14 de octubre 2016. Sala Changó Live
Una de las bandas más en forma
del hard rock nacional volvía a tocar en la capital después algunas recientes apariciones
en festivales que servían para preparar lo que era una importante cita
presentando oficialmente su último trabajo en estudio. Hablamos de ATLAS y
de su “Nuevos Tiempos, Viejas Costumbres”,
tercer disco del grupo reuniendo a su formación original, Ignacio Prieto (voz y guitarra rítmica), Manolo Arias (guitarra), Angel
Arias (bajo) y José Martos
(batería), que después de unos años de incertidumbre afortunadamente ya pasados
han vuelto a la carga con más fuerza que nunca.
El evento como decía era
importante para ellos y se notaba, desde su intensa promoción con la gente de
su compañía, The Fish Factory,
cuidando hasta el último detalle, pasando por una trabajada puesta en escena,
no muy recargada pero sí con el toque justo de originalidad con especial
mención para el trabajo de luces de la pantalla del fondo del escenario, hasta
la inclusión en algunos temas para este directo del teclista invitado Pavel Mora (Monterrey, ex Santelmo).
A pesar de todo esto el público,
una vez más, no respondió en la medida que en mi opinión merece un grupazo como
Atlas, apenas alrededor de un par de
centenares de fieles acudimos a la Sala Changó de Chamberí a disfrutar del
concierto, algo que no pareció importarles mucho ya que tras una intro a modo
de medley enlatado con algunos de sus temas repasando su trayectoria
perfectamente reflejada en la citada pantalla de vídeo, salieron a matar,
sonando tremendamente poderosos, con un volumen excesivamente alto en un
principio que junto a cierta sobrexcitación inicial hizo que “Cosa de Valientes”
como primera muestra del último disco y la primigenia “Unidos,” sin sonar mal no
acabaran de quedar todo lo redondos que hubiera sido deseable.
Tras esta primera andanada y ya
con la maquinaria engrasada siguieron con el recuerdo de su debut discográfico descargando
“Condenado Loco” haciendo palmear a la gente, no muy numerosa como decía pero
entregada de principio a fin, acompañando sus acordes iniciales con esos aires hardrockeros
clásicos, cambiando de registro notablemente dando entrada en escena a Pavel para que desde sus teclados
prolongara la barroca intro de “Vete al Infierno” una de las composiciones más
cañeras del grupo y en la que Manolo
con su Fender blanca recordó al mejor Malmsteen
mientras Ignacio se desgañitaba
llegando con aparente facilidad a tonos muy altos.
Vuelta al recuerdo, en este caso
al segundo trabajo del grupo “Contra
Viento y Marea”, para dejarnos la autoafirmante “Oveja Negra” con ese rollo
festivo a lo “Slide It In” quedándoles magnífica, antes de presentar otra de
las nuevas, la técnicamente sobresaliente y entrañablemente melódica “Un Sueño
Cumplido” con el guiño a Barón Rojo
incluido en sus acordes finales.
Siguió la onda más sentida con el
baladón “Demasiado Bueno Para Durar”, comenzado prácticamente a capela en sus
primeras estrofas para continuar rotunda con la entrada del resto de
instrumentación, teclados de Pavel y
rítmica de Ignacio incluidos, para
derrochar pasión y fuerza con un sonido gordísimo que justifica el por qué
algunos llaman a Atlas los Mr. Big españoles. Se mantuvo el nivel
de intensidad subiendo el ritmo con la divertida “Da Igual” sonando más cañera
que en estudio, como todos los temas del concierto, invitándonos palmear de
nuevo con la potentísima “Generación Sin Miedo a Vivir” en la que los coros
brillaron con fuerza.
Vuelta a sonidos más relajados
pero no por ello menos profundos con una espectacular “Culpable” dedicada por Ignacio a su chica, y que ya me llamó
la atención en su último disco pero que en vivo tomo una dimensión aun mayor de
pasión y buen gusto con esos aires blues en los que los teclados orgánicos
tuvieron mucho que ver, enlazando luego sin pausa con la coreada “Parte de Ti,
Parte de MÍ” de nuevo con la alargada sombra de Whitesnake cerniéndose sobre su sonido y en la que remataron con
unas cuantas bromas entre los miembros del grupo tras un brutal final de
batería de José “Animal” Martos que
se salió a lo largo de todo el show pegando fuerte y preciso en todo momento.
Con ese mismo poderío arrancó la
reivindicativa “Nosotros Somos la Revolución”, para muchos perfectamente
vigente en su mensaje a pesar de haber sido escrita ya hace unos cuantos años suponiendo
un buen ejemplo de cómo decir las cosas alto y claro sin necesidad de convertir
un concierto en un mitin. Con “Esperaré” dieron una vuelta de tuerca más dura y
pesada tirando de arrogancia en la voz de Ignacio
empastando con la espectacular ejecutoria de Manolo a la guitarra, sobre todo con un solo muy Schenker que me encantó.
Y a todo esto Angel y Martos dando una solidez enorme al sonido y participando con sus
comentarios y curiosas aportaciones, como la del batería tirando de armónica y
bombo a ritmo western prolongándose en la arrastrada “”Gritaremos No” alargando
su final con un sonido de slide fantástico antes de llegar a los
agradecimientos de Angel que
preludiaron una muy heavy “El Imperio de la Ley” con los hermanos Arias enfrentados en su solo dejando unas
de esas poses tan clásicas que siempre se agradecen.
Sin respiro y llegando ya casi a
las dos horas de actuación caía “Somos Una Misma Voz” el último tema de los
nuevos que sonó también magnífico entre las palmas y coreos del respetable y,
de nuevo con un guiño a los clásicos, en este caso al fraseo de “Black Night”
de Deep Purple, para dejarnos antes
de los bises con uno de los mejores momentos de su repertorio “No Necesito a
Nadie” fuerza, clase y rollo que prolongaron al más puro estilo Blues Brothers con la divertida y acelerada
presentación de los componentes del grupo tocados con sombreros y gafas de sol, para dejarnos con ganas de más entre unas
breves notas del tema fiestero por excelencia “Shout” famoso por aparecer en la
fiesta toga más popular del cine.
No nos hicieron esperar mucho, el
tiempo justo para cambiarse un poco y volver para decirnos adiós con la siempre
bien recibida “2040” y con la no menos coreada “Contra Viento y Marea” que
acabó por dejarnos casi sin aliento tras casi dos horas y cuarto de show
divertido y contundente, lleno de clase
y poderío, para demostrar que son de lo mejorcito que podemos ver ahora mismo
en nuestros escenarios, esperemos que para la próxima cuenten con el respaldo
que se merecen.
Mariano Palomo
No hay comentarios:
Publicar un comentario