21 de enero 2012. Sala Ritmo & Compás
Hacía tiempo que no observaba tanta expectación alrededor de un concierto de rock melódico en Madrid, algo que por una parte me sorprendió bastante por el carácter prácticamente underground del género para la mayoría del público, pero por otra debería ser bastante lógico dada la gran calidad que ofrecen en sus entregas discográficas los protagonistas de la velada que nos ocupa.
Desde que nos acercamos a los alrededores de la sala capitalina de referencia para este tipo de eventos se palpaba en el ambiente que se trataba de una cita especial, con gente llegada de los cuatro puntos cardinales de nuestro país, además de algunos acérrimos seguidores que se desplazaron hasta nuestra capital desde lugares tan lejanos y exóticos como Corea (del Sur, claro) hasta otros más habituales por estos lares como británicos, alemanes, italianos o portugueses.
Pero no nos volvamos locos, para esta ocasión con una promoción en condiciones y con una intensidad como no recuerdo hace tiempo por aquí de la “secta” del A.O.R. movilizándose en masa, dio para llenar una sala como Ritmo & Compás con un aforo de apenas trescientos espectadores, eso sí con las entradas agotadas y con gente quedándose en la calle sin opción de conseguir un ticket. No es en absoluto mi intención echar agua al vino, pero creo que hay que ser realistas y saber que, por desgracia esta música que tanto nos gusta y apasiona está como está, y hace falta un acontecimiento tan especial como un primer concierto histórico de una banda referente en la actualidad dentro de los sonidos melódicos para que tirando de gente de todos los lados nos juntemos los que nos juntamos el pasado sábado. Esperemos que esta sea la primera de muchas citas de igual calado y sirva como punto de partida para crecer y poder seguir disfrutando de tan buenos conciertos como este.
Abrían fuego para caldear el ambiente los insultantemente jóvenes DYNAZTY. Una correcta banda de hard rock melódico con ligeros toques sleazies que cumplió perfectamente su cometido descargando con energía y descaro durante alrededor de tres cuartos de hora dando cuenta de buena parte de los temas de su último disco hasta la fecha “Knock You Down”, complementados con algún recuerdo a su álbum debut “Bring The Thunder”.
Sonando bastante rotundos nos encontramos al entrar en la sala con su actuación comenzada mientras atacaban con la directa “New Sensation” que resultó bastante enganchante para llamar nuestra atención, con un Nils Molin al frente que me pareció un buen frontman, correcto y potente en su ejecutoria, y con un deje en sus agudos y subidas de tono a lo Tony Harnell que por momentos resultaba excesivo. Lo hicieron bastante bien los guitarristas Rob Love Magnusson y Mike Laver, recientemente incorporado, destripando ambos buenos riffs y solos con claridad y poderío, mientras el bajista Joel Fox y el batería George Egg cumplían, sobre todo el segundo, con solidez y pegada.
El personal recibió con entusiasmo los temas de la banda, aunque creo que llegó un momento que empezaron a sonar algo monótonos y bajó la intensidad, un poco efecto gaseosa, sobre todo a partir de que tocaron la más relajada “Far Away” en el último tercio de la actuación. Una actuación que, como decía anteriormente, cumplió su labor, con momentos resaltables como los conseguidos con las contagiosas “Get It On” o “This Is My Life”, pero que acabó quedando en algo menor tras asistir a lo que pudimos asistir a continuación con sus paisanos que encabezaban el cartel. Seguramente en el resto de fechas que tenían y tendrán en España, que no son pocas precisamente, tendrán la oportunidad de ofrecer mayor repertorio y espectáculo a sus fans.
No tuvimos que esperar demasiado para ver que podían ofrecernos en directo WORK OF ART, los cinco chicos suecos que tenían la culpa de que estuviéramos allí predispuestos a disfrutar de su arte. Y a fe que viendo la reacción del respetable se disfrutó y a lo grande, tanto dentro como fuera del escenario, creándose una química inmediata entre músicos y público que no hizo más que crecer exponencialmente minuto a minuto.
Y eso que algunos teníamos no pocas reservas al respecto de cómo se desenvolverían y como defenderían en directo sin haberlo hecho nunca hasta entonces unos temas que suenan tan nítidos en estudio. Aparte de los lógicos titubeos y desajustes, sobre todo al principio, no observé grandes defectos en la ejecutoria de la banda, y agradecí mucho que todo lo que sonó, sonó de verdad, con algúnos coros grabados y samples disparados que en nigún caso tuvieron mayor protagonismo sobre lo ejecutado en directo por los músicos, yo perdono los huecos que quedaban algunas veces en los coros o los teclados porque en vivo es prácticamente imposible que suenen como en los discos.
Todo esto llevó al vocalista Lars Safsund a convertirse en el gran triunfador de la noche, desplegando toda su calidad y simpatía en escena metiéndose al público en el bolsillo desde que empezaron a sonar los primeros acordes, bastante bajos por cierto, de la magnífica “The Rain”. Lars brilló por encima de todos, fue al que menos se le notó la falta de experiencia sobre las tablas, con personalidad, clase y entrega, sin necesidad de recurrir a grandes parrafadas ni a excentricidades. Por su parte el tímido guitarrista y compositor Robert Sall si pareció algo menos suelto, aunque fue cogiendo confianza y protagonismo según avanzó el concierto, brillando sobre todo en sus técnicos y cristalinos solos. Algo parecido le sucedió al teclista Jonas Grönning que se mantuvo un discreto y eficiente segundo plano, mientras que el bajista Andreas Passmark ofreció algo más de participación apoyando también en los coros como hizo Jonas, sustentados por el batería Herman Furin que cumplió sin excesos.
Como decía “The Rain” supuso el inicio de una fiesta en la que no echamos de menos los grandiosos coros de los discos ya que el público se encargó de cantarlos a voz en grito como si les fuera en ello la vida, con la consiguiente sorpresa, satisfacción y agradecimiento por parte de la banda. Tras invertir el tiempo justo en saludar continuaron desarrollando los primeros temas de su último trabajo “In Progress”, sonando cada vez mejor y llegando al personal con dos delicias como son “Nature Of The Game” y “Once Again”, llegando al primer recuerdo para su debut discográfico, “Artwork”, con la animada “Her Only Lie” que fue una de las canciones que más me gustó en directo, aunque sea complicado resaltar alguna sobre el resto.
Primer momento relajado del concierto con el inicio la preciosa “Until You Believe” que fue cogiendo ritmo y cuerpo con una tremenda aportación de la voz de Lars bien secundado por un ya más suelto Robert con su guitarra. “Lost Without Your Love” y “Emilie” supusieron otros dos buenos ejemplos de cómo la clase y elegancia son compatibles con la intensidad y el sentimiento, que rompieron en éxtasis con la interpretación una fantástica versión “Straight Through Your Heart” de los míticos Bad English que clavaron con un feelin’ y acierto tremendos.
Tras la histeria desatada llegaba la calma con un breve set acústico en el que enlazaron dos joyitas como “Fall Down” y “Camelia” en la que salió a relucir aun más su indisimulada pasión por los maestros Toto, con mayor presencia del teclado de Jonas y con Robert sentado pellizcando su acústica con maestría. Se agradeció el descanso ya que la recta final nos iba a hacer mover de nuevo con dos piezas como “Eye Of The Storm” y sobre todo con la inmensa “Never Love Again” que fue de la más celebradas y con la que se despidieron por primera vez.
Tuvieron el detalle de no hacerse apenas de rogar y volvieron para seguir con el single “The Great Fall” otra de las más efectivas y coreadas con ese estribillo matador que hizo que nos dejáramos la garganta, para asistir seguidamente a un buenísimo medley dedicado a los citados Toto en el que enlazaron con fidelidad “English Eyes” y “Carmen” para disfrute de los presentes.
El final definitivo lo puso “Why Do I?” tema de choque con el que abrían “Artwork” y que supuso un perfecto broche de oro para una hora y media de rock melódico como hacía tiempo que no se veía por estos lares, y eso que era la primera vez que tocaban en directo, cuando lleven más rodaje puede ser apoteósico. Esta vez se les perdonan sus escasos fallos que casi no se notaron en un gran concierto que esperamos tenga continuidad para poder seguir disfrutando de Work Of Art tanto en estudio como en directo, auque creo que la magia creada del pasado 21 de enero 2012 en Madrid será difícilmente repetible.
Texto: Mariano Palomo
Fotos: Carlos Treviño y Mariano Palomo
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