Sala Penélope. 22 de febrero 2014
Después de presentar su último trabajo “Ars Música” en tierras tan lejanas con Asia, Rusia o Sudamérica, los geniales DARK MOOR volvían a casa para hacerlo ante el público madrileño que respondió como es habitual, tan grande en fidelidad y entrega como inferior en cantidad respecto a lo que se merece una de nuestras mejores y más exportables formaciones de heavy metal, que una vez más hizo honor a aquello de que nadie es profeta en su tierra. En cualquier caso los aproximadamente dos centenares de fieles que nos dimos cita en la sala de Moncloa volvimos a disfrutar de una banda que nunca defrauda en directo, mostrando una cara más cruda y desnuda que en disco donde sus composiciones están dotadas de una soberbia orquestación que queda en un segundo plano cuando las descargan en sus conciertos.
Un hecho este que, tras la pertinente intro enlatada que da título al mencionado “Ars Música”, quedó de manifiesto con la interpretación de “First Lance Of Spain” en el que apenas se pudo apreciar dicha orquestación, sacándola adelante con actitud y poderío pero sin el brillo que dan esos elementos sinfónicos característicos de la banda, a la que le costó un poco coger el punto al sonido de la sala que empezó algo flojo para acabar muy bien. En cualquier caso la clase y entrega de todos los miembros de la banda hizo que este detalle apenas ensombreciera una gran actuación.
Con un cada vez más maduro y brillante Alfred Romero que mostró un catálogo de cualidades y registros vocales con un nivelazo tremendo brillando sobre la impresionantemente técnica y dinámica base rítmica que forman Mario García al bajo y Roberto Cappa a la batería, y acompañando las magníficas armonías de guitarra creadas por Enrik García, talento puro capaz de adaptar su forma de tocar con dureza o con delicadeza según lo requiera el tema para volver a una nueva clase magistral, y eso que por momentos no fue el día que más a gusto le vi con su Jackson.
Tras la irrupción un tanto accidentada se endureció notablemente el set con la cañera “Before The Duel” con esos tintes oscuros pero muy melódicos que la han convertido en uno de los himnos del grupo, para continuar con la magnífica “Together As Ever” que tiene todas las papeletas para convertirse también en otra de las fijas en sus repertorios. Poco a poco el sonido fue mejorando y ya hasta el final sonó todo bastante bien, empezando por la cuidada “The City Of Peace”, dedicada a la ciudad de Toledo, a la que sucedió la nazarí “El Ultimo Rey” llena de magia y pasión andalusí en la que Alfred literalmente se salió derrochando sentimiento y elegancia, demostrando que se puede ser más épico que una convención de dragones sin necesidad de tirar de manidos tópicos nórdicos artificiales, simplemente haciendo referencia a nuestra historia tan olvidada y despreciada por tanta gente.
Bonito recuerdo para el álbum “Autumnal” con la preciosa “For Her” historia evocadora maravillosamente relatada en la que se echó un poco en falta algo más de orquestación, al contrario que en “This Is My Way” probablemente uno de los temas más originales y distintos de Dark Moor, con unos acordes de guitarra que por momentos pueden recordar a U2 y con unas líneas vocales increíblemente trabajadas yendo de tonos casi crooner a lo Sinatra a otros rockeros, quedándoles en directo tan bien como en estudio.
Recuperaron su vena más teatral y dramatizada con “Living In A Nightmare” con Francisco de Goya como protagonista llevándonos a su tormentoso mundo de oscuridad a base de rotundas andanadas vocales e instrumentales, que se relajaron para dar paso a “Gara and Jonay” preciosa historia de amor que nos puso los pelos de punta con una sublime interpretación de Alfred.
Desapareció de escena el vocalista gaditano para dejar que Mario y Enrik se batieran en incruento duelo de mástiles alternando pequeñas demostraciones instrumentales en forma de mini solos cruzados que culminaron con la habitual “Marcha Turca” de Mozart que nos puso a botar y corear con sus contagiosos acordes, antes de cerrar la primera parte del show con “Love From The Stone”.
Vuelta rápida para regalarnos otra de sus joyas la quijotesca “Tilt At Windmills” esta vez sin la participación de la voz lírica de Berenice Musa que pudimos degustar en otras ocasiones, pero quedando igualmente intensa y grande, siendo uno de los momentos para recordar de la noche, como todo lo que vino a continuación, empezando por la misteriosa “The Charriot” que rescataron de su LP “Tarot” y que sigue resultando muy bien en sus conciertos.
El final fue glorioso, aunque alguno echó en falta “Maid Of Orleans” que no pudieron tocar por falta de tiempo, con el single “The Road Again” impresionantemente recibido por el público, al igual que la inevitable ya “Canción del Pirata” de Espronceda que fue cantada a pleno pulmón por los presentes, muchos de los cuales probablemente ni sabían que existía hasta que la escucharon por primera vez en las versiones de los grupos de rock o heavy metal como Lancelot, Tierra Santa, o esta misma de Dark Moor, para mí sin duda la más lograda de todas.
Para que luego alguno tenga la osadía de decir que el rock no es cultura, en hora y media hubo referencias a la música clásica, a la historia de España, a la pintura, a la mitología griega, a la literatura, en fin, alguno seguro que recibió más cultura en ese rato que en muchas clases de Instituto. Además de forma divertida y entretenida, de la mano de una de las bandas más grandes que ha dado nuestro país, ah, ¿qué ya lo he dicho antes?, pues habrá que repetirlo más a ver si se entera de una vez todo el mundo y por fin se les reconoce como es debido. Muy Grandes DARK MOOR.
Mariano Palomo
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