11 de octubre 2018.
Sala La Riviera
Cita una vez más con una de las
bandas más profesionales del panorama heavy metalero mundial, además
acompañados otros clásicos del género y de uno de los máximos exponentes del
rock melódico británico. Cartel variado e interesante que para muchos lo
hubiera sido más si no se hubieran caído casi a última hora los norteamericanos
Y&T por una inoportuna dolencia
de su líder Dave Meniketti. Pero a
la vista de la positiva reacción del público con sus sustitutos creo que todos
salimos más que satisfechos.
Abrían fuego puntualmente a las
19:15 h. los veteranos de la New Wave of British Heavy Metal RAVEN, una formación que siempre con
los hermanos Gallagher al frente, John al bajo y la voz y Mark a la guitarra, llevan dando caña más
de cuatro décadas. Entramos ya con el primer tema, “Destroy All Monsters” casi
terminando por un pequeño problema en el acceso a la sala, y ya con un
respetable número de gente ocupando casi la mitad del aforo.
Siguieron con su heavy metal puro
y duro, directo y sin complicaciones recordando temas clásicos de la banda como
la furiosa “Hell Patrol” con John
desgañitándose y moviéndose sin parar, con su micrófono de diadema sonando muy
bien, mientras que Mark destripaba
su guitarra dejando notas tan simples como efectivas, y el recientemente
incorporado Mike Heller sacudía los
parches de su batería sin piedad.
En la media hora de que
dispusieron siguieron tirando de temas ochenteros como la motivante “All For
One” con charla previa de John,
seguida de la agresiva “Hung, Drawn & Quartered” que fue coreada puño en
alto por los fieles de las primeras filas. Unos fieles que recibieron con algo
más de frialdad un nuevo tema que presentaban para la ocasión “Top Of The
Mountain” que aparecerá en el próximo trabajo del grupo previsto para dentro de
unos meses. Tema correcto, en la línea habitual de la banda y que sonó bastante
bien, sin descubrir ni experimentar.
Para el final dejaron uno de sus
temas más populares y pegadizos “On And On” que fue coreado en su estribillo
por buena parte de la sala, para cerrar un rato de añejo heavy ochentero, ejecutado
con energía y con la ilusión de unos jovenzuelos de más de sesenta años, algo
que siempre es de agradecer y que hizo que mejorara mi valoración tras las
otras dos veces que les había visto y que no me gustaron demasiado.
Tras un breve cambio de equipo,
con la batería situada a ras de suelo en el lateral izquierdo del escenario,
empezaban a sonar las notas enlatadas de la intro del último disco de FM. Una banda que es una de mis
debilidades absolutas y que entraba en el cartel para sustituir a Y&T, algo que suscitó cierta
polémica en algunos foros, una sustitución que yo personalmente hubiera
preferido que no se hubiera producido, ya que a FM tendremos oportunidad de verles de nuevo en Madrid junto a Dare el próximo mes de febrero, y la
banda de Meniketti es otra de mis
favoritas y hace ya bastante que no les veo en directo.
En cualquier caso afortunadamente
la gente resulta ser bastante más madura y respetuosa en persona que detrás de
un teclado y el quinteto inglés fue recibido con el cariño y entusiasmo
habituales por un buen número de seguidores, de hecho más de uno se apuntó por
la actuación de estos genios del rock melódico. Así fue llenándose
prácticamente en su totalidad La Riviera durante su actuación que se abrió tras
la citada intro con la seductora “Black Magic”, que comenzó sonando un poco
rara con algún que otro coro sampleado, pero que acabó resultando como lo que
es, un señor temazo.
Con un Steve Overland como siempre imponente a la voz, acompañado por sus
inseparables Merv Goldsworthy al
bajo y Pete Jupp a la batería, y con
el ya más que asentado Jim Kirpatrick a la guitarra, además de
recuperar para este tramo de la gira al teclista original de la banda Didge Digital que sustituía a Jem Davis. Unas teclas que empezaron a
tomar mayor protagonismo en una deliciosa “I Belong to the Night” como primer
recuerdo a los inicios de la banda, sonando espectacularmente apasionada ya con
Steve colgándose la Fender verde
para acompañar a Jim.
Seguimos degustando delicias primigenias
del grupo con una enorme “Bad Luck”, llena de fuerza e intensidad, con el
público al ritmo marcado por el siempre competente Jupp a la batería, que se relajó un poco para acompasar la preciosa
“That Girl” con los teclados de Diggie
envolviéndolo todo con un gusto tremendo.
Pasaron a temas más actuales y
rockeros con “Crosstown Train” de su LP “Rockville”
(2013) y que no venía siendo habitual en sus últimos set lists, pero que
resultó muy bien con sus guitarras más arrastradas, metiendo un punto más de
intensidad en “Wildside” con Steve
subiendo con poderío en su estribillo.
Llegábamos casi al final sin casi
darnos cuenta con otro de los momentos álgidos de la noche “Tough It Out”,
sencillamente sublime como la interpretaron, con el ya más que abundante
público acompañando en sus coreos y palmeando sus inmensas melodías de voz y
teclados, para rematar la faena con “Killed By Love” uno de los mejores temas
que han registrado en los últimos años y que me encantó escuchar por primera
vez en directo.
Magnífico cierre para un muy buen
concierto de FM con el que creo que
el pasado jueves pudieron vender alguna entrada más de las previstas para su
próxima actuación de febrero en la sala Copérnico de Madrid.
Un poco más de rato de descanso
para acondicionar el escenario para los cabezas de cartel, con una buena
selección de clásicos del heavy de siempre antes de apagarse las luces con las
notas enlatadas de “Is a Long Way to the Top (If You Wanna Rock and Roll)” de AC/DC como preludio de la salida a
escena de los incombustibles SAXON. Tras
la intro “Olympus Rising” atacaron a saco con el tema título de su último disco
“Thunderbolt”, del que dieron buena cuenta, y que sonó como un cañón, algo que
se mantuvo a lo largo de todo el show. Sobre todo con Biff Byford en una forma espectacular, cantando con un poderío y
potencia como hacía tiempo que no le recordaba, siempre cumple pero en esta
ocasión estuvo especialmente brillante a lo largo y ancho de las dos horas que
duró la actuación.
Tampoco se quedaron atrás el
resto de miembros de la banda, con Nigel
Glocker haciendo sonar su batería con rotundidad y precisión formando como
es habitual, una excelente base rítmica junto al hiperactivo bajista Nibbs Carter, marcando el ritmo sobre
el que la pareja de guitarristas Doug
Scarrat y Paul Quinn disparaban
riffs y solos con su acostumbrada solvencia para conseguir todos ellos un
sonido realmente heavy y nítido con una tremenda pegada.
Continuaron tras la primera
embestida sin tregua con la potente “Sacrifice” llena de agresividad, bajando la
velocidad con la tétrica y teatral “Nosferatu (The Vampires Waltz)” que no
estuvo mal pero que me resultó menos atractiva, para volver a engancharnos
plenamente después con el himno “Motorcycle Man” que descargaron frenéticamente
haciendo botar y mover el cuello a los presentes, antes de volver a las
novedades con “Predator” que al igual que con “Nosferatu” supuso un pequeño
bajón de intensidad, recuperada de nuevo plenamente con una tremenda “Strong
Arm Of The Law” y con “Batering Ram” otra que se ha convertido en clásico a
base de incluirla como fija en sus sets desde que fue publicada en el disco del
mismo título de 2015.
Tiempo para más clásicos con “Power
and The Glory” que fue recibida con entusiasmo por los fans que la corearon y
acompañaron con palmas en su rítmico estribillo, para meter más velocidad a
continuación con “Solid Ball of Rock” que fue la única incursión en la década
de los 90s pero que encajó perfectamente dentro de la alternancia de clásicos y
novedades del set.
Novedades que seguían con las dos
que más me convencieron de las que interpretaron, la épica “The Secret Of Flight”
que sonó muy bien, al igual que la rockera “The Played Rock and Roll” dedicada
a Lemmy y sus Motörhead que resultó un magnífico homenaje lleno de fuerza y
crudeza en las guitarras de Scarrat
y Quinn. Entre medias nos regalaron
otra inmensa interpretación de “Dallas 1 PM” con un Byford sublime en sus tonos medios, antes de anunciarnos que el
concierto se estaba grabando para ser publicado próximamente en formato físico.
Sin apenas descanso siguieron
cayendo temazo tras temazo, como “And The Bands Played On” siempre entrañable
con el recuerdo al primer Monsters of Rock del 80, o “747 (Strangers In The
Night)” con el público entregado cantando su estribillo, para llegar a la parte
más épica del concierto con la novedosa “Sons of Odin” que sin sonar mal me
resultó algo espesa, todo lo contrario que el himno “Crusader” como siempre
absolutamente brutal, para cerrar antes de los bises con la no menos genial “Princess
Of The Night” en la que las guitarras sonaron enormemente afiladas dando paso a
un mínimo parón.
Vuelta a escena con las luces tenues
y la ambientación evocadora dando sustento a “The Eagle Has Landed”, que quizá
no sea el tema más apropiado para reenganchar al público por su cadencioso
desarrollo, pero que sonó muy bien como calmado preludio del frenético final
que nos esperaba tres enormes trallazos. Primero con una speedica “Heavy Metal
Thunder” que sonó acelerada y poderosa, para seguir con “Wheels Of Steel” en la
que Byford hizo participar al
público botando y coreando antes de ponerse un chaleco vaquero convenientemente
parcheado que le lanzaron desde el público y con el que interpretó la más que
apropiada “Denim and Leather” sobre su tradicional casaca guerrera.
Cierre perfecto para una buenísima
velada, con unos excelentes invitados como FM
y con un entrañable reencuentro con unos rejuvenecidos Raven, y que volvió a demostrar una vez más que Saxon nunca fallan, da igual haberlos
visto hace apenas dos meses en el Leyendas, uno no se cansa de verles y siguen
siendo probablemente la banda más fiable del planeta en directo, como diría Biff “Grande Cojona”.
Mariano Palomo
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