque progresivo que la hace más original.
Continuaron de forma cañera con
“Into The Fire” en la que Silvia no
paró de saltar y animar a una concurrencia cada vez más numerosa y metida en
faena, haciéndonos corear seguidamente con una magnífica “Never Surrender” en
la que le solo de Chema quedó algo
deslucido por lo bajito que sonó, para cerrar los tres cuartos de hora de los
que dispusieron con la enérgicamente hard rockera “Revolución” que fue de las
más coreadas suponiendo un buen cierre para una buena actuación de una banda
con mucho potencial pero todavía con margen de mejora dentro de su buen tono
actual.
Apenas cuarto de hora descanso
para acondicionar el escenario y llegaba el momento de volver a disfrutar en
directo de HARDLINE,
responsables de uno de los mejores discos de la historia del hard melódico como
fue aquella obra de arte llamada “Double
Eclipse” (1992) de la que dieron muy buena cuenta en su set. Un set más
amplio que el que nos ofrecieron en el Kalos
incluyendo tres temas más del citado debut discográfico de la banda además de
un par de bunas piezas de su cosecha más reciente.
Aparecieron en escena bajo las
notas de teclado de Alessandro Del
Vecchio para llevarnos hasta el tema que también da apertura a su última
entrega discográfica “Human Natrue”
(2016), un buen tema en el que Del
Vecchio además apoyó a las voces con acierto aunque con algo menos de
presencia que otras veces dejando que Johnny
Gioeli luciera absolutamente espectacular durante la hora y media que nos
regalaron de intenso, emotivo y nítido hard rock melódico. Tras este primer
pellizco más actual atacaron sin descanso con la tórrida “Takin’ Me Down” que
sonó impresionante con un ese rollo sensual y poderoso que calentó a un público
que ya estaba por la labor de antemano y que coreó sin descanso su potentísimo
estribillo.
Continuaron haciéndonos vibrar
con otro clasicazo como “Dr. Love” previa mini intro de teclados antes de que
empezará a brillar con luz propia la figura de Josh Ramos, sin duda uno de los mejores guitarristas que ha podido
encontrar Gioeli para la banda con
ese ramalazo Neal Schon en su forma
de tocar que encaja como un guante dentro de las composiciones del vocalista
norteamericano. No se quedan atrás Anna
Portalupi al bajo y Francesco Jovino
a la batería, dos excelentes instrumentistas que además aportan pegada y
dinamismo en sus directos.
Tras esta primera terna de
energía pura que nos pasó por encima casi sin darnos cuenta pausaron un poco el
ritmo tras una breve charla de Gioeli
con el teclado de Del Vecchio dejándose
notar, además de cantar alguna estrofa alterna, en la preciosa “Human Nature”
que les quedó realmente bonita e intensa, al igual que “Take You Home” que
también cayó a continuación, antes de llegar a otro de los puntos más novedosos
del show con la intro bluesy de guitarra de Josh Ramos que cambió la Washburn por una Gibson más apropiada para
interpretar “Trapped In Muddy Waters” que fue una auténtica delicia.
Breve solo de batería de Jovino que fue aprovechado por algunos para
acercarnos a la barra o al servicio y afrontar la segunda parte del concierto comenzando
por la tremenda “Life’s a Bitch” en la que la guitarra echaba humo, haciéndonos
palmear en su parte final para enlazar con una inmensa “Fever Dreams” que me
parece el mejor tema de los creados últimamente por el grupo perteneciente a su
LP “Danger Zone” (2012) y que nos
envolvió con sus buenísimas melodías corales y de teclados.
Nuevo momento relajado y
tremendamente emotivo con “Into the Hands of Time”, la balada por excelencia
del grupo que Gioeli dedicó a su
padre recientemente fallecido y que fue un derroche de clase y sentimiento
pasando incluso el micro al público para cantar parte de su letra. Y de aquí al
final ya no paramos de cantar y movernos con los cuatro temazos elegidos para
cerrar el show, desde una sublime “Everything” cantada a grito pelado por todos
los presentes de arriba abajo, empalmando después entre unas espectaculares
luces (lo que más me sorprendió de la sala por su gran mejora desde su reforma)
y los primeros acordes de teclados y guitarra del hit entre hits del grupo “Hot
Cherie”, sencillamente brutal.
Mínimo break para atacar con la
melodía enorme de “I’ll Be There” igualmente coreada por todos, llegando al fin
de fiesta de forma frenética con una poderosísima “Rhythm From a Red Car” que
acabó de desatar la locura total suponiendo un excelente colofón a hora y media
de grandísimo concierto que satisfizo a los fieles de una banda que creo que
atraviesa por su mejor momento desde que se internacionalizó hace unos años.
Muy bien por Hardline.
Mariano Palomo