Hace algunos meses tuvimos noticia de la apertura de una nueva sala de conciertos bajo el nombre de Universo Rock, a la cuya inauguración en Valdemoro tuvimos el gusto de asistir. Casi desde el minuto uno se anunció que se celebrarían conciertos y que Ñu actuarían en Octubre. De forma totalmente sorpresiva y sin ninguna explicación, nos enteramos de que el local se había trasladado y bajo el mismo nombre pasaba a estar en Pinto. De cualquier modo, el cambio de sede no había afectado a lo ya programado, y no sólo se mantenía Ñu sino que además las entradas estaban a punto de agotarse.
Con cierta curiosidad nos encaminamos el día de autos a la nueva Universo Rock. Se trata de una discoteca ubicada en pleno centro de la localidad, en una zona peatonal. Su estructura recordaba un poco a la de las dos desaparecidas Canciller, con dos plantas en torno a una pista. Aunque de dimensiones más reducidas, su aforo no debe pasar de las 500 personas. Para los residentes en Pinto terminaremos antes si decimos el anterior nombre de la sala: Opción. Aún se veían carteles con la antigua denominación. Aquello estaba lleno, y hemos de agradecer a los organizadores que tuvieran la sensatez de no dejar entrar a más gente. Posiblemente hubiera podido caber unas 40 personas más, pero aquello habría sido una olla a presión.
Se suponía que MANHATTAN ROCK BAND iban a comenzar a
las 21:45, pero su show no arrancó hasta las 22:17. Como es bien sabido, se
trata de una excelente banda de versiones que cuenta entre sus filas como
batería a Cristian Molina, hijo de José Carlos. En youtube hemos podido
ver actuaciones con muy nombrados cantantes de nuestro rollo, pero actualmente
la vocalista es una chica, Mer, que
cumple muy bien con su papel. Tuvo que enfrentarse a un volumen demasiado bajo.
Con su buen hacer apenas se notaba cuando cantaba. Pero cuando entre tema y
tema se dirigía al público todo el mundo le decía: “¡no se oye!”. Durante
exactamente una hora pudimos disfrutar de legendarias canciones de Deep Purple, Bon Jovi, Rainbow, Journey o Europe, Quizá la más sorprendente fue una versión acústica de “I
Need A Hero”, de Bonnie Tayler. La
mayoría de la gente no dio muchas muestras de reconocerla, pero al final fue
bien recibida.
Resulta muy sorprendente que en el repertorio no tengan ninguna
versión de Doro o de Warlock, creemos que encajaría muy bien
con la forma de cantar de Mer. Ya en
la recta final se solucionó el problema del volumen de la voz, cosa que dio
renovados bríos a la actuación. El último tema fue “Maldito sea tu nombre” de Ángeles del Infierno, el único en
castellano y sin la menor duda el más coreado de la noche. Ello debería
hacerles reflexionar y animarse a introducir más canciones en nuestro idioma.
Como único aspecto a mejorar, vendría muy bien que el resto de músicos ayudaran
un poco con los coros.
En apenas un cuarto de
hora estaba hecho el cambio de equipo, y a las 23:32 los cabezas de cartel
empezaban su descarga. Ya se sabía gracias a las redes sociales que en la
primera parte del show sería tocado íntegramente el primer LP de ÑU, “Cuentos
de Ayer y de Hoy”. Y lamentablemente cumplieron con su palabra. Decimos
lamentablemente, porque una obra maestra en disco puede no ser adecuada para
interpretarla en directo, y algunas canciones de aquel trabajo se hacen pesadas
en vivo por muy bien que las toques, muy especialmente “Paraíso de Flautas”. Pero
aquello sólo fue un pequeño bajón, y la segunda parte del concierto fue
inaugurada con un instrumental que dio paso a “No Hay Ningún Loco”.
La sucesión de grandes
clásicos fue recibida como se merecía. ¿Quién se puede resistir a “La Granja
del Loco”, “Cruz de Hierro”, “Más Duro que Nunca” o “Sé Quién”? La formación no
ha variado desde que se grabó el directo “Madrid
Río” y los músicos están si cabe más compenetrados. En cuanto a José Carlos, ¿qué podemos decir? No es
que esté bien conservado, es que este tío es inmortal. Cabe preguntarse sus
sensaciones desde el escenario, viendo a un público que en su media de edad era
unos diez o quince años más joven que él, pero que físicamente estaban en su
mayoría mucho más machacados y deteriorados. Las calvas, las barrigas, los achaques…
nada de eso conoce el Molina, que
parece haber hecho un pacto con el diablo. Dentro de diez años todos seremos
más viejos, todos menos él, que seguirá estando igual.
La recta final se iba
aproximando. Tras “Tocaba Correr” y “El Tren” llegó “El Flautista”, quizá la
más botada de la noche, y llegó una nueva pausa. Para los bises dejaron
“Manicomio” e “Imperio de Paletos”, llegando a la 01:18 la despedida
definitiva.
Tras el buen sabor de
boca dejado por las dos actuaciones, pudimos disfrutar de una noche de heavy metal
sin movernos de la sala. Siempre es de agradecer que termine un concierto y no
te echen casi a patadas, y si encima tienes buena música y consumiciones a precio
razonable, no hay más que pedir. No pudo haber mejor forma de comenzar la nueva
etapa de Universo Rock.
Nacho Jordán