23, 24 y 25 de julio
2015. Parc de Can Zam (Santa Coloma de Gramanet)
Después de estrenarse el pasado
año 2104 el ROCK
FEST BARCELONA ha dado un paso de gigante en esta nueva edición.
Manteniendo la base del Heavy Metal clásico tanto nacional como internacional,
pero sin desdeñar tendencias aledañas, los organizadores del evento han
conseguido reunir durante tres días (el año pasado fueron dos), a muchos de los
nombres más grandes y representativos del género, amén de alguna que otra golosina
nunca vista por estos lares. Este suculento cartel atrajo a un buen número de
fieles llegados de todas partes de España y también en muy buen número de otros
países (Reino Unido, Suecia, Japón, Alemania, Francia…), oscilando según el día
entre los quince y los veinte mil espectadores aproximadamente.
Esta era mi primera experiencia
en este festival y en términos generales he de decir que ha resultado de lo más
positiva, tanto a nivel organizativo como por el desarrollo de las actuaciones
que hemos podido presenciar. El lugar donde se celebra, el parque de Can Zam de
la localidad barcelonesa de Santa Coloma de Gramanet, me pareció el típico
parque urbano sin alardes dentro un entorno agradable y bien comunicado, con
amplias zonas de sombra en sus alrededores, no tantas en el recinto en sí del
festival, con fuentes, bares y bancos para poder descansar y refrescarse del
intenso calor que nos castigó durante todo el festival, sin duda lo más
desagradable del mismo. Dentro del recinto abundante variedad de puestos
restauración, barras bien atendidas sin tickets que retrasaran a la hora de
pedir, algunos puestos de discos, camisetas y merchandising en general,
incluido el oficial, carpa de firmas, carpa de Dj’s y karaoke, en fin una
oferta de ocio bastante completa alrededor del heavy y el rock.
En cuanto a la disposición de los
escenarios, estos eran dos situados uno al lado del otro, ambos con las mismas
dimensiones, y con una orientación que en algunos momentos resultó incómoda
para las bandas ya que el sol les pegaba de pleno en la cara. Se fueron
alternando las actuaciones sin apenas descanso, algo que en algunos casos
hubiéramos agradecido, en general con bastante buen sonido, al menos las que
nosotros pudimos ver aunque siempre hay alguna excepción, y con el público
moviéndose con bastante comodidad entre banda y banda aunque, lógicamente, con
las más grandes era más complicado llegar hasta la zona más cercana al
escenario que tenía el suelo de tierra cubierto por tela-moqueta para evitar
que se levantase el polvo.
Jueves 23 de julio
La primera jornada del festival
se iniciaba a media tarde, concretamente a las 17:00 h., con la actuación de
los trashers locales ASPHYXION, a los que no llegamos a ver, al igual
que al carabanchelero ROSENDO del que escuchamos mientras accedíamos al
recinto el último tema de su show, el mítico “Maneras de Vivir”. Mientras
empezábamos a ubicarnos, buscando la sombra ya que el sol era insoportable, y
saludábamos a amigos y compañeros, descargaban los suecos SABATON, una banda que cada vez va
ganando más adeptos con su heavy power lleno de himnos marciales y coreables con
los que pusieron a botar a un buen número de fieles que cantaban sus pegadizos
estribillos puño en alto siendo “Carolus Rex” o “Prima Victoria” alguno de los
momentos de mayor fervor.
Una vez ya más o menos situados
nos disponíamos a ver que nos iban a ofrecer los neoyorquinos DREAM THEATER.
Una banda que dado lo complejo de su estilo no suele funcionar demasiado bien
en este tipo de festivales, pero que a base de experiencia parece que le van
cogiendo más el punto. Evidentemente a estas alturas sería una necedad poner en
duda el nivelazo técnico de todos y cada uno de los componentes del grupo, pero
para redondear una buen show en este entorno era necesario elegir bien los
temas, sin perderse en desarrollos excesivamente largos ni complejos, y en
cierto modo sí lo consiguieron.
Con un más que correcto James LaBrie al frente, saltaron a
escena tras la intro “False Awakening Suite” ilustrada en las pantallas de
video por imágenes de todas las épocas de la banda, enlazando inmediatamente
con “Afterlife” sonando contundente y rotunda para recordar su primera entrega “When Day And Dream Unite” apoyados en
la precisión de John Myung al bajo y
Mike Mangini a la batería y en la
exhibición de técnica y melodía que ofrecían Jordan Rudess con sus teclados y un algo más tímido de lo habitual John Petrucci a la guitarra.
Continuó creciendo la banda con
la enorme “Metropolis Pt.1: The Miracle And The Sleeper” siempre increíble en directo
y con la que se explayaron hasta llegar a “Bruning My Soul”. Punto de inflexión
con la emotiva balada “The Spirit Carries On” volviendo a acelerar con “As I
Am”, sucedida por “Panic Attack” y “Bridges In The Sky” resultando la parte más
densa y pesada del concierto, hasta llegar al final con la reciente “Behind The
Veil” cerrando una buena actuación que fue un poco de más a menos pero siempre
con mucha calidad.
Cambio radical de estilo para
disfrutar a continuación del boogie rock de la banda más veterana del festival,
los incombustibles STATUS QUO. Rossi,
Parfitt y compañía lo tienen claro
desde hace muchos años y saben cómo divertir y hacer moverse a su público y a
todo el que pase cerca, como sucedió en Can Zam. Resultaba curioso ver como
gente con camisetas de grupos de thrash o de black metal movían las caderas al
ritmo que marcaban estos venerables señores británicos que abrieron la fiesta
con la magnífica “Caroline”, seguida por “Something ‘Bout You Baby I Like” y la
más suave “Rain” antes de hacer las presentaciones de rigor y sonando con
brillo y energía.
Con Rossi un par
de puntos por encima de Parfitt en
cuanto a forma vocal, alternando rasgueos, riffs y punteos, acompañados por las
siempre efectivas teclas de Andy Brown,
por un simpático Rhino Edwards al
bajo, y por un eficientísimo Leon Cave
a la batería que bajaba notablemente la media de edad de la banda.
Seguimos bailando con el momento
medley enlazando retazos de clásicos como “What You’re Proposing”, “Down The
Dustpipe”, “Wild Side Of Life”, “Railroad” y “Again And Again”, pasando luego a
la divertida “Big Fat Mama”, a la más misteriosa “The Oriental” y a la blues
sureña “Creeding Up You” en la que Brown
cambió los teclados por guitarra y armónica. El final ya sin descanso tras una
muy coreada “In The Army Now” que rompió un poco el ritmo, lo pusieron “Roll
Over Lay Down”, la frenética “Down Down”, la mega festiva “Whatever You Want” y
una inmensa “Rockin’ All Over The World” de Fogerty que hace ya tiempo que los Quo hicieron suya. Final maravilloso para un fantástico y
divertidísimo concierto. A veces menos es más.
Después del chute de rock &
roll que acabábamos de meternos tocaba cambiar de escenario para presenciar el
show de los cabezas de cartel del día, SCORPIONS. Con nuevo trabajo en la calle y con un
montón de clásicos de siempre, los de Hannover se presentaban en Barcelona
despertando bastante expectación, de hecho hacía más de un lustro que no
descargaban en la Ciudad Condal, y tras una breve intro enlatada saltaban a las
tablas con la energía habitual para ofrecernos casi dos hora de espectáculo
tanto visual como sonoro. Impresionante montaje de imágenes el que desplegaron
en las pantallas ilustrando cada uno de sus temas, comenzando por la potente
“Going Out With a Bang” de su último disco “Return
To Forever” perfecta para arrancar con su ritmo rockanrolero y adictivo.
Sin apenas descanso tiempo para
los saludos a cargo de Kalus Meine,
rodeado por sus inseparables Matthias
Jabs y Rudolf Schenker, y
batería por los ya totalmente afincados en la banda Pawel Maciwoda al bajo y el histriónico James Kottak a la batería, continuaron con uno de los temas que
mejor sonó de la noche “Make It Real” adornando su interpretación con una
enorme bandera española ondeando en las pantallas de vídeo proyectándose las
sombras de los músicos sobre la misma creando un impactante efecto visual. Con
“The Zoo” el habitual talk box a cargo de Jabs
y primera instrumental de la noche con “Coast To Coast” como siempre con Maine colgándose la guitarra y sonando
maravillosamente bien, antes de llegar en lo que fue para mí el momento más
brillante del concierto de los alemanes, un enorme medley de temas de su etapa
setentera con Uli Jon Roth en el que
pudimos disfrutar de la esencia de “Top Of The Bill”, “Steamrock Fever”,
“Speedy’s Coming” y “Catch Your Train” ambientado por unas logradas luces e
imágenes psicodélicas.
Pero a partir de aquí el
concierto empezó a decaer notablemente en cuanto a ritmo e intensidad, e
incluso por momentos en cuanto a sonido. Comenzando por la reciente “We Built
This House” que sin sonar mal no acabó de enganchar, rematada después por un
solo de guitarra de Matthias Jabs
bastante soso, acabando de bajar con un medley acústico de baladas que comenzó
prometedor con “Always Somewhere” pero que se quedó en poca cosa después con
“Eye Of The Storm” y “Send Me An Angel”, para hacer que me desconectara ya casi
por completo con “Wind Of Change”, que tendrá mucho simbolismo histórico por el
momento en la que se escribió, pero que me sigue pareciendo de lo más aburrido
que han hecho Scorpions en su
carrera.
Se recuperó un poco el pulso con
una “Dynamite” algo atropellada, y de nuevo bajón con la breve instrumental “In
The Line Of Fire” con la que enlazan para que James Kottak realice su habitual show “Kottak Attack” elevando su
set de batería sobre una plataforma y que si se ve por primera vez puede
resultar atractivo, pero que visto una vez vistas todas. Con “Crazy World” no
mejoró mucho la cosa, a pesar de ser un tema rescatado para el set ya que hacía
años que no lo tocaban en directo pero me da la sensación de que no acabó de
resultar todo lo bien que se podía esperar, repuntando con la última de las
nuevas “Rock & Roll Band” y “Blackout” que nos pusieron más las pilas, y
con “Big City Nights” que por el contrario les quedó bastante sosita antes de
los bises. Bises previsibles con “Still Loving You” cantada por el público
acompañando una bonita interpretación del grupo, cerrando definitivamente con
esa versión renovada de “Rock You Like a Hurricane” que vienen tocando hace
años y que sin estar mal del todo sigue sin acabar de convencerme, a ver si
recuperan la original de “Love At First
Sting”.
Final discreto para un concierto
que comenzó realmente bien, pero que después del medley setentero bajó mucho
perdiéndose en excesivos parones instrumentales, solos y partes lentas,
seguramente para que la voz de Meine
descansara. Esto lo dice alguien que tiene a Scorpions como una de sus referencias y que ha viajado por Europa y
España para verlos más que a ningún otro grupo, puede que tengan el listón muy
alto y que sólo fuera un día irregular, pero los años y las giras pesan y una
retirada a tiempo puede ser una victoria.
Si con Scorpions uno siempre espera lo mejor y en esta ocasión nos
quedamos a medias, con NIGHTWISH la verdad es que no tenía demasiadas
expectativas ya que hace algún tiempo que me desenganché bastante de la banda
finesa. Ya los últimos discos con Tarja
y el intento con Anette Olzon no me
dijeron gran cosa, y ahora con Floor
Jansen como vocalista apenas he escuchado un par de veces su último disco “Endless Form Most Beautiful” y no he
terminado de sacarle todo el jugo. Pero mira tú por donde se presentan en el Rock Fest con una magnífica puesta en
escena y un espectacular sonido y son capaces de hacerme estar pendiente de
toda su actuación e incluso de acercarme al escenario para poder comprobar más
fielmente el extraordinario momento de forma que atraviesa el grupo.
Resultó toda una sorpresa para mi
ver como Floor Jansen ha sido capaz
de hacerse con las riendas de una banda tan compleja en su concepción creativa,
con un tremendo crecimiento escénico y un dominio total de los tiempos mostrado
por la ex de After Forever que,
además de una gran imagen hizo gala de una capacidad vocal sencillamente
espectacular, llegando a todo, con un amplio rango de tonalidades, sin abusar
tanto de las partes líricas y engoladas como solía hacer Tarja, pero siendo capaz de dar el dramatismo necesario en cada
momento sin dejar de desprender simpatía.
Pero la holandesa no estaba sola y sus
compañeros de faena rayaron todos a gran altura, desde la pegada técnica y
sólida del batería Kai Hahto, hasta
las exhibiciones de virtuosismo del guitarrista Emppu Vuorinen y del teclista Tuomas
Holopainen, sin olvidarnos por supuesto de la imponente labor al bajo y a
las voces de Marko Hietala.
El concierto comenzó tras una
intro sinfónica con el tema de choque del último disco de la banda “Shudder
Before The Beautiful” potente y melódico con el que ya empezaron a llamarnos la
atención, continuando con “Yours Is An Empty Hope” en modo más acelerado y
teatral siendo de lo mejor de la actuación, para volver al pasado más o menos
reciente con “Amaranth” antes de volver con temas nuevos de la mano de la más
tranquila “My Walden” y de una currada “Weak Fantasy”. Hasta aquí las novedades
y vuelta a recordar etapas anteriores comenzando por “I Want My Tears Back”
adornada por un curioso aporte de gaita, a la que sucedió una terna final de
temas marcadamente líricos.
Así “Stargazer” sirvió para
evocar el primigenio “Oceanborn” con
una generosa ración de llamaradas acompañándolo, al igual que “Ghost Love
Score” lo hizo como representación de “Once”
posiblemente el último disco de Nightwish
que me llamó la atención hasta ahora y que sonó espectacular, cerrando
definitivamente con “Last Ride Of The Day” completando una buenísima actuación
que superó con creces lo que yo esperaba encontrarme.
Y si lo de Nightwish fue un espectáculo para los sentidos, lo de SAXON
fue una lección de autenticidad en toda regla. Con muchos menos artificios, con
unas luces más que discretas, con el cansancio acumulado de todo el día ya
empezando a pesar, pero con un puñado de clásicos atemporales, con una actitud
insuperable y con las ganas de unos principiantes, los británicos nos hicieron
disfrutar de una hora de puro goce heavy metalero old school.
De hecho no se
complicaron la vida en absoluto y desde que empezó a sonar el motor del
comienzo en “Motorcycle Man” se vio que aquello iba a ser algo grande. Con un Biff Byford en un sensacional momento
de forma vocal, llegando a todo sin problemas, cantando alto y claro lo que
queríamos escuchar, acompañado por los riffs punzantes y nítidos que salían de
las guitarras de Paul Quinn y Doug Scarratt, mientras que el híper
activo Nibbs Carter al bajo y el
felizmente repuesto de sus dolencias recientes Nigel Glocker a la batería daban sustento a todo aquello.
Sin apenas pausa fueron cayendo
uno tras otros himno tras himno los temas que han puesto la banda sonora de
infinidad de seguidores del heavy metal desde los primeros ochenta, con una
única concesión más reciente con “Sacrifice” que sonó brutal en segundo lugar y
no desentonó en absoluto. A partir de aquí todo fue prácticamente del tirón,
“Power & The Glory” inmensa, “Strong Arm Of The Law” perfecta, “Heavy Metal
Thunder” frenética, “And The Bands Played On” entrañable, “747 (Strangers In
The Night)” mítica, “Crusader” épica, “Princess Of The Night” mágica, en fin, a
estas alturas no creo que haga falta decir mucho más.
Para el final “Wheels Of
Steel” en la que Byford, tras
presentarla vacilonamente como “Running Free” la primera canción de la NWOBHM, puso
a botar y corear al público al son que el marcaba como suele hacer
habitualmente, quedando “Denim And Leather” como broche final a una hora que
tardará en borrarse de la memoria de los que tuvimos la suerte de poderla
compartir. Alguno dirá que no hay nada nuevo, que es lo de siempre, los mismos
temas desde hace más de treinta años, pero mientras lo de siempre se siga haciendo
igual de bien por mí que no cambien, eso sí, el día que les dé por incluir en
el repertorio “Back On The Streets” ya lo acabarán de bordar.
Casi las dos de la madrugada,
muchas horas de conciertos, cansancio acumulado, y el listón muy alto dejado por
Saxon. Con todos estos factores
tenían que lidiar W.A.S.P. que aun así fueron capaces de retener a
un buen puñado de fieles que esperaban para ver las evoluciones de Blackie Lawless y los suyos. Y la
verdad es que no empezaron mal enlazando dos clásicos de su primer disco como
fueron “On Your Knees” y “The Torture Never Stops”, sonando decentemente y con
la gente entregada. La voz de Blackie
parecía lo suficientemente correcta como para defender los temas, aunque su
aspecto físico era muy desmejorado, y así siguió con “The Real Me” la versión
de los Who que siguió sonando
bastante bien apoyándose en la labor del bajista Mike Duda, mientras que el guitarrista Doug Blair pasaba más desapercibido.
Con “L.O.V.E. Machine” empezaron
a aparecer los primeros desajustes, Patrick
Johansson creo que no tuvo su mejor día a la batería y por momentos aquello
empezó a sonar deslavazado, descoordinado, como si cada uno fuera por su lado,
embarullándose con “Wild Child” y más aun con una especie de medley de
“Sleeping (In The Fire)” y “Forever Free” que no hizo justicia a estas dos
buenas baladas. Visto lo visto y viendo que nos quedaban dos largas jornadas
más por delante decidimos poner rumbo a nuestro alojamiento y dar por
finalizado el primer día de Rock Fest,
dejando a W.A.S.P. ya ante menos público
que con el que empezaron y escuchando mientras nos alejábamos las notas de “I
Wanna Be Somebody”, “Chainsaw Charlie” y “Blind In Texas”.
Viernes 23 de julio
La segunda jornada del Rock Fest Barcelona se presentaba para
nosotros bastante más tranquila que la primera, ya que dados los horarios y la
composición del cartel de este día, además de por el agobiante calor que seguía
presente, decidimos dosificarnos para llegar enteros a las actuaciones para
nosotros más relevantes. Así que ya con el sol cayendo, y después de que
hubieran actuado bandas de corte bastante cañero como Hamlet, Entombed AD, Brujería, Nuclear Assault o Destruction,
además de Axxis y Powerwolf, llegábamos al recinto de Can
Zam escuchando los últimos momentos de la actuación de los
donostiarra-americanos Angeles del
Infierno que por lo que sabemos no tuvieron su mejor día.
Era el momento para ver la
descarga de los germanos HELLOWEEN, una banda que al igual que me pasaba
con Nightwish les tenía un poco
perdida la pista hace algún tiempo, pero que como me sucedió con los
finlandeses tras su actuación han conseguido que vuelva a prestarles más
atención. Salieron a matar desde el principio, sabían que solo disponían de una
hora y la aprovecharon perfectamente, sonando rotundos y nítidos, potentes y
divertidos, arrancando después de la habitual intro de las trompetas de Jericó
con dos temas de su época más gloriosa de los Keepers, “Eagle Fly Free” y “Dr. Stein”, sonando ambos muy bien y
siendo recibidos con alborozo por un muy numeroso público.
Tras este arranque clásico
llegaba la hora de presentar el nuevo trabajo del grupo “My God Given Right” con el tema que le da título y que fue
igualmente muy bien acogido por la concurrencia coreando su estribillo al
compás que marcaba un Andy Deris
pletórico y que seguramente sea la vez que en mejor forma le he visto en mucho
tiempo, realmente entonado en sus tareas vocales y bromeando en su español
chapurreado después de tantos años afincado en Tenerife. No se quedaron mancos
tampoco sus compañeros, las guitarras de Michael
Weikath y Sascha Gerstner se
cruzaban con acierto, mientras que la batería de Dani Loble y el bajo del siempre sonriente Markus Grosskopf se dejaban notar con poderío y solidez.
Mínimo guiño para el anterior
trabajo del grupo “Straight Out of Hell”
con “Waiting For The Thunder” que también funcionó muy bien en directo,
volviendo de nuevo al último disco con “Lost In America” en la que cuentan sus
peripecias por Sudamérica durante alguna de sus giras con su gracejo
característico. Hasta aquí las novedades para retrotraernos luego hasta los
primeros tiempos de Deris en la
banda con el medio tiempo “If I Could Fly” y con la rotunda “Power” que me
agradaron bastante, para después sorprendernos tocado con una chistera negra
ejecutando un intenso medley mezclando temas de varias épocas del grupo, desde
“Halloween” hasta un espectacular “Keeper Of The Seven Keys” abreviado, pasando
por retazos de “Sole Survivor”, “I Can” y “Are You Metal?”.
El final, al igual que el
principio fue pura fiesta tirando de dos de sus himnos más gloriosos y
coreados, “Future World” y “I Want Out” perfecto cierre para una muy buena
actuación que se nos hizo corta de una banda que parece volver por sus fueros,
esperemos que les dure la gasolina.
Sin casi tiempo de descanso, y
mientras sonaba enlatada “It’s a Long Way To The Top” de AC/DC, la fiesta seguía para asistir a lo que se ha anunciado como
la gira de despedida de TWISTED SISTER. Con la figura del recientemente
fallecido AJ Pero permanentemente
presente en las pantallas y con nada menos que Mike Portnoy reclutado para tomar su lugar a la batería, salían a
escena Dee Sneider (en una admirable
forma física para su edad), y los suyos para repartir cera hard rockera sin
concesiones durante ochenta intensos minutos, comenzando por una acelerada
“What You Don’t Know (Sure Can Hurt You)”, a la que sucedieron sin apenas pausa
“The Kids Are Back” y “Stay Hungry”, sonando bastante mejor que en otras
ocasiones que he visto al grupo, sobre todo por una mejor ejecución en las
guitarras de Eddie Ojeda y Jay Jay French, mientras Mark Mendoza aporreaba su bajo como
siempre y Portnoy sacaba adelante su
labor con brillante sencillez.
Tras esta primera andanada charla
de Sneider para ponernos al día y
sobre todo para recordar a AJ antes
de cargar con la pesada “The Beast”, con la motivante “You Can’t Stop Rock
& Roll” y con la igualmente coreada “I Believe In Rock & Roll” que terminó
con el vocalista americano en el escenario de al lado recriminando de una forma
bastante brusca a los pipas de Europe
que estaban preparando el equipo de los suecos para su actuación, creo que le
sobró un poco esta actitud ya que no hacía falta esa pose chulesca de “este es
mi show y aquí mando yo” porque estaba actuando dentro de un festival con lo
que eso conlleva y tu banda también ajustaba detalles mientras tocaba Helloween, y además, al menos hacia
fuera, no influía para nada en el sonido de los Sister. Le valió para llevarse la ovación de una entregada multitud
que siguió vibrando con el single fiestero por excelencia “We’re Not Gonna Take
It” con el consabido vacile en castellano del “Huevos con Aceite” ayudado por Mendoza.
La cosa se puso más seria con
“The Fire Still Burns” y con la balada “The Price” en la que los presentes a
requerimiento de Sneider sacaron
mecheros y luces de móviles para acompañarla creando un emotivo momento,
oscureciéndose todo después con una rotunda “Burn In Hell” redondeada con un
solo de batería grabado de AJ Pero a
través de las pantallas de vídeo. Fin de fiesta con una súper coreada “I Wanna
Rock” y con la no menos macarra “S.M.F.” en la que Jay Jay adquirió mayor protagonismo al final y con la entrada en
escena de los pipas del grupo como parte fundamental de este. Muy buen
concierto que ya veremos si es el último de Twisted Sister en España o si habrá una próxima ocasión.
Y terminaba para nosotros este
segundo día con una de las bandas a la que más ganas tenía de ver del festival,
los suecos EUROPE.
Desde que volvieron a reunirse hace unos años han ido convenciéndome cada vez
más con cada uno de sus lanzamientos, mostrando un gusto y madurez tremendos
sin olvidarse de sus orígenes ni de sus etapas más comerciales, pero ahondando
acertadamente en las raíces del hard setentero. Dieron buena cuenta de su
último trabajo “War Of Kings” del que
nos dejaron cuatro temas, empezando por el que le da título que sonó brillante
dentro de su pesada cadencia con el bajo de John Leven y la batería de Ian
Haughland muy marcadas, mientras que Mic
Michaeli con sus teclados y John
Norum con su guitarra hacían virguerías, entre las que se salía la voz de
un Joey Tempest en estado de gracia.
Con una brillante “Hole In My
Pocket” siguieron presentando temas nuevos que eran bien acogidos por los fans
de la banda que en su mayoría, al igual que los propios músicos, han ido creciendo
y madurando, pero que también disfrutaron del primer guiño ochentero con
“Superstitious” que nos encantó, al igual que la heavy “Scream Of Anger” que
lleva sonando desde hace tiempo en las giras del grupo.
Se relajó un poco el
ambiente con “Last Look At Eden” que cuanto más la escucho más me gusta, antes
de volver a la actualidad con un embaucador “Nothing To Ya”, regresando al
pasado con “Ready Or Not”, “Rock The Night” jugando y haciendo participar al
público y “Sign Of The Times”, tema este último recuperado de “Out Of This World” y que pilló
descolocado a más de uno, antes de llegar al final con “Days Of Rock &
Roll” probablemente el tema de los nuevos que mejor resultó por los haciendo saltar
y corear al público.
Pero claro, si hay un tema que
había que cantar era el celebérrimo “The Final Countdown”, que estará muy
sobado, que nos saturó, pero que sigue siendo un señor tema capaz de levantar cualquier
concierto, y que en esta ocasión resultó especialmente épico con la lluvia
cayendo con fuerza creando un ambiente espectacular con la gente botando y el
grupo entregado. Otro muy buen concierto de esta banda que no vende como hace
unos años, pero que ha progresado espectacularmente.
Decidimos que no podía haber un
colofón mejor para el día y nos retiramos a descansar antes de encarar un
sábado que se presentaba de lo más completito. Eso sí, me quedé con ganas de
haber visto a los remozados Annihilator,
pero entre medías había que esperar a que descargaran los hardcoreros Hatebreed a los que empezamos a
escuchar mientras abandonábamos el recinto del festival y la verdad es que nos
sobrepasaban con su brutalidad. Por lo que pudimos saber luego la banda de Jeff Waters tuvo bastantes problemas de
sonido y además su concierto coincidió con una tremenda tormenta.
Sábado 25 de julio
Después de una noche de tormentas
el tiempo dio una pequeña tregua y se suavizó un poco, y aprovechando las
circunstancias y tras un buen descanso nos acercamos a primera hora para ver a
una banda por la que sentimos especial debilidad y que es el mayor exponente
del thrash metal patrio, los albaceteños ANGELUS APATRIDA. A la hora del aperitivo, o del
desayuno para algunos, empezábamos la jornada con una poderosísima descarga que
comenzó tras la intro enlatada de la banda sonora de “Regreso al Futuro” con la arrolladora “Immortal” tema que también
abre su magnífico último trabajo “Hiden
Evolution”. A pesar de algún que otro gesto airado de Guillermo Izquierdo, guitarrista y cantante del grupo, hacia los
técnicos del escenario, hacia fuera todo sonaba con una fuerza y nitidez espectaculares. Las guitarras tanto
del propio Guillermo como de Diego Alvarez sonaban afiladas y duras,
el bajo de José J. Izquierdo
tremendamente presente y potente, y la batería de Víctor Valera técnica y precisa.
Continuaron arrollando con
“Violent Dawn” recordando su LP de 2012 “The
Call”, antes de dejarnos otro trallazo de los nuevos “End Man” donde las
melodías de voz y guitarra se modularon con un acierto total sin abandonar un
ápice de fiereza, recrudecida para recordar un de sus temas más conocidos
“Vomitive” con la que se montó el primer circle pit de la tarde con un buen
puñado de fans dando vueltas frenéticamente frente al escenario. Siguió el show
con “Of Men And Tyrants” y con la etílica “Fresh Pleasure” lata de cerveza en
mano, antes de que apareciera tímidamente la lluvia para acompañar una
magnífica “Give ‘em War”.
Se embrutecieron más si cabe con
los redobles de “First World Of Terror”, montándose de nuevo el circle pit con
“Blast Off” tema que abría el disco “Colckwork”
de forma frenética, para seguir con “Serpens In Parade” tocado a toda velocidad con un Guillermo desafiante, antes del
misterioso comienzo de “You Are Next” otro gran ejercicio de thrash metal old
school con el que se despidieron por primera vez poniendo en valor el estilo a
nivel patrio pudiendo mirar a los ojos y hasta por encima del hombro a muchas
formaciones foráneas, cerrando definitivamente con “Legally Brainwashed” para
terminar de dejarnos sin aliento.
Para empezar el día no estuvo
nada mal, así que nos fuimos a comer, descansamos un poco y regresamos sobre
las seis y media para encarar la recta final de un festival que estaba siendo
un éxito, pero del que todavía quedaba lo mejor. Entre medias nos perdimos a Battle Beast, Refuge, Primal Fear y LGP, por lo que pudimos saber luego
todos cumplieron en mayor o menor medida. Lo primero con lo que nos encontramos
a la vuelta fue con unos KROKUS que entraron a última hora en el cartel
sustituyendo a Sebastian Bach y que
a la vista de su concierto creo que no pudieron elegir mejor.
Concierto electrizante, poderoso,
divertido, con un frontman como Marc
Storace que mostró sus tablas manejando la escena rodeado por tres guitarristas
como el veterano Fernando Von Arb
que destilaba clase y esencia hard rockera, Mark Kohler más discreto en tareas puramente rítmicas, y Mandy Meyer (ex Gotthard, Unisonic) que
se encargó de la mayoría de los solos. Por su parte el bajista Chris Von Rohr se mostró muy activo y
el batería Flavio Mezzodi aportaba
una poderosa pegada para dar sustento a la decena de temas con la que cubrieron
su hora de actuación.
Comenzando por una provocadora
“Long Stick Goes Boom” con Storace
porra en mano y con un pequeño guiño a The
Who metiendo unos acordes de “Pinball Wizard”, siguiendo con la más
conocida “American Woman” versión endurecida de los canadienses The Guess Who, y de una hímnica
“Hellraiser”, antes de relajarse un poco en “Winning Man” donde incluyeron unas
notas del tema principal de “James Bond”.
Más caña rockanrolera con “Eat The Rich” con mucho rollo AC/DC, siguiendo con la potente “Headstrokes” con el público
coreando su estribillo y con otro pequeño guiño a los clásicos, en este caso con
un retazo de “Rock Bottom” de UFO, y
con la motera “Easy Rocker” con la guitarra de Meyer abrasiva en un breve solo.
El cierre vino con la más
melódica “Fire” que aceleraron al final para enlazar prácticamente sin pausa
con una muy heavy “Headhunter” con las guitarras echando humo, dejando como
colofón otra buena versión “The Mighty Queen” de Bob Dylan rematada por un breve solo de batería de Mezzodi.
Buena descarga la de los
suizos y una inmejorable manera de empezar la tarde antes de llegar al momento
cumbre del fin de semana. Antes de llegar a ese momento los asturianos Warcry a pesar de no gozar del mejor
sonido posible hicieron las delicias sobre todo de los más jóvenes con su power
hímnico, pero nosotros ya teníamos la cabeza puesta en el motivo principal que
nos hizo desplazarnos hasta Santa Coloma y no les prestamos la suficiente
atención como para poder entrar en más detalles.
Una vez bien ubicados cerca del
escenario poníamos los cinco sentidos para presenciar el concierto que
llevábamos esperando más de treinta años, no era otro que el de los japoneses LOUDNESS.
Cuando uno espera algo con tantas ganas siempre corre el riesgo de llevarse una
decepción, más después de haber pasado tanto tiempo, pero afortunadamente el
show de los nipones no solo cubrió mis expectativas sino que incluso las
superó. Con el paso del tiempo lógicamente reflejado en su rostro, Minoru Niihara (voz), Masayoshi Yamashita (bajo), Masayuki Suzuki (batería, ex Saber Tiger incorporado al grupo en
2009 tras la muerte del original Munetaka
Higuchi) y sobre todo Akira Takaski
(guitarra) se marcaron una tremenda ejecución musical sobre las tablas del
escenario derecho del Rock Fest.
Para un buen puñado de fieles todo
era expectante excitación alrededor de este concierto, mucha gente con camisetas
y parches del grupo, y en cuanto comenzó a sonar el primer riff de “Crazy
Nights” la pasión se desbordó, que manera de sonar y de transmitir, pura
energía, pura magia. Ya vimos que iba a ser la tarde de Akira, para mí sin duda el músico más brillante de todos los que
comparecieron en Santa Coloma durante los tres días, y el que más me ha
impactado en directo en mucho tiempo.
Abrir el concierto de esa manera
conllevaba el riesgo de no llegar a un listón tan alto, pero ellos lo hicieron,
con más temas clásicos de su obra maestra de 1985 “Thunder In The East”, como un brutal “Like Hell” con Niihara interpretándola con pasión, al
igual que “Heavy Chains” y una excelente “We Could Be Togheter” nuevamente con
un estratosférico solo más melódico de Akira.
Así, sin anestesia, nos habían inoculado prácticamente toda la primera cara de
aquel brillantísimo LP, y siguieron haciéndolo con otro de los temas que más
sonó en su momento, la comercial “Let It Go” perteneciente a su siguiente disco
“Lightning Strikes” siendo igualmente
coreada y celebrada por los presentes que a esas alturas ya estábamos
absolutamente hipnotizados.
Nos trasladaron unos años más
atrás en el tiempo para recordar otra maravilla como “Crazy Doctor” del LP “Disillusion” antes de que el señor Takasaki acabará de matarnos con un
enrome solo mostrando buena parte de su catálogo de habilidades a la guitarra,
enlazando con otro de los temas estrella de Loudness, “In The Mirror” con su inconfundible riff haciéndonos
vibrar bien sustentado por la poderosa pegada de Suzuki.
En el tercio final, qué rápido se
nos pasó, nos dejaron dos temas actuales que mantuvieron el nivel, “The
Stronger” de su disco “2.0.1.2” y
“The Sun Will Rise Again” que da título a su última entrega publicada hace unos
meses y con la que parece que definitivamente recuperan su mejor sonido de los
ochenta olvidándose de experimentos más pesados con los que nos castigaron hace
unos años. Para el cierre otros dos clásicos, “Esper” una barbaridad de
velocidad técnica y “S.D.I.” acompañada por los coros y el puño en alto de los
fans.
Un deseo cumplido, una deuda
saldada, y sobre todo una satisfacción enorme la que nos llevamos de la mano de
una de nuestras bandas favoritas y que, para mí, fueron los triunfadores del
Festival. Sólo espero poder repetir la experiencia pronto. Domo Arigato.
Y sin casi tiempo para poder
asimilar la enorme experiencia que acabamos de tener tocaba cambiar de
escenario para ver a ACCEPT, otra apuesta segura a poco que se
acercaran al nivel mostrado en su concierto de La Riviera de hace unos meses.
Y
así fue, en formato recortado por disponer de menos tiempo, pudimos disfrutar
de otra magnífica dosis de heavy metal de altura dispensada de la mano de Wolf Hofmann y los suyos. Junto a él su
habitual metrónomo Peter Baltes al
bajo, con el espléndido Mark Tornillo
a la voz, y con dos nuevas incorporaciones que han entrado recientemente en la
banda, el guitarrista Uwe Lewis (ex
Grave Digger, Rebellion, V8 Wankers) y el desconocido batería Christopher Williams, sustituyendo a Herman Frank y Stephan Schwarzmann respectivamente. Sobre todo el nuevo
guitarrista le dio más brío e imagen que su predecesor, aun asumiendo su papel
exclusivamente de apoyo rítmico al líder Hofmann.
Empezaron a todo trapo con la
arrolladora “Stampede”, pasando luego a la marcialidad marca de la casa con
“Stalingrad”, para tirar de clásicos después con un excelente “London Leather
Boys” y de una furiosa “Restless & Wild”, regresando a la actualidad con la
más atemperada “The Final Journey” adornada por ese guiño a la música clásica
que Wolf clava con su solo.
Registros más rítmicos y pesados
con “Princess Of The Dawn” y “Pandemic”, demostrando que los temas clásicos y
los más actuales conviven sin ningún problema en el repertorio del grupo,
llegando a uno de los momentos más calientes con “Fast As A Shark”
absolutamente speedica y aplastante, antes de reventar un poco más con “Metal
Heart”. “Teutonic Terror” y “Balls To The Wall” fueron el colofón perfecto para
otra clase magistral al estilo Saxon
de una banda que sigue teniendo muchísimo que ofrecer, lástima que esta vez
dispusieran de tan poco tiempo.
Como decía al inicio de la crónica del festival uno
de los problemas de éste es que no había casi tiempo para poder degustar las
actuaciones, y así fue una vez más con este nuevo cambio de escenario ya que
nada más terminar Accept ya estaba
sonando enlatado el “War Pigs” de Black
Sabbath como preámbulo de la actuación de los cabezas de cartel del día, JUDAS PRIEST.
Con un montaje algo más sobrio que en otras ocasiones se presentaba la leyenda
de Birmingham para ofrecer un show que, por las referencias que teníamos de
otros recientes del grupo en algunos festivales europeos, prometía y mucho. Y
para mí cumplieron con nota, si bien es verdad que su cien mejores conciertos
seguro que ya los han dado, en este de Barcelona recuperaron parte del crédito
perdido por el camino con directos bastante deficientes como el de hace unos
años en Leganés compartiendo cartel con Saxon
y Motorhead.
Mucha culpa de esta mejor impresión
viene dada por una mejor ejecutoria vocal a cargo de Rob Halford, muy apoyado con recursos técnicos desde la mesa de
sonido, pero con mucho mejor nivel que otras veces, eso sí, el maquillaje no le
favorecía lo más mínimo. El resto del grupo sigue siendo una precisa máquina
perfectamente engrasada en la que Scott
Travis desde los tambores e Ian Hill
con el bajo marcan el ritmo sin fisuras, y donde la pareja de guitarristas
desarrolla su labor con brillantez, dejando cada vez más cancha y protagonismo el
veterano Glenn Tipton al joven Richie Faulkner que se marcó
prácticamente la mitad de los solos del concierto, además de mostrar un aplomo
y confianza en sí mismo que hicieron que no echáramos demasiado en falta a K.K. Downing.
Venían presentando nuevo disco, “Redeamer of Souls”, y fue precisamente
con uno de los temas de choque del mismo con lo que empezaron, la sombría e
intrigante “Dragonaut” que nos metió en faena para seguir sin pausa con el
clasicazo “Metal Gods” coreado a grito pelado por la muchedumbre, que también
agradeció la vuelta al repertorio del grupo de la magnífica “Devil’s Child” que
fue un placer volver a recordar en un muy buen nivel general.
Claro que para clásico y para
temazo un “Victim Of Changes” que me encantó, algo adaptada a las capacidades
actuales de Halford pero con toda su
esencia y sabor, pasando luego a la actualidad con otro tema nuevo “Walls Of
Valhalla” que cumplió con sus potentes aires épicos, antes de romper de nuevo
con un “Turbo Lover” que además por el guardapolvos plateado de Halford, nadie más que él podría
lucirlo como él, destacó por uno fantástico sonido de guitarras cruzadas.
Llegamos al ecuador del show con
el tema título del último disco que sonó crudo y poderoso rasgándose entre buenos
matices vocales, que subieron de nivel e intensidad con otra joya como “Beyond
The Realms Of Death”, y con una más que correcta “Jawbreaker” que Halford sacó adelante con alguna
dificultad pero acabando arriba, descansando un poco con “Breaking The Law”
cantada en buena parte por el público, antes de sacar a escena la moto sobre la
que se recuesta últimamente para interpretar un “Hell Bent For Leather” de lo
mejorcito en los últimos tiempos antes de abandonar fugazmente las tablas
volviendo tras “The Hellion” con una no menos buena “Electric Eye” como primer
bis, sucedido por una excelente “You’ve Got Another Thing Coming” con el
habitual juego de coreo contestado por los fans y rematada por un buen solo de Faulkner.
Pausa algo más larga, no mucho
tampoco, y Scott Travis desde su set
de batería nos pregunta que queremos escuchar obteniendo una respuesta unánime,
“Painkiller”, aporreando de inmediato sus tambores antes de que Halford, bastante ayudado insisto, se
marcara una dignísima interpretación del tema dada su exigencia y quedando
prácticamente exhausto al final del mismo, ¿teatralidad parte del show o falta
de fuerzas real?, cada uno que piense lo que quiera. Cierre definitivo con la
festiva “Living After Midnight” cantada y bailada por todos para completar el
mejor concierto que he visto de Judas
Priest desde la vuelta de Halford.
El último grupo que teníamos
marcado para ver en el festival era RIOT V, o lo que es lo mismo, la renovada marca de
los míticos Riot tras el triste
fallecimiento de su líder y fundador Mark
Reale. De hecho ninguno de los miembros de Riot V pertenecieron a las primeras formaciones de Riot, pero algunos de ellos sí que formaron
parte de algunas de las alineaciones más importantes de la banda, como el
bajista Don Van Stavern y el
guitarrista Mike Flyntz. Ambos,
junto al batería Frank Gilchriest
(ex Virgin Steele) primero, al vocalista Todd
Michael Hall después, y más recientemente al guitarrista Nick Lee, alumno aventajado del propio Flyntz, han completado por lo que pudimos
comprobar una potentísima formación que funciona como una apisonadora en
directo.
Salieron a matar y sin hacer
prisioneros atacaron con una velocísima “Thundersteel”, como diciendo a los que
se iban después del concierto de Judas
Priest, no os vayáis que vamos a seguir dando caña. Además sonando muy
bien, poderosos y claros, con un Todd
absolutamente encendido llegando a todos los agudos con una solvencia brutal,
algo que mantuvo a lo largo de todo el concierto, además de mostrar una
imponente imagen y forma física.
Siguieron arrollando con “Fire Down Under”,
con una brillante “Flight Of The Warrior” que nos enganchó con su épico
estribillo lleno de motivación, para pasar a presentarnos uno de los dos temas
que cayeron del primer disco publicado por la banda como Riot V, “Unleash The Fire”,
y que sonó igualmente rápida con Flyntz
y Lee trasteando con sus guitarras
clavándolas sobre su buena melodía central, como en la frenética “Black Leather
& Gliterring Steel”, como representación del álbum “The Privilege Of Power” de 1990.
Después de este agotador inicio nos
dieron un ligero respiro con la rítmica y guerrera “Sign Of The Crimson Storm”,
para llevarnos luego hasta los primeros tiempos del grupo con la añeja “Road
Racin’” perteneciente al LP “Narita”
de 1979, pasando a los 90’s con otros dos temas nos menos buenos, un “Outlaw”
en la que descubrimos que el señor Michael
Hall también se maneja a la perfección con los tonos medios, y la más hard
rockera y evocadora “Angel Eyes” única que tocaron del fantástico “Inishmore” del que no me hubiera
importado nada que hubiera caído alguna más.
Afortunadamente la discografía de
Riot da para mucho y así pudimos
disfrutar de una genialidad hecha canción como es el emotivo medio tiempo
“Bloodstreets” que sonó enorme rivalizando voces y guitarras en intensidad y
clase para goce de una parroquia que sin ser ya muy numerosa me da la sensación
que sí era de las más fieles y entregadas del festival. Para el final quedaron
“Take Me Back” el otro tema nuevo que sonó igualmente potente y melódico sin
desentonar entre el resto, antes de apareciera en escena una funda de guitarra
con el nombre de Mark Reale escrito
en ella provocando la consiguiente ovación y sirviendo como preámbulo para que Van Stavern cogiera una botella de
tequila brindando a la salud de los miembros de Riot ya desaparecidos además de Reale como Rhett Forrester
o Guy Esperanza.
Y ya que estaba corriendo el
tequila pues que mejor que hacer “Swords & Tequila”, otro de esos temas
sencillos y efectivos que se cantan solos en los conciertos suponiendo una
fiesta para músicos y público con Todd
inmortalizando el momento con su móvil, dejándonos como colofón el himno
“Warrior” también muy celebrado y para el que invitaron además a dos de los
puntales de Loudness, el guitarrista
Akira Takasaki y el bajista Masayoshi Yamashita que se metieron en
fiesta aportando un punto más de exclusividad a un momento que no creo que se
repita demasiadas veces.
Una dulcísima guinda para un
conciertazo lleno de fuerza, emotividad y clase con el que, para no quitarnos el
agradable regusto que nos acababa de dejar, decidimos dar por finalizado el
festival por nuestra parte. Luego tocaban Venom
en el escenario de al lado congregando por cierto a un notable número de
seguidores, pero la verdad entre que su oscura propuesta nunca nos han gustado
y que ni siquiera eran los originales sólo con el bajista y cantante Cronos como miembro original, apenas
escuchamos un par de temas mientras abandonábamos el recinto de Can Zam en el
que tan buenos ratos habíamos pasado durante tres intensos días de un festival
bastante bien organizado, con un gran cartel y que en general creo que ha
satisfecho ampliamente a todos los que hemos formado parte del mismo, ahora
sólo queda esperar que la edición del próximo año sea igual o mejor.
Texto: Mariano Palomo
Fotos: Diego L. Pérez
Nota de la Redacción: Hemos tardado tanto tiempo en publicar
esta crónica ya que fuimos acreditados para el festival por Force Magazine,
algo que agradecemos mucho a su director Mariano Crespo, y dado que hasta dentro de unos días dicho medio no
publicará su próximo número incluyendo este contenido hemos creído lógico y
justo esperar a publicarlo nosotros hasta ahora.
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