Hacía tiempo que no asistía a un show acústico puro y duro, quizá porque acaban por resultarme algo pesados y previsibles, pero de vez en cuando tampoco está mal cambiar los vatios y la distorsión por los rasgueos y pulsaciones más suaves y desnudas. Además en este caso ya había tenido experiencias previas con el artista que protagonizaba el evento lo suficientemente positivas como para hacerme repetir acercándome a la una de las salas de referencia de la capital que, por cierto, se ha ganado a pulso las buenas críticas que está recibiendo últimamente mejorando bastante en lo que a sonido y medios se refiere, bien por la gente de We Rock.
Teniendo en cuenta que se trataba de un día entre semana, que el protagonista de la velada actúa con bastante asiduidad en nuestro país y que los acústicos no suelen llenar, la verdad es que creo que la entrada no estuvo mal del todo superando ampliamente el centenar de asistentes que pudimos gozar de un muy buen rato de la mano y la voz de uno de los referentes del hard rock melódico que nunca ha dejado de estar activo ofreciendo por lo general productos bastante fiables e interesantes. Y es que el señor DANNY VAUGHN sigue siendo a día de hoy una garantía de calidad y clase, con una voz que nunca recuerdo haber escuchado flaquear en directo, y han sido unas cuantas veces, y que además sigue reinventándose día a día colaborando en infinidad de proyectos, algunos de ellos en España donde lleva residiendo habitualmente desde hace unos años.
La historia arrancó de forma animada y potente, dentro de lo que es un acústico, con Danny sentado en una banqueta, acústica en ristre, para dar cuenta de “Walk On Fire”, primero de los muchos temas que cayeron del inmenso “Don’t Come Easy” de Tyketto, y que con ese color distinto sirvió como perfecta invitación para un público que canturreaba en voz baja como queriendo no perderse una nota de la maravillosa voz del artista. Tras las presentaciones de rigor, siempre con una sonrisa en la cara, y soltando los chascarrillos precisos sin resultar cansino, fue desarrollando temas más apaciguados de su trayectoria en solitario como “Haunted” y “Fearless”.
Aumentó la intensidad y emotividad con una enorme interpretación de la balada “Standing Alone” de Tyketto, para tocarnos aun más la fibra a los que seguimos a Danny desde su inmensa irrupción a mediados de los ochenta con Waysted, la banda de Pete Way con la que grabó mi top 1 de siempre “Save Your Prayers”, y del que nos regaló la joya “Heaven Tonight”, sencillamente mágica en cualquiera de sus versiones.
Buen recuerdo también para sus From The Inside con “Suddenly” la versión de la artista country Le Ann Rimes que llevó a su terreno quedando de lo más interesante, la igual que la tierna “The Last Sunset”, y la más enérgica “Battle Lines” rescatada del último trabajo de Tyketto “Dig In Deep”, para volver a sus trabajos como Vaughn, en este caso al primero de ellos “Soliders And Sailors On The Riverside” dejándonos una mis favoritas “Is That All There Is?”.
Llegamos más o menos al ecuador del show para disfrutar del primero de los invitados, Jorge Salán, que acompañó con su original guitarra acústica de caja hueca en la celebérrima “Wings” otro de los temas grandes de Tyketto en la que el público se volcó más en los coros como no podía ser de otra manera. Sale Jorge de escena y Danny nos sorprende recordando una fantástica de sabor sureño “Jenny Doesn’t Live Here Anymore” perteneciente al segundo disco de Flesh & Blood en el que participó junto a figuras de la talla de Mark Mangold o Al Pitrelli.
Momento para poner sobre las tablas algo de su más reciente colaboración junto a Manuel Seoane y sus Burning Kingdom, para interpretar mano a mano la intensa “From On High” y la envolvente “Falling Down”, ambas con un color distinto al de sus versiones eléctricas primigenias pero resultando realmente bien, notándose, al igual que antes con Salán, la química existente entre ellos.
Se acercaba el fin de fiesta y el escenario seguía llenándose de gente, en este caso con tres coristas de lujo como Bárbara Black (Black Rock), Cristina Lubián e Iñaki Lazcano (Airless), para dar cobertura y calor a “Healing Hands” y sobre todo a una tremenda y festiva “Lay Your Body Down” que nos hizo movernos a todos al ritmo que marcaban, relajándose para enlazar con la más tranquila y entrañable “Sail Away”.
Poco quedaba ya para cerrar pero todavía hubo tiempo para una colaboración más, saliendo a escena Oscar Pérez, batería de Nexx, Khy y Dr. Snake entre otros, y que se sentó junto a Danny para tocar un cajón de percusión al más puro estilo flamenco para acompañar las melodías de guitarra y voz de “Better By Far” un corte menos conocido del LP “Traveller” de Vaughn que pasó algo inadvertido, pero que sirvió para que cogiéramos aliento antes del previsible pero siempre efectivo broche final con el himno “Forever Young” que nos dejó con un magnífico sabor de boca.
La verdad es que como plan de “juernes” no estuvo nada mal y dado que estábamos bastante en familia la cosa se prolongó un buen rato más disfrutando de la simpatía y amabilidad de Danny Vaughn tanto dentro como fuera del escenario, un grande con todas las letras. Próxima cita con Bruning Kingdom el próximo día 28 en la Sala Shoko, más que recomendable.
Mariano Palomo
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