20 de
octubre 2016. Sala Lemon
No es demasiado habitual que
bandas consagradas de fuera de nuestras fronteras nos visiten para realizar
shows acústicos completos, más allá de aprovechar giras normales o actos
promocionales para ofrecer su música en este formato, en principio, más íntimo
y desnudo. Y digo en principio ya que lo que pudimos disfrutar el pasado 20 de
octubre, si bien fue ejecutado sin apenas elementos eléctricos no es que fuera
demasiado íntimo, aunque sí algo más que las habituales descargas de adrenalina
rockera que suelen ofrecernos los chicos londinenses que encabezaban el cartel.
Pero vamos partes ya que los que
abrieron el evento, los internacionales afincados en Benidorm WHITE COAST REBELS,
de los que sólo tenía unas mínimas referencias, también merecen ser reseñados y
tenidos en cuenta, más aun cuando estuvieron durante una hora animando el
cotarro de forma más que correcta. Bajamos las escaleras de la Sala Lemon, que
por cierto no conocía y me resultó bastante adecuada para este tipo de
conciertos, y nos encontramos con el cuarteto descargando su “Hanging With The
Bad Boys” que en su versión acústica dejaba cierto regusto western con su
rotundo cantante y guitarrista Jonny
Hellraizer liderando al grupo.
Junto a él otro guitarrista
español invitado para la ocasión del que siento no recordar el nombre, sentado
en un taburete alto el nuevo bajista de la banda con una imagen muy a lo Brett Michaels, y el solvente batería
en el fondo del limitado escenario que supieron llenar perfectamente, imagino
que otra cosa hubiera sido si su actuación hubiera sido eléctrica ya que me da
la sensación de que cuando meten caña la tienen que meter pero bien.
Así, entre las bromas en
spanglish del frontman británico fueron cayendo temas desde alguno puramente
country, hasta otros muchos más crudos y macarras con dejes sleazies como “So
Many Chicks So Little Time” que presentaron como nueva, al igual que otra más
rockera de nuevo con ligero aire western marcada por los rasgueos de la
acústica de Jonny, “Feel My Fire” me
pareció entender que se titulaba. Entre medias una bonita balada de su primer
disco y un par de versiones adaptadas a su rollo, “What’s Up” de Four Non Blondes en clave casi
humorística al principio y luego bastante cañera, y una más fiel y seria
“Suspicious Mind” que les quedó bastante bien para recordar a Elvis Presley, hasta llegar al final
con la relajada pero intensa a lo Cinderella
“The Power Inside”.
Buena actuación, aunque quizás
algo larga de esta curiosa formación que tiene pinta de dar mucho más de sí en
sus actuaciones con todos los instrumentos enchufados.
Después del aperitivo llegaba el
plato fuerte, era el momento de disfrutar por primera vez en acústico de una de
mis bandas favoritas de hard rock&roll y de las pocas que me llaman la
atención en este formato como para moverme a verlos, los británicos QUIREBOYS.
Evidentemente no podíamos esperar que desplegaran toda su energía y poderío
habituales, pero sí consiguieron mantener prácticamente en todo momento la
intensidad y buen rollo del que suelen hacer gala en sus directos.
Allí teníamos en un reducido
escenario a los cuatro pilares fundamentales del grupo, los guitarristas Paul Guerin y Guy Griffin, el teclista Keith
Weir y como maestro de ceremonias al gran Spike a la voz que mostró un excelente momento de forma. Los cuatro
arrancaron a eso de las 21:45 con “There She Comes Again” poniendo a corear a una entregada y bastante
numerosa concurrencia, alrededor de trescientas personas calculo, con un sonido
claro y potente haciendo que disfrutáramos prácticamente igual que con la
versión eléctrica, aunque hubo momentos en los que inevitablemente echamos en
falta la electricidad de los amplis, suplida en cierta forma por los teclados
más altos de Weir.
Unas teclas que siguieron
luciendo sobremanera en la magnífica “Mislead” todo rollo, al igual que la
preciosa “Roses & Rings” una de las que mejor sonó, antes de dejarnos la
menos popular “Devil Of A Man” que pasó algo más desapercibida, para recuperar
el pulso más entrañable con la maravillosa “Mona Lisa Smile” y con la simpática
“Hello”. Ligero bajón de ritmo con “Beautiful Course” que tampoco fue de las
más celebradas, todo lo contrario que “Wippin Boy” que con sus aires sureños
queda perfecta en acústico brillando Griffin
y Guerin con sus guitarras
acompañando el desgarro vocal de Spike.
Momento para recordar al ex
batería del grupo Paul Hornby
fallecido el año pasado y al que dedicaron “Have a Drink” haciendo levantar al
público sus vasos y botellas para brindar en su honor, entrando luego en un
tramo del concierto algo más plano e insulso tras “Grace B” que mantuvo el
pulso de nuevo con el piano resaltando haciendo palmear a la concurrencia,
bajando el pistón con “Hates To Please”, recuperándolo un poco con la socarrona
“Pretty Girls” y alcanzando de nuevo cotas de fiesta total con una espectacular
“Sweet Mary Ann” coreada a pleno pulmón por toda la sala, y con el hit “Seven
O’Clock” en la que Spike empezó a
tirar de armónica provocando la locura de más de uno.
Hora y media de espectáculo que
por momentos se me hizo algo largo sobre todo en su parte media, pero que
completó una buena noche de rock & roll desenchufado de la que tenía muchas
ganas de disfrutar. Cuenta saldada y ahora ya a esperar a que vuelvan a
visitarnos con todo el equipo a plena potencia, ya nos anunciaron que en 2017
volverán a su cita anual con su fiel base de fans españoles y ni ellos ni
nosotros vamos a fallar.
Texto: Mariano Palomo
Fotos: Diego L. Pérez
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