7 de Junio de 2014.
Sala Joy Eslava. Madrid
A
priori las cosas no prometían mucho. Todos sabíamos que esta sala se convierte
en discoteca y que a las 23:00 horas en punto nos pondrían en la puñetera
calle. Si los teloneros arrancaban a las 20:30 sería muy difícil que BARON ROJO tocara una cantidad de
tiempo aceptable. Pero nada de esto afectó a la asistencia de público, atraído
por una entrada de precio muy competitivo. Los tickets se agotaron, pero no
había ninguna sensación de agobio. Los organizadores actuaron con gran
sensatez.
CON MORA comenzaron con total puntualidad, lo que provocó que
algunos no llegaron a tiempo para verlos. Su rock cercano a bandas como Marea en principio no encajaba
demasiado con el heavy de Barón Rojo,
pero la gente se lo pasó muy bien. Hacía poco tiempo que el guitarrista Marcelo Calabria (hijo de Hermes, naturalmente) había sido
sustituido por Álvaro Matesanz, pero
la banda sonó perfectamente conjuntada. Lamentablemente fueron los más
perjudicados por la rigidez a la hora del cierre, pues sólo pudieron tocar
media hora. Junto a muestras de sus dos discos, sorprendieron con una versión
de “No Puedo Dejar El Rock” de Los
Suaves.
Muy
pocos minutos de descanso, y los Barones
aparecieron a las 21:20 con muestras de ir con prisas. En total iban a ser
una hora y cuarenta minutos. El asunto pintaba algo mejor. El arranque con “El
Precio Del Futuro” nos dejó a todos muy sorprendidos, tanto por recuperar esa
canción que ni siquiera llegaron a tocar en la época de “Tierra De Nadie”, como por elegirla para comenzar. Con
“Incomunicación” la gente terminó de venirse arriba.
El sonido era muy bueno,
si exceptuamos la inevitable saturación en las primeras filas, que a veces
provocaba que no se entendiera bien la voz de Carlos, aunque se fue corrigiendo a lo largo de la noche. Con
“Fugitivo” y “Noches De Rock´N´Roll” demostraron que las sorpresas no habían
terminado. “El Rey Del Pinball” fue lo único que sonó de su último trabajo “Tommy Barón”, para a continuación otro
sorpresón con “Qué Puedo Hacer”. Después de “Campo De Concentración” vimos que
estaban empeñados en recuperar esa noche grandes canciones olvidadas, pues
nadie podría esperarse que iban a rescatar la genial “Seguimos Vivos”. “Tierra
De Nadie” quedó muy bien en los coros, lo más arriesgado de tocar este tema en
directo.
Apenas
había pausas entre las canciones, había que aprovechar cada minuto como fuera,
y tampoco se enrollaron en ningún momento con los largos solos a los que son
tan aficionados. La alegría de los asistentes no decayó en ningún momento, y
menos ahora que llegaba el turno de las imprescindibles. “Hermano Del
Rock´N´Roll” fue recibida con verdadera locura, y “Con Botas Sucias” quedó muy
bien sin alargarla como casi siempre.
Tras “Concierto Para Ellos” pudimos
disfrutar como nunca “Los Rockeros Van Al Infierno”, al interpretarla omitiendo
los medleys y solos que suelen partirla por la mitad. Al final la falta de
tiempo tuvo un efecto positivo, muy pocas veces hemos podido escuchar este
legendario tema tal y como viene en el disco. Tras “Cuerdas De Acero” llegó el
descanso.
En
realidad no sería muy adecuado llamar “descanso” a una pausa de sólo un minuto.
El bis más corto de la historia. Pero el reloj corría y no se podía dejar fuera
a “Resistiré”, “Siempre Estás Allí” y “Barón Rojo”. A ritmo agotador, los
cálculos se cumplieron a la perfección, finalizando a la hora exacta ante el
entusiasmo de un público enfervorizado.
Texto: Nacho Jordán
Fotos: Andrés Horrillo
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