Catorce meses después de su
primera actuación en Madrid, el vocalista y compositor norteamericano Robert Tepper volvía a la capital del
Reino para ofrecernos un nuevo recital que, seguramente por esa cercanía
temporal, por el tremendo frío que sufrimos el pasado fin de semana con
temperaturas bajo cero, y por la saturación de conciertos a la que se está
llegando de un tiempo a esta parte, no contó con la respuesta de público que en
mi opinión hubiera merecido un artista de esta talla, apenas un centenar de
fieles acudimos a la remozada Sala Caracol que ,por cierto, me gusta bastante cómo
ha quedado tras la reforma, por fin con una salida de emergencia fácilmente accesible.
Evidentemente estos y otros
factores juegan muy en contra a la hora de que los seguidores del rock melódico
se animen a asistir a los shows que con tanto trabajo y esfuerzo montan los
promotores y músicos a los que una vez más hay que agradecerles su empeño e
ilusión, pero tampoco se puede exigir a la gente que vaya a todo y poco menos
que estigmatizarla por el hecho de no hacerlo, cada uno con su tiempo y su
dinero establecerá sus prioridades y seguro que más de uno se quedó con las
ganas de ir.
Consideraciones previas aparte, expuestas
sin ninguna de intención de polemizar ni pontificar, el caso es que los que
estuvimos en el recinto de Embajadores pudimos disfrutar de una gran velada con
el rock melódico y el A.O.R. como protagonistas. Comenzando por el breve pero
sabroso aperitivo que nos dejaron GABY DE VAL y ALFONSO SAMOS, que en formato acústico interpretando
dos de los temas punteros de la magnífica última entrega de THE
VAL “Heading For The Surface”.
Simplemente con una guitarra acústica en las manos de Alfonso y con la maravillosa voz de Gaby fueron capaces de llenar de magia el escenario, primero con “Crusaders”
llena de dulzura y encanto, y luego con una ralentizada revisión de la originalmente
más rockera “Up To Where U Are”. Buena forma de disfrutar de estas canciones en
otro formato con el que, por otra parte, sus autores parecen encontrarse
también muy cómodos.
Breve intervalo de tiempo para
ajustar los niveles y salida a las tablas de INDIGO BALBOA & THE POWER STATION,
o lo que es lo mismo, la banda de versiones que ha montado el vocalista de Indicco junto a Alfonso Samos que ya no abandonó el escenario hasta el final de las
actuaciones. Ambos, acompañados por competentes músicos de la escena madrileña
dieron un repaso por algunos de los grandes hits del rock ochentero, comenzando
de forma tremendamente emotiva recordando al desaparecido Jimi Jamison con una descarnada interpretación de “Burning Heart”
(Survivor).
“Don’t Change My Heart” (Toto) y “Borken
Wings” (Mr. Mister) sonaron elegantes y pulidas, con una gran fidelidad respecto
a las originales, intensificándose más con “Missing You” (John Waite) donde Indigo desbordó pasión ofreciéndonos
unos registros más duros y rasgados que los del cantante británico que la hizo
mundialmente famosa. En esa misma onda más rockera y
rasgada cayó “Summer Of 69” (Bryan Adams) para la que contó por sorpresa con la
ayuda del propio Tepper que estaba
escuchándola desde la escalera de le escenario y que saltó sin dudarlo para
acompañar al grupo quedando muy curiosa. Siguió la fiesta con la indispensable “Don’t
Stop Believin’” (Journey) en la que Alfonso
se salió, dejando mayor protagonismo al teclista Gustavo Di Nobile (ex Rosendo) en la frenética “Maniac “ (Michael
Sembello) con la que seguro que a alguno le dieron ganas de calarse los
calentadores y ponerse a bailar al más puro estilo “Flashdance”.
El cierre a este entrañable
ejercicio de nostalgia vino de forma enérgica con “Rebel Yell” (Billy Idol),
dejándonos con un muy buen sabor de boca de la mano de un magnífico cantante y
sobre todo de un enamorado de esta música que tanto nos gusta y al que hay que
agradecer una vez más en primera persona iniciativas tan hermosas como esta que
nos ofreció el pasado sábado jugándose un dinero que seguramente no recuperará.
Gracias Indigo.
Veíamos con cierta inquietud que
se nos iba echando la hora encima, más teniendo en cuenta que la sala Caracol
como otras muchas en Madrid tiene una hora de cierre no muy alta en los
conciertos para luego abrir como discoteca. No sé si por esta razón o porque no
tenía más repertorio preparado, pero el caso es que el concierto de ROBERT TEPPER
se me quedó algo corto. Alrededor de una hora de show desgranando una docena de
temas, con alguna que otra sorpresa insertada en el set list, distribuidos de
forma bastante equitativa con representación para toda su discografía.
Comenzando con una espléndida “Soul
Survivor” que ya sonó fantásticamente bien desde un escenario lleno de músicos
de altísimo nivel. Repetían los de Power
Station, el citado Gus Di Nobile
a los teclados, Ricardo Esteban al
bajo y Javi Morgado a la batería, con
el añadido de Gaby De Val haciendo
voces junto a Indigo Balboa, y de un
señor guitarrista como es Pablo Padilla
(Guitart, Rafa Martín) que tuvo más protagonismo que Alfonso más metido en labores rítmica. Tras este vibrante inicio vimos que Mr. Tepper no iba a dejarse nada en el
camerino, derrochó energía, simpatía, buen hacer y sobre todo un poderío y
elegancia con su voz difícilmente encontrable en otros cantantes de su quinta
(1950). Una vitalidad y buen rollo que se contagiaban sobre la calidad de sus
temas, como “Wich Way Are You Running” sonando más eléctrica y contundente que
en su versión de estudio en su tercer trabajo de 1996 “No Rest For The Wounded Heart”.
Aumentó si cabe la pasión en
escena con el dueto que se marcó Robert
junto a Gaby en una memorable “Fighting
For You” registrada originalmente en el
LP “Modern Madness” (1988)
junto a la cantante Carroll Sue Hill,
a la que no echamos en absoluto en falta. La mayor sorpresa de la noche vino con
el estreno de “One Night In Madrid”, tema compuesto por Tepper dedicado a nuestra ciudad y que me pareció realmente bueno,
manteniendo las señas de identidad de sus composiciones en una onda A.O.R.
rockera muy melódica, pegadiza, pero también con buena presencia de guitarras.
Llegamos casi al ecuador de la
actuación con la emocionante balada “If That’s What You Call Lovin’” desbordante
de sentimiento con Robert hincándose
de rodillas en el escenario llenándola de soul con su voz. Volvió a su cara más
festiva con una gran “The Unforgiven” para la que contó con la colaboración de
otro cantante que no conocía y que puso más presencia escénica que vocal al
tema ya que los coros fueron cosa de Gaby
e Indigo, que siguieron resaltando
en una grandísima “No Rest For The Wounded Heart” que sonó absolutamente
deliciosa.
Nuevo momento relajado con Alfonso volviéndose a colgar la
acústica para interpretar una bonita y resultona “Angel Like You” en la que
algo ha tenido que ver también Indigo,
pero más desconocida para los presentes ya que pertenece a “New Life Story” disco de 2012 que apenas ha tenido distribución en
España. También de este disco nos dejaron a continuación “Hard Concrete” que me
gustó menos, con unos sonidos más pop, pero mejorada por la mayor participación
de nuevo de Gaby.
El final, como no podía ser de
otra forma, lo pusieron con los dos temas que más grande han hecho a Robert Tepper, primero la vigorosa “No
Easy Way Out” que además de dar título a su primer disco en 1986 fue uno de los
temas principales de la banda sonora de “Rocky
IV”, y que fue coreada con fuerza por todos los presentes aunque los
teclados de Gus no sonaron todo lo fieles
que me hubiera gustado. Tras un mínimo abandono del escenario volvieron para
hacer una gran “Angel Of The City”, también de su primer disco y de la banda
sonora de la película “Cobra”, de nuevo con Gaby brillando junto a un enorme Tepper y a un inspiradísimo Padilla
que hizo hablar a su Les Paul.
Un gran final para un muy buen
concierto, aunque como decía antes se me quedó algo corto echando en falta
algún tema como “Another Place, Another Time” o “Into The Night”, y que sobre
todo mostró a un excelente artista que a base de carisma y calidad se lo llevó
de calle, muy bien acompañado por unos excelentes músicos. Lástima que este
tipo de conciertos de tantísimo nivel estén relegados al más absoluto
underground, por desgracia parece que la mejor época del rock melódico a nivel
de popularidad hace mucho que ha pasado y no tiene intención de volver, pero de
momento disfrutaremos de estos pequeños placeres.
Mariano Palomo
No hay comentarios:
Publicar un comentario