Podría resultar bastante sencillo
hacer una crónica de lo acontecido la noche del pasado 18 de diciembre en la
céntrica sala We Rock de Madrid. Básicamente podríamos resumirlo en cinco músicos
de primerísimo nivel honrando el legado de una de las formaciones más grandes y
creativas de la historia del hard rock mundial, los enormes Rainbow.
Ya sé que mucha gente es bastante
reticente a la hora de apoyar a las bandas de tributo o de versiones, como lo
queráis llamar, pero en este caso creo que la asistencia era más que
justificada teniendo en cuenta la talla de los artistas que interpretan los
temas, y que desgraciadamente no parece haber visos de poder volver a disfrutar,
o de disfrutar por primera vez para muchos, de la formación del Arco Iris, al menos mientras Mr. Blackmore sigua enfrascado en su periplo
medieval junto a su amada Candice Night.
Algo más de año después de su
estreno en la misma sala, Rising
volvían a la capital para hacernos disfrutar como entonces desgranando un set
prácticamente idéntico y sonando de nuevo con un poderío, melodía y
autenticidad al alcance de unos pocos elegidos. Todos y cada uno de los
integrantes de la formación desarrollaron su labor con brillantez, con más
pasión unos que otros, pero en cualquier caso haciéndonos pasar cerca de dos
horas que se nos pasaron volando rememorando uno tras otros casi una veintena
de himnos atemporales que siguen poniéndonos las pilas por mucho tiempo que
pase.
Decía que el set fue casi el
mismo del año pasado, aunque cambiado de orden, comenzando por una envolvente “Tarot
Woman” alargada en la intro de teclados de Giovanni
Tradardi, un músico tan inexpresivo en sus gestos como eficiente en su
ejecutoria instrumental. Pequeños ajustes de sonido, sobre todo de volúmenes,
bastante altos pero nítidos durante toda la actuación, y con un Ronnie Romero a la voz sencillamente
imperial, consiguiendo resultar de lo más expresivo sin necesidad de recurrir a
histriónicos aspavientos ni a proclamas fuera de lugar tan del gusto de muchos
frontmen de nuestro rollo.
Todo sustentado sobre la
maquinaria perfectamente engranada que constituyen Gorka Alegre con su bajo y poses hard rockeras de manual y Andy C. con su precisa pegada a la
batería, para que un excelso Armando De
Castro se saliera con su Strato volviendo a demostrar, si es que quedaba
alguna duda, por qué es considerado por muchos el mejor guitarrista de la
historia del rock español.
Así fueron cayendo sin apenas
respiro “Man On The Silver Mountain” plena de potencia, “Starstruck” con su
ritmo rockanrolero, “Death Alley Driver” primera de la etapa Joe Lynn Turner sonado poderosa llevada
un poco al terreno más heavy de Romero
pero respetando su melodía inconfundible, o la más relajada “Sixteenth Century
Greensleves” volviendo al legado de la era Dio
que fue la más recordada. Nueva exhibición de teclados al inicio de la mágica “Gates
Of Babylon” que fue de las que mejor sonó del show dentro de un enorme nivel
medio, como mostraron en otra no menos grande “Do You Close Your Eyes”.
Moentazo también con el single
por excelencia “I Surrender” en el que
los teclados quedaron algo bajos, tomando mayor protagonismo y altura en “Eyes
Of The World”, sucedida de una rotunda revisión de “Spotlight Kid” , hasta
llegar al ecuador con una excelsa instrumental “Difficult To Cure” en la que Armando lo bordó junto al resto de los
instrumentistas mientras Ronnie
descansaba su voz, volviendo a entrar en escena con la atormentada “Still I’m
Sad” en la que la gran técnica percusionista de Andy quedo patente.
Nuevo momento relajado con la
apasionada “Stone Cold” que dudo que a día de hoy el señor Turner pueda interpretar mucho mejor de lo que lo hizo Ronnie Romero que volvió a dejarnos
boquiabiertos cambiando de registro en la sublime “Stargazer”, ejemplo perfecto
de lo que debe ser un tema épico sin necesidad de recurrir a dobles bombos
disparados ni a orquestación recargadas, que presentó como su tema favorito de Rainbow, como el de muchos, y que desde
luego fue otro de los momentos cumbres del concierto. Aunque como decía antes
es muy complicado resaltar alguno.
Mariano Palomo
No hay comentarios:
Publicar un comentario