lunes, 24 de octubre de 2016

QUIREBOYS / WHITE COAST REBELS

20 de octubre 2016. Sala Lemon

No es demasiado habitual que bandas consagradas de fuera de nuestras fronteras nos visiten para realizar shows acústicos completos, más allá de aprovechar giras normales o actos promocionales para ofrecer su música en este formato, en principio, más íntimo y desnudo. Y digo en principio ya que lo que pudimos disfrutar el pasado 20 de octubre, si bien fue ejecutado sin apenas elementos eléctricos no es que fuera demasiado íntimo, aunque sí algo más que las habituales descargas de adrenalina rockera que suelen ofrecernos los chicos londinenses que encabezaban el cartel.
Pero vamos partes ya que los que abrieron el evento, los internacionales afincados en Benidorm WHITE COAST REBELS, de los que sólo tenía unas mínimas referencias, también merecen ser reseñados y tenidos en cuenta, más aun cuando estuvieron durante una hora animando el cotarro de forma más que correcta. Bajamos las escaleras de la Sala Lemon, que por cierto no conocía y me resultó bastante adecuada para este tipo de conciertos, y nos encontramos con el cuarteto descargando su “Hanging With The Bad Boys” que en su versión acústica dejaba cierto regusto western con su rotundo cantante y guitarrista Jonny Hellraizer liderando al grupo.
Junto a él otro guitarrista español invitado para la ocasión del que siento no recordar el nombre, sentado en un taburete alto el nuevo bajista de la banda con una imagen muy a lo Brett Michaels, y el solvente batería en el fondo del limitado escenario que supieron llenar perfectamente, imagino que otra cosa hubiera sido si su actuación hubiera sido eléctrica ya que me da la sensación de que cuando meten caña la tienen que meter pero bien.
Así, entre las bromas en spanglish del frontman británico fueron cayendo temas desde alguno puramente country, hasta otros muchos más crudos y macarras con dejes sleazies como “So Many Chicks So Little Time” que presentaron como nueva, al igual que otra más rockera de nuevo con ligero aire western marcada por los rasgueos de la acústica de Jonny, “Feel My Fire” me pareció entender que se titulaba. Entre medias una bonita balada de su primer disco y un par de versiones adaptadas a su rollo, “What’s Up” de Four Non Blondes en clave casi humorística al principio y luego bastante cañera, y una más fiel y seria “Suspicious Mind” que les quedó bastante bien para recordar a Elvis Presley, hasta llegar al final con la relajada pero intensa a lo Cinderella “The Power Inside”.
Buena actuación, aunque quizás algo larga de esta curiosa formación que tiene pinta de dar mucho más de sí en sus actuaciones con todos los instrumentos enchufados.

Después del aperitivo llegaba el plato fuerte, era el momento de disfrutar por primera vez en acústico de una de mis bandas favoritas de hard rock&roll y de las pocas que me llaman la atención en este formato como para moverme a verlos, los británicos QUIREBOYS. Evidentemente no podíamos esperar que desplegaran toda su energía y poderío habituales, pero sí consiguieron mantener prácticamente en todo momento la intensidad y buen rollo del que suelen hacer gala en sus directos.
Allí teníamos en un reducido escenario a los cuatro pilares fundamentales del grupo, los guitarristas Paul Guerin y Guy Griffin, el teclista Keith Weir y como maestro de ceremonias al gran Spike a la voz que mostró un excelente momento de forma. Los cuatro arrancaron a eso de las 21:45 con “There She Comes Again”  poniendo a corear a una entregada y bastante numerosa concurrencia, alrededor de trescientas personas calculo, con un sonido claro y potente haciendo que disfrutáramos prácticamente igual que con la versión eléctrica, aunque hubo momentos en los que inevitablemente echamos en falta la electricidad de los amplis, suplida en cierta forma por los teclados más altos de Weir.
Unas teclas que siguieron luciendo sobremanera en la magnífica “Mislead” todo rollo, al igual que la preciosa “Roses & Rings” una de las que mejor sonó, antes de dejarnos la menos popular “Devil Of A Man” que pasó algo más desapercibida, para recuperar el pulso más entrañable con la maravillosa “Mona Lisa Smile” y con la simpática “Hello”. Ligero bajón de ritmo con “Beautiful Course” que tampoco fue de las más celebradas, todo lo contrario que “Wippin Boy” que con sus aires sureños queda perfecta en acústico brillando Griffin y Guerin con sus guitarras acompañando el desgarro vocal de Spike.
Momento para recordar al ex batería del grupo Paul Hornby fallecido el año pasado y al que dedicaron “Have a Drink” haciendo levantar al público sus vasos y botellas para brindar en su honor, entrando luego en un tramo del concierto algo más plano e insulso tras “Grace B” que mantuvo el pulso de nuevo con el piano resaltando haciendo palmear a la concurrencia, bajando el pistón con “Hates To Please”, recuperándolo un poco con la socarrona “Pretty Girls” y alcanzando de nuevo cotas de fiesta total con una espectacular “Sweet Mary Ann” coreada a pleno pulmón por toda la sala, y con el hit “Seven O’Clock” en la que Spike empezó a tirar de armónica provocando la locura de más de uno.
Breve descanso, y entrada a los bises con un logrado medley de “Don’t Bite The Hand That Feeds You” y de la tórrida “Dirty Town” que dedicaron a nuestra ciudad entre bromas y de nuevo con la armónica tomando protagonismo. El final no pudo ser más emotivo y divertido, comenzando por una desgarradora “I Don’t Love You Any More” poniéndonos los pelos de punta, y por la fiestera por excelencia “Sex Party” que consiguió que Griffin se levantara de su taburete para cerrar por todo lo alto.
Hora y media de espectáculo que por momentos se me hizo algo largo sobre todo en su parte media, pero que completó una buena noche de rock & roll desenchufado de la que tenía muchas ganas de disfrutar. Cuenta saldada y ahora ya a esperar a que vuelvan a visitarnos con todo el equipo a plena potencia, ya nos anunciaron que en 2017 volverán a su cita anual con su fiel base de fans españoles y ni ellos ni nosotros vamos a fallar.
Texto: Mariano Palomo
Fotos: Diego L. Pérez

lunes, 17 de octubre de 2016

ATLAS


14 de octubre 2016. Sala Changó Live

Una de las bandas más en forma del hard rock nacional volvía a tocar en la capital después algunas recientes apariciones en festivales que servían para preparar lo que era una importante cita presentando oficialmente su último trabajo en estudio. Hablamos de ATLAS y de su “Nuevos Tiempos, Viejas Costumbres”, tercer disco del grupo reuniendo a su formación original, Ignacio Prieto (voz y guitarra rítmica), Manolo Arias (guitarra), Angel Arias (bajo) y José Martos (batería), que después de unos años de incertidumbre afortunadamente ya pasados han vuelto a la carga con más fuerza que nunca.

El evento como decía era importante para ellos y se notaba, desde su intensa promoción con la gente de su compañía, The Fish Factory, cuidando hasta el último detalle, pasando por una trabajada puesta en escena, no muy recargada pero sí con el toque justo de originalidad con especial mención para el trabajo de luces de la pantalla del fondo del escenario, hasta la inclusión en algunos temas para este directo del teclista invitado Pavel Mora (Monterrey,  ex Santelmo).

A pesar de todo esto el público, una vez más, no respondió en la medida que en mi opinión merece un grupazo como Atlas, apenas alrededor de un par de centenares de fieles acudimos a la Sala Changó de Chamberí a disfrutar del concierto, algo que no pareció importarles mucho ya que tras una intro a modo de medley enlatado con algunos de sus temas repasando su trayectoria perfectamente reflejada en la citada pantalla de vídeo, salieron a matar, sonando tremendamente poderosos, con un volumen excesivamente alto en un principio que junto a cierta sobrexcitación inicial hizo que “Cosa de Valientes” como primera muestra del último disco y la primigenia “Unidos,” sin sonar mal no acabaran de quedar todo lo redondos que hubiera sido deseable.

Tras esta primera andanada y ya con la maquinaria engrasada siguieron con el recuerdo de su debut discográfico descargando “Condenado Loco” haciendo palmear a la gente, no muy numerosa como decía pero entregada de principio a fin, acompañando sus acordes iniciales con esos aires hardrockeros clásicos, cambiando de registro notablemente dando entrada en escena a Pavel para que desde sus teclados prolongara la barroca intro de “Vete al Infierno” una de las composiciones más cañeras del grupo y en la que Manolo con su Fender blanca recordó al mejor Malmsteen mientras Ignacio se desgañitaba llegando con aparente facilidad a tonos muy altos.

Vuelta al recuerdo, en este caso al segundo trabajo del grupo “Contra Viento y Marea”, para dejarnos la autoafirmante “Oveja Negra” con ese rollo festivo a lo “Slide It In” quedándoles magnífica, antes de presentar otra de las nuevas, la técnicamente sobresaliente y entrañablemente melódica “Un Sueño Cumplido” con el guiño a Barón Rojo incluido en sus acordes finales.

Siguió la onda más sentida con el baladón “Demasiado Bueno Para Durar”, comenzado prácticamente a capela en sus primeras estrofas para continuar rotunda con la entrada del resto de instrumentación, teclados de Pavel y rítmica de Ignacio incluidos, para derrochar pasión y fuerza con un sonido gordísimo que justifica el por qué algunos llaman a Atlas los Mr. Big españoles. Se mantuvo el nivel de intensidad subiendo el ritmo con la divertida “Da Igual” sonando más cañera que en estudio, como todos los temas del concierto, invitándonos palmear de nuevo con la potentísima “Generación Sin Miedo a Vivir” en la que los coros brillaron con fuerza.

Vuelta a sonidos más relajados pero no por ello menos profundos con una espectacular “Culpable” dedicada por Ignacio a su chica, y que ya me llamó la atención en su último disco pero que en vivo tomo una dimensión aun mayor de pasión y buen gusto con esos aires blues en los que los teclados orgánicos tuvieron mucho que ver, enlazando luego sin pausa con la coreada “Parte de Ti, Parte de MÍ” de nuevo con la alargada sombra de Whitesnake cerniéndose sobre su sonido y en la que remataron con unas cuantas bromas entre los miembros del grupo tras un brutal final de batería de José “Animal” Martos que se salió a lo largo de todo el show pegando fuerte y preciso en todo momento.

Con ese mismo poderío arrancó la reivindicativa “Nosotros Somos la Revolución”, para muchos perfectamente vigente en su mensaje a pesar de haber sido escrita ya hace unos cuantos años suponiendo un buen ejemplo de cómo decir las cosas alto y claro sin necesidad de convertir un concierto en un mitin. Con “Esperaré” dieron una vuelta de tuerca más dura y pesada tirando de arrogancia en la voz de Ignacio empastando con la espectacular ejecutoria de Manolo a la guitarra, sobre todo con un solo muy Schenker que me encantó.

Y a todo esto Angel y Martos dando una solidez enorme al sonido y participando con sus comentarios y curiosas aportaciones, como la del batería tirando de armónica y bombo a ritmo western prolongándose en la arrastrada “”Gritaremos No” alargando su final con un sonido de slide fantástico antes de llegar a los agradecimientos de Angel que preludiaron una muy heavy “El Imperio de la Ley” con los hermanos Arias enfrentados en su solo dejando unas de esas poses tan clásicas que siempre se agradecen.

Sin respiro y llegando ya casi a las dos horas de actuación caía “Somos Una Misma Voz” el último tema de los nuevos que sonó también magnífico entre las palmas y coreos del respetable y, de nuevo con un guiño a los clásicos, en este caso al fraseo de “Black Night” de Deep Purple, para dejarnos antes de los bises con uno de los mejores momentos de su repertorio “No Necesito a Nadie” fuerza, clase y rollo que prolongaron al más puro estilo Blues Brothers con la divertida y acelerada presentación de los componentes del grupo tocados con sombreros y gafas de sol,  para dejarnos con ganas de más entre unas breves notas del tema fiestero por excelencia “Shout” famoso por aparecer en la fiesta toga más popular del cine.

No nos hicieron esperar mucho, el tiempo justo para cambiarse un poco y volver para decirnos adiós con la siempre bien recibida “2040” y con la no menos coreada “Contra Viento y Marea” que acabó por dejarnos casi sin aliento tras casi dos horas y cuarto de show divertido y  contundente, lleno de clase y poderío, para demostrar que son de lo mejorcito que podemos ver ahora mismo en nuestros escenarios, esperemos que para la próxima cuenten con el respaldo que se merecen.

Mariano Palomo