jueves, 26 de diciembre de 2013

DR. SNAKE / ROKKEN

20 de diciembre 2013. Sala We Rock

Ultima cita del año con el hard rock en directo para el que suscribe y qué mejor que hacerlo con una buena dosis de clásicos de dos mis bandas favoritas del género. Aunque en este caso no de la mano de los originales, si no de dos muy competentes formaciones nacionales que rinden tributo a las huestes de Mr. Coverdale y Mr. Dokken. Controversias aparte sobre la falta creatividad y frescura en nuestros músicos dada la proliferación de bandas tributo en España, al final de lo que se trata es de se haga lo que se haga hacerlo bien, con nivel, gusto y respeto, y sobre todo haciéndonos pasar un buen rato coreando los himnos con los que crecimos. Y ciertamente tanto los más veteranos y conocidos Dr. Snake como los debutantes en Madrid Rokken, cumplieron más que de sobra con todas esas condiciones para finalmente hacernos disfrutar de una gran noche hard rockera.
Abrieron fuego con una sala escasamente poblada los burgaleses ROKKEN, formación que interpretó temas de la carrera de los norteamericanos Dokken, y completamente desconocida para el público capitalino salvo por la presencia en sus filas del híper activo bajista Gorka Alegre (Barón Rojo, Ñu, Kobra…), al que acompañaron un vocalista que cogió el tono de Don Dokken con bastante fidelidad, manejándose mejor en los tonos medios y bajos al igual que si alter ego, un más que correcto guitarrista que se fue soltando a lo largo del show, y un competente batería que hizo las veces de Mick Brown con solvencia.
Comenzaron algo tensos y nerviosos, cosas del estreno en Madrid supongo, con “Unchain The Night” para enlazar seguidamente con la fantástica “The Hunter” que ya empezó a ser coreada por los presentes que, a cuenta gotas, iban completando mayor parte del aforo de la sala. A todo esto con Gorka mostrando más tablas y aplomo que sus compañeros colaborando bien en los coros y sonando bastante alto con su bajo, improvisando incluso un mini solo para dar tiempo al cambio de guitarra tras la rotura de una cuerda antes de atacar con “Kiss Of Death”, que sonó algo más acelerada que la original.
A partir de aquí ya noté mayor soltura y dinamismo, redondeándose con una gran “Just Got Lucky” mi tema favorito de Dokken al que hicieron los honores con creces, para sorprendernos a continuación con “Wicked Sensation”, tema título del primer disco de Lynch Mob, proyecto del guitarrista George Lynch que también quisieron recordar con acierto, y en el que el vocalista cambio su interpretación haciéndola más rasgada para adaptarse a la original de Oni Logan, para relajarse de nuevo con la entrañable y potente balada “Alone Again”.
Vuelta a la contundencia con la veloz “Tooth & Nail” con especial mención a su solo de guitarra, pisando terrenos más melódicos en “Just Don’t Lie To Me”, y más crudos con la primigenia “Breaking The Chains”, a la que sucedieron probablemente los tres temas más representativos de la mejor época de Dokken, la enorme “Into The Fire”, la ultra pegadiza “In My Dreams”, y la final “It’s Not Love” con la que volvieron a modo de bis dejándonos un gran sabor de boca tras una hora de impecable repertorio con notable ejecución del mismo.

A los que venían a continuación ya les teníamos más controlados, aunque era la primera vez que les veíamos con la formación que se presentaba en We Rock la semana pasada. Siempre con el guitarrista José De Benito “Pajarito” (ex Sobredosis), junto al batería Oscar Pérez (Nexx, Khy), y al habitual desde hace unos meses Manuel Escudero (Sacramento, ex Medina Azahara, ex Santelmo) a la voz, salían a escena DR. SNAKE para ofrecernos una nueva exhibición de su talento con los temas de Whitesnake. No se quedaron atrás los músicos que acompañan actualmente a los mencionados, el guitarrista Luis Calzada (Raibow In The Black, The Loner), el teclista Pavel Mora y el bajista David Noisel (ex Ars Amandi), desarrollando los seis en conjunto una magnífica actuación.
Una actuación que dio comienzo ya con un aspecto bastante más cálido en lo que a público se refiere, con la cañera “Bad Boys” sonando ya muy bien, compacta, dura, intensa, como lo fue seguidamente la más melódica “Give Me All Your Love Tonight” con mayor lucimiento de los teclados de Pavel y con la gente palmeando y coreando al ritmo que marcaba el siempre sobrio y preciso Oscar desde la batería, para que Manuel se fuera calentando, para llegar a uno de los momentos más emotivos y calientes con el recuerdo para la maravillosa “Walking In The Shadows Of The Blues” en la que José y Luis rivalizaron en clase y buen gusto con sus guitarras al más puro estilo Moody - Marsden.
Vuelta a sonidos ochenteros con “Love Ain’t No Stranger”, para llegar hasta los noventa con la más pesada “Judgement Day” que me sorprendió por su impecable interpretación dada su complejidad, regresando a la esencia blues con dos maravillas como la descarada “Ready And Willing” y la envolvente “Ain’t No Love In The Heart Of The City” maravilloso momento motown que respetaron en toda su esencia coverdeliana con la voz de Manuel poniéndonos la piel de gallina, al igual que en la celebérrima “Is This Love”, balada por excelencia de la Serpiente Blanca que sin ser mi favorita sigue siendo muy grande.
Tras el momento relajado Escudero bromeó antes de ceder el micrófono a Ronnie Romero (ex Santelmo, ex Nova Era) que tomó los mandos de unas agresivas revisiones de “Cryin’ In The Rain” y de “Fool For Your Lovin’” más cerca de la versiones del “Slip Of The Tongue” que de las del “Saints And Sinners” y del “Ready An Willin’” respectivamente, y demostrando el porqué a día de hoy es, junto al propio Escudero, uno de los cantantes más en forma del panorama nacional. También resaltable como sonaron de afiladas las guitarras de Luis y José, que entre medias volvieron a terrenos más rítmicos y melódicos con otra tremenda “Slide It In” en la que, al igual que en todo el concierto, todo sonaba en su sitio, preciso, limpio, rotundo, perfecto.
El final antes de los bises nos deparó una nueva sorpresa con la presencia en escena de la fantástica vocalista Gema Vau (Biosfear) que compartió a modo de dueto con Manuel Escudero una original versión del mega clásico “Here I Go Again” acogida con cariño y entusiasmo por la concurrencia, que no tuvo que esperar mucho hasta que el sexteto volvió para rematar la faena con una gran “Don’t Break My Heart Again” en la que Manuel volvió a dejar patente su indisimulada devoción por Jorn Lande en forma de algunos giros vocales que ya habían aparecido previamente, y con una potentísima “Still Of The Night” de nuevo con Ronnie Romero apoyando en las voces creando un tremendo duelo vocal.
Cierre espectacular para una gran velada gracias tanto a Rokken como a Dr. Snake, aunque estos últimos se nota que están mucho más rodados y van algún paso por delante, y que dudo que pudieran superar a día de hoy, a nivel de calidad e intensidad las bandas a las que homenajean, a mí al menos esa impresión me quedó, insisto a día de hoy, aun respetando por supuesto siempre a los creadores originales.
Mariano Palomo

jueves, 21 de noviembre de 2013

AIRBOURNE / BLACK SPIDERS

18 de noviembre 2013. Sala La Riviera

El fenómeno Airbourne sigue creciendo sin parar, algo que podemos comprobar cada vez que vienen a visitarnos a nuestra ciudad. Noche de lunes, frío, navidades en puertas, y aun así el ambiente de concierto grande era más que palpable, entendiendo por concierto grande lo que en estos tiempos nos toca cuando meter dos mil personas ya es un éxito, dinosaurios superventas aparte, y que motivó el acertado cambio de sala de But a La Rivera doblando aforo para que pudiéramos disfrutar en buenas condiciones de un gran espectáculo.
Pero los australianos no vinieron solos, les acompañaban dos bandas más, abriendo los suecos CORRODED, anunciados a última hora y a los que debido a lo temprano de su actuación únicamente pudimos verles tras terminar la misma fotografiándose y firmando a los fans que se lo requerían junto al puesto de merchandising.
De los que si pudimos disfrutar ya plenamente fue de los británicos BLACK SPIDERS, suponiendo una agradabilísima sorpresa para muchos de los que les veíamos por primera vez en directo, aun habiendo escuchado sus dos discos publicados hasta la fecha que me dijeron bastante menos en estudio. Desde un inicio salieron a matar, con la rockera “Kiss Tried To Kill Me” sonidazo limpio y rotundo mucho más brillante y dinámico de lo que me esperaba, con las guitarras pesadas, dando solidez a las melodías de coros y voces con la figura de Pete “Spider“ Spiby mandando descubriéndose como un correcto vocalista y un muy buen frontman, compartiendo tareas también a la guitarra junto a Ozzy “Owl” Lister y Mark “Dark Shark” Thomas.
Sus compañeros de andanzas también aportaban mucho de diversión y comunicación con sus constantes carreras, cruces y poses, sobre todo el bajista Adam “The Fox” Irwin y el desfasado batería “Tiger” Si Atkinson, demostrando que se puede hacer música pesada, stoner o como lo queramos llamar, de forma ágil, divertida y pegadiza. Provocaron con la rápida y machacona “Stay Down”, incluida originalmente en su primer EP “Cinco Hombres y Diez Cojones” (curioso título) siendo rescatada posteriormente en su primer larga duración “Sons Of The North”, y que terminaron haciendo cantar y botar al público al grito de “Fuck Off Black Spiders” con el universal gesto del dedo corazón extendido en todo lo alto.
Siguió la fiesta con la efectiva “Stick It To The Man”, primera que cayó de su último disco “The Savage Land” sonando rápida y potente, sucedida por la etílico rockanrolera “Trouble” tremendamente divertida en la que los chicos lucieron sus jarras de cerveza personales para brindar por primera vez con la concurrencia que lo estaba pasando en grande, y que no paró de disfrutar hasta el final con pelotazos como “Balls” que definiría como un explosivo cruce entre Black Sabbath y AC/DC que puso a botar hasta al más tranquilo, bien secundada por la hard rockera algo saturada “Just Like A Woman”, y por la poderosa “Teenage Knife Gang” ambientada con las luces cegadoras que salían del fondo del escenario al más puro estilo Motörhead.
Se despidieron con la más puramente stoner “What God’s A Rock Without A Roll” que pesar de su densa cadencia me sonó muy bien, dejándonos con ganas de más y con la sensación de que estos cinco chicos de Sheffield con pintas de leñadores moteros, como sigan así, la próxima vez que vengan de gira lo harán como cabezas de cartel, tremendos Black Spiders.
Descanso para preparar el escenario de las estrellas de la noche con una buena selección musical de fondo que tras un ratito de espera se fundió con unas inquietantes luces rojas que ambientaban la cabecera de la banda sonora de “Terminator” que sirvió como intro para la salida de AIRBOURNE. Ya con el coreo incesante del personal desde algunos minutos antes empezaron a arrollar con el nuevo himno “Ready To Rock” que obtuvo una inmejorable respuesta de un público entregado sin condiciones, que siguió inmediatamente botando al ritmo de la ultra pegadiza “Too Much, Too Youg, Too Fast” dejando claro que una vez más no iban a hacer prisioneros.
Ya con “Girls In Black”, dedicada a las féminas que poblaban la sala el cantante y guitarrista Joel O'Keeffe hizo su primera incursión entre el público a hombros de un pipa entre el regocijo del personal que acabó viéndole hacer un solo encima de la mesa de mezclas, volviendo al escenario ya empapado en sudor como sus tres compañeros que no pararon de moverse de lado a lado con sus cuellos sufriendo sus compulsivos movimientos rítmicos. Se “calmó” un poco la cosa con “Diamond In The Rough” por su ritmo menos frenético, y con la más coral “Back In The Game” en la que los coros del guitarrista David Roads y del bajista Justin Street fueron secundados con fuerza por todos los presentes, a todo esto con sonido impresionante, nítido, poderoso y lo suficientemente crudo para no resultar artificial.
Siguió la interactuación con el público con el tema título del último disco “Black Dog Barking” composición fiera y rotunda en la que Joel atendía la petición cartel en ristre de un fan entregándole una púa en mano, para invitarnos a brindar y a subirnos a hombros del que tuviéramos cerca después con un prolongado trago de vino como preludio de la contagiosa “Cheap Wine & Cheaper Women”, a la que siguió “No Way But The Hard Way” con sus coreos en vacío sin instrumentos resultando de lo más efectiva, puro AC/DC, para llevarnos al frenetismo final de “Stand Up For Rock & Roll” con las latas de cerveza volando por primera vez.
Sólo había pasado una hora pero de tal intensidad que el agotamiento empezó a hacer mella en la voz de Joel, por lo que se imponían la salida de escena antes de volver para dar paso a una magnífica “Live It Up” dentro de una ambientación previa de focos y sirenas antiaéreas que se encargó de arrancar de forma manual en el centro del escenario el batería Ryan O’Keeffe, mientras su hermano aparecía en lo alto de una de las torres de luces dando caña con un buen punteo arriba, para una vez ya a pie de escenario motivar con el típico “oe, oe, oe, oe” marcándose un curioso solo.
El final llegó con una nueva incursión entre el público de Joel sobre las notas de “Raise Your Flag” que sonó tan rotunda como de costumbre, para acabar exhaustos, subidón de volumen incluido, con su inevitable ya clásico “Runnin’ Wild” en la que volvió a repetirse el ritual de abrirse latas de cerveza contra la cabeza y con guiños en forma de breves acordes para “Paranoid”, “Live And Let Die”, “Dog Eat Dog” y “Dirty Deeds” dejando claro que es lo que nos gusta.
Y así nos dejaron, con algo de dolor de cuello y zumbido de oídos, pero tremendamente satisfechos, si bien es cierto que siempre se echa en falta algo más de tiempo de duración de sus shows que hace que queden fuera muchos de sus temazos, sobre todo me extrañó que no tocaran “No One Fits Me Better Than You”, el tema que más me ha gustado de su último disco, ni las imprescindibles “Bottom Of The Well” o “Bloonde, Bad and Beautiful”. En cualquier caso, una vez más Airbourne no fallaron, se dejaron hasta la última gota de sudor y energía, sonaron espectaculares, nos hicieron mover y se movieron como posesos, así poco más se puede pedir.
Mariano Palomo

BLACK ROCK

14 de noviembre 2013. Sala We Rock

Interesante noche hard rockera en la capital con la presentación en directo del nuevo trabajo de la banda de Bárbara Negro, BLACK ROCK. Y digo la banda de Bárbara Negro (a partir de ahora Bárbara Black) porque este es el proyecto en el que lleva trabajando esta frontwoman desde hace casi una década, cambiando de compañeros de viaje con la presencia más asidua y fija desde hace un tiempo del batería Pol D.Q., y con las últimas incorporaciones del guitarrista David Villarreal (viejo conocido de Alianza) y del bajista Fabs T. “Scorpion”.
Los cuatro, acompañados por tres coristas (dos chicos y una chica), nos ofrecieron un potente y entretenido concierto de hard rock de alto octanaje que nos sorprendió a más de uno por su cuidada puesta en escena, su energía y frescura, previo motero incluido a las puertas de la sala. Era la primera vez que veía al grupo en directo y la verdad es que me gustaron mucho, siempre con la imponente figura de Bárbara atrayendo todas las miradas interactuando con una audiencia que completaba en más de sus tres cuartas partes el aforo (algo muy remarcable tratándose de un día entre semana). Pero Bárbara no es sólo imagen, poderosa, provocativa, cariñosa y arrebatadora, mostrando unos registros y técnica realmente notables modulando y trabajando su voz según lo requiriese cada momento, notándose su amplia formación y su labor como profesora de canto.
Tampoco se quedaban atrás el resto de los componentes de la banda, Pol súper activo tocado con un penacho indio de plumas que fue poniéndose y quitándose a lo largo del show, Fabs también muy metido dando buena caña con su bajo, y David creciendo a pesar de empezar algo tímido para acabar mucho más protagonista tocando realmente bien, a pesar del irregular sonido que tuvieron en algunas fases del concierto.
Iba un poco a ciegas, ya que era la primera vez que veía a Black Rock en directo y además no había tenido ocasión de escuchar “Just My Kiss Rocks” (disco que presentaban y que ya he podido degustar y cuya crítica podéis leer nuestra sección de Reviews), pero eso no fue óbice para poder disfrutar desde un principio con sus temas. Comenzando, tras la intro motera que nos invita a viajar junto al grupo, con la rápida “Rock n’ Roll Riders” que nos hizo cantar con su adictivo estribillo, Bárbara tocada con una gorra de plato al mando de las operaciones, que siguieron desarrollándose con la insinuante “Sexy Metal Woman” a modo de homenaje a las mujeres rockeras que las había y en buen número entre la concurrencia.
Tras este inicio arrollador, pero con el sonido como decía desmereciéndolo un tanto, llegó el primer recuerdo a su debut discográfico “Todo Al Negro”, con la tórrida “Carne Palpitante” pura sensualidad con las feromonas saltando siguiendo los movimientos de la Srta. Black y en la que David tuvo que cambiar de guitarra en medio de su ejecución, cogiendo más fuerza y confianza con la hímnica “Fighters” la cual grabaron para un próximo vídeo clip, resultando de las más brillantes de la noche con un rollo muy Doro en su estribillo y mensaje.
Vuelta a los temas del primer disco con “En Mi Cama” tan calentita como era de esperar en directo únicamente con la corista femenina acompañando la voz principal, seguida por la más lenta “Funeral” en la que Fabs se dejó notar con su bajo, para volver a ceder el protagonismo a Bárbara con la dinámica “10 Seconds To K.O”, con la luchadora lideresa embozada en una bata de boxeadora y con unos guantes de boxeo colgados de su pie de micro, metiéndose prácticamente entre el público haciéndole aún más partícipe de la fiesta.
En el Ecuador del concierto nos encontramos con una muy buena versión del clásico “Daddy, Brother, Lover, Little Boy” de Mr. Big que el grupo interpretó de forma enérgica y bastante fiel, volviendo a los temas primigenios con “Fugitivo” en el que se me vino a la cabeza el sonido de Lita Ford en algunos giros vocales, siendo después la figura de Lee Aaron la que me sugirió en la pegadiza y currada “No Healer” donde también destacó la guitarra de David que remató la faena con un buen solo al frente del escenario, ya con un sonido mucho más apropiado.
Volvió Bárbara a escena para sorprendernos con una versión de la celebérrima “I Wanna Be Somebody” de W.A.S.P. que no acabó de sonarme del todo bien pero que salió bien adelante por la participación de un público cada vez más entregado. Un público que siguió vibrando con la cruda “Hungry Soul” para la que salió a escena el guitarrista Manuel Seoane (Burning Kingdom) que también colabora en el último disco de Black Rock, y que sonó muy cañera recordándome un poco a Skid Row, volviendo a los inicios con la más engolada “Esclavo del Rock” ampliamente coreada y en la que insertaron un breve y entretenido solo de batería a cargo de Pol.
La intro “Dangerous Game” abría los bises dando pie a la incendiaria “You Got a Light?” que a base de hard macarra y lo suficientemente sucio como para ser efectivo fue otra de las que más me gusto con su fantástico estribillo algo garajero, para cerrar definitivamente con “Blood Pollution” tema de la banda sonora de “Rock Star” que tuvieron que reiniciar, no sé si involuntariamente o como parte del show, quedándoles muy potente con Bárbara maquillada con manchas de sangre y disparando “sangre” con dos pistolones de agua.
Buen final para un espectáculo de lo más completo y entretenido a cargo de una banda que si sigue con esta energía y actitud, puliendo algunos detalles de sonido y coordinación, creo que puede dar mucho que hablar dentro del hard rock nacional, habrá que seguirles la pista.
Texto: Mariano Palomo
Fotos: Diego L. Pérez

martes, 5 de noviembre de 2013

FIREFEST 2013

18, 19 y 20 de octubre 2013. Sala Nottingham Rock City (Inglaterra)

Un año más, y ya van unos cuantos, nos desplazábamos al centro de Inglaterra el núcleo duro de Alianza para disfrutar del evento clave del Hard Rock y el A.O.R. en Europa, nuestro querido y entrañable FIREFEST. Como siempre con un cartel tremendamente sugerente con importante presencia de bandas del otro lado del charco que hizo que prácticamente se alcanzara el “sold out” en las tres fechas en las que se desarrolló el festival, una vez más en la ya mítica sala Rock City de Nottingham. Un formato que ya hemos dicho hace tiempo que nos parece exagerado en cuanto a compresión y duración, pero que hemos aprendido a sobrellevar más o menos sacrificando algunos conciertos menos interesantes para nosotros a priori.
En cualquier caso mucho y bueno lo que hemos podido ver en esta ocasión, con notables sorpresas positivas y con alguna que otra decepción indigna de su fama, pero todo ello lo detallamos a continuación intentando trasladaros nuestras sensaciones y vivencias rodeados de la gran familia del Firefest llegada desde todas las partes del Globo.

VIERNES 18/10/2013

THE MAGNIFICENT
Nunca es tarea fácil abrir un festival de rock melódico de veinte grupos como el Firefest. El honor y la responsabilidad le correspondió a la formación escandinava The Magnificent, y la pregunta que nos hacíamos era si podrían sonar tan bien en estudio como en directo.
No en vano, The Magnificent era y es una banda proyecto, es decir, talentosos músicos que se unen para grabar un disco, sin continuidad de directo. Liderados por el vocalista (ex de Circus Maximus) Michael Eriksen y por el guitarrista (ex de Leverage) Torti Spoof, suponían toda una incógnita.
Las dudas se despejaron a los acordes de “Smoke & Fire”, la primera canción suya y primera de esta nueva edición del Firefest. Con un sonido estupendo y con la sala prácticamente llena, The Magnificent ofreció un breve pero intenso concierto, con un sonido estupendo para ser los primeros, desgranando su primer y único trabajo hasta la fecha. Canciones pegadizas y melódicas como “Satin & Lace”,”Lost” y la corística “Bullets” nos causaron una grata impresión.
Es sorprendente la calidad y profesionalidad de los grupos escandinavos, siempre a buen nivel. Como es lógico, el protagonismo de la banda recae en su vocalista Michael Eriksen, que rayó a buen nivel, y de su guitarrista y compositor, Torti Spoof, pero el resto de la formación estuvo a la altura. Cerraron con el single del disco, “Cheated By Love” y la pegadiza “Holding On To Your Love”.
Breve pero buen concierto el de The Magnificent, demostrando que pueden ser una estupenda apuesta de futuro, tanto en estudio como en directo. Las sensaciones de este Firefest que acababa de comenzar no podían ser más que positivas.

WORK OF ART
Para muchos, la gran esperanza y el futuro del rock melódico, con permiso de Eclipse y de H.E.A.T entre otros, formaciones que también veríamos en esta nueva edición del Firefest.
Pocos grupos han demostrado tanto y han conseguido tan excelentes críticas como Work Of Art con tan poco tiempo. Recordemos que son relativamente nuevos, su primer trabajo se remonta a 2008 (“Artwork”) y después a su segundo y último disco hasta la fecha, “In Progress” (2011), pero Work Of Art han dado con la tecla. Ese sonido tan melódico y tan ochentero, con toques a Journey y a Toto, la voz cálida y envolvente de Lars Safsund y las composiciones increíbles de Robert Sall enganchan y de qué manera. Para colmo, han ido creciendo en directo y cogiendo tablas, desde sus primeros conciertos (en Madrid uno de ellos, para el recuerdo).
Nos esperábamos lo mejor de Work Of Art o W.O.A., como prefieras, y no defraudaron. Arrancaron a lo grande, con dos trallazos de su segundo disco “In Progress”, las pegadizas y directas “The Great Fall” y “The Rain”. A por todas, no hacen prisioneros.

El tercer corte, “Time To Let Go”, es una nueva canción que aparecerá en su tercer y próximo trabajo. Melódica y sensible, sigue la línea de W.O.A. Parece increíble que con tan pocas tablas sonaran tan bien, tan empastados. La cara suele ser un espejo del alma y del ánimo, y el vocalista Lars Safsund y el guitarrista Robert Sall, líderes de W.O.A., estaban encantados en directo, y el público con ellos.
Siguieron el concierto con “Nature Of The Game”, otra estupenda canción del “In Progress” (2011) para ofrecernos otra nueva canción de su próximo disco, “Over The Line”. Nos quedamos gratamente sorprendidos, una maravilla. Muy en la onda Toto, llena de melodía. Nos gustó tanto que repasando las notas del festival la tenemos como una de nuestras canciones favoritas, y estamos deseando que publiquen su tercer trabajo para volver a disfrutarla, entre otras.
W.O.A. cerró con “Lost Without Your Love”, un corte más íntimo de su primer trabajo (“Artwork”), “Never Love Again” y la pegadiza “Why Do I?”, una de sus canciones fetiche que fue cantada por todos en la sala.
Una gozada de concierto el de Work Of Art, demostrando que se encuentran en lo más alto en cuanto a formaciones de rock melódico. Y lo mejor es que siguen creciendo, tanto en estudio como en directo. Para colmo son personas estupendas, como comprobamos en un encuentro informal con los músicos. Tanto Robert Sall (guitarra y compositor) como Herman Furin (batería), nos saludaron, comentaron detalles tanto del concierto como de su futuro disco, y recordaron su visita a los estudios de Radio Vallekas (La Ciudad Sin Nombre), cuándo vinieron de promo de su concierto en Madrid. Con musicazos como estos así da gusto.
Jesús “Nono” García

Afrontar la primera jornada del Firefest siempre supone un extra de excitación y motivación con todo lo que ello implica al querer abarcar el mayor número de conciertos posibles, algo que a la larga puede acabar pagándose y que aprendiendo de experiencias anteriores me llevó a reservarme un poco haciendo que el primer show al que asistiera el viernes fuera el de Work Of Art, cada vez mejores en directo, obviando las por lo visto buenas actuaciones, cada una en su estilo, de los comentados The Magnificent y de los más metaleros EDEN’S CURSE.

Un banda esta última que, sin acabar de encajar para la mayoría dentro de un cartel esencialmente basado en el A.O.R. y el hard melódico, sí tienen suficiente material como para ofrecer una digna actuación que incluyó como sorpresa final la participación de la vocalista noruega Issa en el tema “Angels & Demons” .

W.E.T.
Pero vamos con lo que era para mí uno de los principales reclamos del Firefest 2013, la actuación de unos enromes músicos que sin aparcar sus diferentes proyectos cada vez van dando más forma e importancia a W.E.T., una aventura que parecía en un principio algo esporádico de estudio pero que pudimos comprobar que también puede funcionar muy bien en directo. Y es que juntar sobre un escenario personal del talento de los seis individuos de los que estamos hablando normalmente debe ser sinónimo de éxito, y eso fue lo que cosecharon, aunque con algunos matices y algo menos de brillantez de la que yo esperaba.
Seguramente cuando uno tiene las expectativas tan altas esto puede suceder, dada la tremenda calidad de sus dos entregas discográficas hasta la fecha uno no tenía por menos que esperar lo mejor de esta especie de Dream Team del Hard Melódico actual, pero una de sus piezas claves no estuvo lo inmenso que nos tiene acostumbrados, hablo de Jeff Scott Soto. No tuvo su mejor noche y me pareció que su voz no llegaba donde debía, pero aun así volvió a demostrar por qué es uno de los frontmen más respetados y queridos por el público, interactuando, motivando y emocionando por momentos, siempre muy bien apoyado por la voz de Erik Martensson, más pendiente de labores rítmicas con su guitarra y con menos protagonismo vocal del que yo pensaba, sin olvidarnos de los tremendos coros del resto de la banda.
Instrumentalmente mayor protagonismo en general para las guitarras, con la pareja de Eclipse al frente destapándose una vez más Magnus Henriksson como un interesantísimo hacha, mientras que Robert Sall había cambiado las seis cuerdas que suele acariciar en W.O.A. por las teclas que utilizó para envolver con maestría las composiciones de W.E.T. Por su parte el bajista Andreas Passmark mostró su tremenda clase y versatilidad que le permiten sacar adelante con igual solvencia su trabajo con W.O.A., Royal Hunt o Narnia, formando una competente base rítmica con Robban Bäck, batería de Eclipse que cumplió con sobriedad.
Comenzaron como lo hacen en su último trabajo “Rise Up” con los dos temas que dan apertura al mismo, las magníficas “Walk Away” y “Learn To Live Again” que ya empezaron a atraparnos con sus melodías algo endurecidas y sus enormes juegos vocales, a pesar ya digo de que Jeff Scott Soto no estuvo tan bien como otras veces, mejorando con el primer recuerdo para el debut homónimo del grupo en la más sutil “Invincible” donde las guitarras de Magnus marcaron su ritmo.
Llegamos a uno de los inevitables momentos emotivos del festival con la dedicatoria a Jan Kuehnemund, la guitarrista de Vixen fallecida la semana anterior, y a la que Jeff dedicó la vitalista “Rise Up” ya bien coreada por el público que fue entrando en calor, para relajarnos a continuación con el envolvente medio tiempo “Comes Like Rain” en la que se dejaron notar los teclados de Robert, para recuperar su vertiente más cañera con la potente “Still Unbroken” que con su tremendo estribillo nos hizo botar y corear, para dejarnos luego la festiva “Broken Wings”.
La recta final estuvo por compuesta por tres temazos de su primer disco, la deliciosa “If I Fall” de claras reminiscencias Journey con mayor protagonismo para Erik en la voz, la entrañable “Brothers In Arms” que dejó claro que la “T” de W.E.T. es por Talisman al final de la que Jeff salió de escena para aparecer acompañado de una ronda de chupitos con la que brindaron para cerrar por todo lo alto con la no menos inmensa “One Love” que ya habíamos tenido la oportunidad de disfrutar recientemente en Madrid en los conciertos tanto de Eclipse como de JSS, y que quizá por eso no me impactó tanto. Notable concierto de W.E.T., pero estoy seguro que pueden hacerlo aun mejor.

DARE
Tras las buenas sensaciones de las actuaciones anteriores salimos de la sala a despejarnos un poco y cuando quisimos darnos cuenta al entrar Dare ya habían interpretado dos temas que me hubiera encantado ver ya que nunca los había presenciado en directo, se trataba de “Wings Of Fire” y “We Don’t Need A Reason”, ambos pertenecientes a su segundo e infravalorado LP “Blood From Stone”, siempre a la sombra de “Out Of The Silence”. El caso es que me los perdí y por lo que me cuentan casi mejor porque debieron sonar bastante menos potentes de lo que hubiera sido deseable.
Un hecho este de la falta de solidez que no extraña viendo la formación que desde hace un tiempo viene acompañando a Darren Warthon en directo, lo de no llevar bajista es algo a lo que sigo sin encontrarle explicación. Aplicando un símil futbolístico creo que en la mayoría de los casos los bajistas son como los medio centros defensivos, que se notan cuando no están.
En cualquier caso el resto del concierto estuvo mejor que otras veces, con la voz de Warthon muy bien, siempre apoyado por la acústica y los coros de su inseparable Richard Dews, pero con los altibajos a los que nos tienen acostumbrados. Temas brillantes dentro de su suavidad como “Silent Thunder”, “Return The Heart” o “The Raindance”, alternando con otros bastante aburriditos como “Sea Of Roses”, “Where Darkness End” o una insospechadamente floja interpretación del himno “Abandon” en la que la guitarra de Vinny Burns resultó excesivamente tímida y hueca, bueno, no solo la guitarra, ya que a Vinny le encontré bastante desmejorado físicamente y sin la chispa de otras veces.
Por suerte tras ese pequeño sinsabor inmediatamente dejaron para el recuerdo una impresionante “Into The Fire” en la que todos lucieron a un gran nivel quedándose como uno de mis temas favoritos de todo este Firefest, haciendo que casi sólo por eso mereciera la pena el concierto de Dare.
Mariano Palomo

HAREM SCAREM
Cuándo en 1991 nació Harem Scarem como grupo nadie en su sano juicio discutía el impacto que provocaron en los seguidores de hard rock melódico. Una formación con un talento descomunal, con un disco glorioso que tuvo su continuidad con el todavía mejor “Mood Swings” (1993), un álbum para el recuerdo, de los mejores de la historia en este tipo de música.

Bien, Harem Scarem venía a presentarnos la reedición de su glorioso “Mood Swings” en directo, cerrando como cabeza de cartel la primera fecha (viernes) del Firefest. Las condiciones no podían ser mejores: una banda compacta, las guitarras siempre increíbles de Pete Lesperance, la voz personalísima y llena de calidad de Harry Hess y una sección rítmica formada por Darren Smith (Batería y voces) y Stan Miczek (bajo). Pero, ¿Qué Harem Scarem veríamos? Los mimbres eran los mejores, pero ¿y la actitud? Les había visto antes en tres ocasiones (bueno, una de ellas mitad Rubber), y no me habían causado una gran impresión, es más, me habían decepcionado. ¿Qué pasaría ahora?
Comenzaron el concierto con el clásico “Saviors Never Cry” y la promesa de tocar al completo el “Mood Swings”. Buen arranque, pero decayó un poco con “Dagger”, un corte seudo desconocido para el público del álbum “Overload”. Levantaron un poco con “Hard To Love”, aunque sonó menos melódica, quizás porque Harem Scarem dio al show un enfoque bastante más cañero. Como siempre, Pete Lesperance ofreció un clinic de guitarra, muy de la escuela de mitos como Eddie Van Halen o Steve Lukather, pero sonó un poco bajo, un error desde mi punto de vista, siendo además la única guitarra de la formación.
Continuaron con dos temazos del “Mood Swings” como fueron “If There Was a Time” y “Sentimental Blvd.”, con la voz más áspera de Darren Smith dejándose notar como principal. Por parte de Harry Hess se echa de menos un comportamiento más cercano al público. Nadie duda de su calidad vocal, pero parece frío, un tanto distante. Para ser un show conmemorativo no hay demasiado feedback entre la formación y el público. El hilo conductor, Harry Hess como vocalista, está a su rollo.

Volvieron por la senda melódica con dos recuerdos a su primer trabajo (“Harem Scarem”) como fueron “Slowly Slipping Away” y “Honestly”, un corte muy melódico y que incita a cantarlo con el público, pero que ellos no supieron aprovechar. Después la casi inédita “Karma Cleansing”, que desconectó nuevamente a la audiencia. Lo que podía y debía ser un conciertazo, por las canciones y por la calidad del grupo, se estaba convirtiendo en un concierto más. Allí faltaba alma, comunicación, quizás como si les jodiera en parte volver al pasado, a sus orígenes. Lo hacía bien, pero sólo cumpliendo, ¿qué pasaba?
La recta final (menos mal) fueron todo canciones del “Mood Swings”, y el público lo agradeció. Temazos como “Stranger Than Love”, “Jealousy” (¿dónde se quedó ese toque sleazy?), “Empty Promises” y sobre todo la preciosa instrumental “Mandy” (qué calidad a la seis cuerdas del Sr. Lesperance) y “Had Enough” levantaron al público y mejoraron las prestaciones del concierto.

Curioso un detalle. La gira de Harem Scarem tiene que ver con la reedición con tres temas extra del “Mood Swings”, pues bien, ninguno de estos tres temas nuevos sonó en directo. Volvieron con dos maravillas para cerrar como son “No Justice” (qué canción tan poderosa y pegadiza al mismo tiempo) y la increíble “Change Comes Around”, un estupendo cierre para su concierto.
Bien, quizás soy demasiado exigente, pero Harem Scarem eran para mí uno de mis grupos favoritos. La oportunidad de ser cabezas de cartel, tocando íntegramente el increíble “Mood Swings”, con una audiencia entregada y con una formación que tiene el talento de Lesperance y de Harry Hess a las voces prometía algo increíble, inolvidable. Y aunque fue un gran concierto (para mí la mejor de las cuatro veces que les he visto), tampoco fue tan grande como me lo esperaba.

Entre nosotros comentamos que quizás Harem Scarem han querido evolucionar demasiado, que no se sienten cómodos tocando sus temas antiguos, que son una formación con tendencia a la autodestrucción, lo que sea. Pero poco a poco, por falta de interés o de feedback con su público, parecen fríos o distantes. Es algo que tienen que mirarse, porque como músicos son extraordinarios, pero falla algo de actitud, desde mi punto de vista.
Jesús “Nono” García

SABADO 18/10/2013

Una vez repuestos y descansados tras la jornada del viernes encarábamos la del sábado con la misma prudencia intentando dosificarnos para no acabar agotados antes de tiempo. En este caso los primeros sacrificados fueron los suecos NATION, banda de metal melódico surgida a principios de los noventa a la estela de su paisano Malmsteen dejando un tres correctos discos y que como en el caso de Eden’s Curse rechinaban un poco dentro del cartel, aunque según parece hicieron un show entretenido con el remate previsible de su metalizada versión de “Waterloo” de Abba.

VON GROOVE
Nos metimos en harina en un día con presencia más hard rockera que puramente A.O.R. con una de esas bandas que es prácticamente inimaginable poder ver en directo en Europa a no ser que sea en el Firefest, en este caso los canadienses Von Groove. A todo este tipo de bandas de las que no tenemos referencias recientes de su estado de forma la experiencia me ha llevado a ponerlas en cuarentena, dado que no siempre vuelven todo lo bien que sería deseable. Pero en este caso la experiencia no pudo ser más positiva, ya que el cuarteto se marcó una excelente actuación plena de energía y calidad.
Todos teníamos como referente su gran primer disco del que el pasado año cumplía nada menos que veinte años de existencia, y al que sucedieron otros interesantes pero no tan rotundamente buenos. Por lo tanto lo previsible era que el set list estuviera integrado mayoritariamente por temas de aquel debut discográfico, más teniendo en cuenta el escaso tiempo del que disponían. Pero en cierto modo sorprendieron al aportar el mismo número de temas, tres, del más discreto en mi opinión “Diving Off The Edge Of The World”, sexto disco del grupo publicado en 2006 y que en directo me sonaron mucho mejor.
En cualquier caso arrancaron con fuerza de la mano de “Can’t Get Too Much” dejando claro que salían a por todas con un frontman efectivo y entregado como Michael Shotton haciéndose con el público desde el inicio, mientras Mladen empezaba a destaparse como uno de los guitarristas del festival. Continuaron dando buena caña con la elocuente “I Can’t Find My Groove” en la que Shotton tiró por primera vez de megáfono dándole un curioso matiz a su voz que compartió en algunos momentos junto a Darren Smith que se quedó disfrutar del show de sus paisanos tras haber actuado el día anterior con Harem Scarem.
Punto álgido del show con la tremendamente adictiva “House Of Dreams” que sonó brutal con Mladen saliéndose alargando su final haciendo que nos fijáramos ya más en su forma de tocar que en su original imagen con reminiscencias a la película “La Naranja Mecánica”, para seguir tirando de garra en “Driving Off The Edege Off The World” y la agresiva “Control” recuperando de nuevo el megáfono.
El cierre fue brillantísimo, con la melódica y ultra pegadiza “Two Nights In Tokyo” con Darren Smith participando esta vez desde el foso acompañando al micro a Shotton, que seguidamente nos incitó a hacer la ola mezclándose con el público para acabar de rematarnos con el mega single “Once Is Not Enough” que cumplió con creces las expectativas, al igual que todo el show que resultó brillante, efectivo y divertido. Para mí la sorpresa más agradable del día y una de las del Firefest 2013 junto a Prophet y a JSRG.
Mariano Palomo
HEAVEN´S EDGE
Yo me pregunto cómo hacen los organizadores del Firefest (gracias, chicos) para localizar primero, convencer después y luego traer al Firefest a formaciones que teníamos perdidas desde primeros de los 90. Este es el caso de Heaven´s Edge. Todos recordamos su primer trabajo (“Heaven´s Edge”, 1990), incluso su segundo y último hasta la fecha (“Some Other Place, Some Other Time”, 1998), pero ¿Dónde estaban metidos?
Después de tantos años, ¿qué te vas a encontrar sobre el escenario? Sorpresa, Mark Evans, su vocalista, salió con un físico y un pelazo increíble, como si se hubiera metido en el túnel del tiempo. El resto de la formación, la clásica, estaba formada por los guitarras de siempre, el japo/americano Reggie Wu (muy cañero el tío) y Steven Parry, y su bajista G. Guidotti, todo un personaje.
Arrancaron con dos trallazos de su primer y recordado trabajo, “Play Dirty” y “Daddy´s Little Girl”, que sonaron muy ochenteras y cañeras al mismo tiempo. La voz de Mark no estaba para muchos trotes, pero las ganas suplían todo, porque fueron a por todas.
Atemperaron los ánimos con acústica en mano para la balada “Jacky”, pero continuaron dando caña con “Don´t Stop Don´t Go” y “Just Another Fire”. Mark seguía desfasando a la voz, pero los músicos, sobre todo la guitarra de Reggie Wu y el bajo de Guidotti no daban tregua.
Tocaron entonces “Skin to Skin”, y se marcaron la típica coreografía que lucían en los vídeos de aquella época. Y aunque sencilla, a todos nos gustó un montón, recordando lo grandes que fueron comercialmente hablando estos grupos, siempre en la radio o en la TV, antes de que llegara el grunge y lo jodiera todo. Cierre final con mi canción favorita de la formación, “Find Another Way” (solía pincharla y la metía en muchas de mis recopilaciones) y “Can´t Catch Me”, dos buenos cortes.
Después de tantos años, la voz de Mark Evans está más que zurrada. Nunca fue un buen cantante, siempre algo rascón, pero ahora está peor que regular. Sin embargo, sus pintas, sus ganas y la actitud de todo el grupo hicieron que disfrutáramos del concierto de Heaven´s Edge. El rock es la suma de varias cosas: talento (de aquí andan un poco escasos), actitud (aquí dieron el 120 por ciento) y directo (aquí también sumaron lo suyo). Por tanto, bien por Heaven´s Edge, que no serían la mejor formación del Firefest, pero que no defraudaron a la gente. Si vuelven a tocar el año que viene yo haré por verlos.

TREAT
¿Quién nos iba a decir que los veteranos Treat se iban a convertir en el grupo de controversia del Firefest? Cuándo se confirmó la presencia de Treat en el cartel del Firefest todos apostamos por un gran concierto. Primero, por la calidad de los suecos en directo, y más después de verles tres veces en estos tres últimos años. Y segundo, porque tienen tal cantidad de canciones estupendas, incluidas las del su último trabajo en estudio “Coup De Grace”, que nos las prometíamos muy felices.
Vale que todos los grupos tiran de efectos musicales y sonidos pregrabados, de eso no hay duda. De hecho, arrancaron con una intro de su último trabajo y voz en off (“Prelude Coup De Grace”), para continuar con la cañera y directa “The War Is Over” del mismo disco, pero… ¿no parecía que en algunos momentos la voz de Robert Ernlund iba descompasada? No, no podía ser. Continuaron con un clásico de su recordado “Pleasure Principle” (1986) como fue “Strike Without a Warning” y otro temazo como “Ready For The Taking” (“Organized Crime”, 1989) y la voz sonaba en sintonía con la música.
Sin embargo, nuevos desbarajustes con “Papertiger”, de su último trabajo “Coup De Grace”. Parecía playback, ¿qué pasaba?, ¿Acaso Robert no se sabía las nuevas canciones? No podía ser, el disco lleva publicado casi tres años y les vimos en Madrid presentándolo, y nada de esto sucedió. Pero sí, todo indicaba que algo fallaba, que no había sincronización, que las partes vocales al menos estaban pregrabadas.
Vuelta a la normalidad con un estupendo meddley con clasicazos de la banda como “Changes”, “Rev It Up”, la coreada “Party All Over” y” Too Wild” que nos supo a gloria. Pero las sospechas fueron realidad con el descontrol vocal en “We Own The Night” y “Roar”, ambas de su último disco. Los juguetitos estaban fallando, y los Treat, sobre todo su vocalista estaban quedando como el culo.
Broche final con dos temas del recuerdo como fueron la melódica y preciosa ”Get You On the Run” (“Scratch and Bite”, 1985) y la pegadiza “Conspiracy”. Sonaron bien, directas y bien cantadas, sin trucos ni falsetes, y la despedida fue correcta, aún con la sorpresa en nuestras cabezas. Volvieron con otro corte de “Coup De Grace”, la atmosférica “Skies Of Mongolia” (otra vez los sonidos sampleados) y cerraron con la coral “World Of Promises”, cantada por todos. Grandes prestaciones a nivel musical de los Treat, con un fantástico Anders Wilkstrom a las guitaras y un sólido Jamie Borger a la batería, pero… ¿Podemos decir lo mismo de la voz de Robert Ermlund?
Puestos a preguntar, porque no dábamos crédito a que Treat hicieran parte de las voces en playback, sobre todo con los temas nuevos, nos dijeron que si, que había juguetitos (¿?), pero que formaban parte del show. Aunque podamos asumir como público la presencia de samplers y otros sonidos pregrabados, es lamentable que no lo hicieran bien, que fallaran en el timing y que el vocalista de Treat quedara como un trapo haciendo por momentos playback y dejando en mal lugar al resto del grupo. Cuidado, mucho cuidado con estas cosas. Como seguidor de Treat me sentí profundamente defraudado, y con estas cosas no se juega.

H.E.A.T
H.E.A.T son el presente y el futuro del hard rock melódico. Poco importa que tengan sólo tres trabajos en estudio, o que sus componentes parezcan universitarios de jóvenes que son. Tienen muy claro lo que hacen y cómo lo hacen, y se salen. Sus discos son todos una puta maravilla, y en directo ofrecen unos conciertos que son garantía tanto de calidad como de espectáculo.
Para llevar tan poco tiempo, H.E.A.T ha sufrido ya varios cambios de formación. A su primer cantante le sustituyó el carismático y desbocado Erik Gronwall, que goza de una voz tan melódica como poderosa y que no para ni un momento sobre el escenario, para dar toda la caña del mundo y poder cantar esas canciones tan pegadizas y llenas de energía. Además, pocas semanas antes del concierto del Firefest, habían sufrido la renuncia de uno de los guitarristas, quedando tan solo Eric Rivers como guitar player, a la espera de saber si tendrá o no compañero en el futuro.
Para colmo venían de sustitutos, no en vano ocupaban plaza porque los americanos Trixter se habían caído del cartel. Fuera porque estaban picados, porque querían demostrar que los cambios y las turbulencias grupales no les afectaban salieron con una tensión y unas ganas terribles sobre el escenario del Rock City.
Mira que les he visto veces (esta es la cuarta vez, incluida una en Suecia-Sweden Rock 2012), pero esta fue todavía mejor. Equilibrio perfecto entre caña y melodía, un grupazo tremendo sobre el escenario. Pese a que sus dos primeros trabajos son excelentes, cargaron las tintas sobre su último disco, “Adress The Nation”, otro discazo y ya con Erik Gronwall como vocalista oficial. No en vano ocho de las catorce canciones que tocaron vienen allí recogidas.
Abrieron fuego (nunca mejor dicho) con “Breaking The Silence” y “Better Off Alone”. Como son cortes tan gancheros y tan fáciles de corear, ya tenían a todo el público del Firefest en el bolsillo. Siguieron con dos cortes retrospectivos,” 1.000 Miles” y “Straight For Your Heart”, que les quedaron bordadas y demostraron que aún con un sólo un guitarrista podían y querían hacer un concierto cañero, el más cañero que les he visto, pero siempre cargado de energía y melodía a partes iguales. Siguieron con “Beg Beg Beg” (qué guapa, incluyendo además un guiño al “Rock n´Roll” de mis admirados Led Zeppelin) para continuar con el solo de Eric Rivers. El señorito quería su cuota de protagonismo, no en vano se ha quedado, de momento, como único guitarrista de la formación sueca. Bien, no fue un mal solo, pero los he visto mucho mejores. Y desde aquí al final del show todo fueron canciones de su último disco, “Adress the Nation”.
Siguieron con “Downtown” y “Falling Down”, Erik era una máquina de cantar y de sacudir con su fiereza sobre el escenario al público. Qué talento, se comió él solito a todo el Rock City. El resto de la formación tampoco paraba, con una puesta en directo tan efectiva como brillante.
“Heartbreaker” volvió a sorprenderme para bien, no tanto “In And Out Of Trouble”, mi canción favorita del disco, muy en la onda Foreigner con saxo incluido, que Erik sustituyó por la armónica, pero les quedó un tanto atropellada y falta de brillo, para mí el único lunar del concierto. Broche final de oro con “Living On The Run”, “There For You” y “It´s All About Tonight” con mini solo de batería incluido por parte de Crash, cosa que no entendí demasiado pero todo se les perdona, dado el conciertazo de ofrecieron.
H.E.A.T juegan en otra división, la de las grandes bandas. Tres enormes discos en estudio, mogollón de conciertos (de las nuevas bandas de hard rock melódico seguro que la que más actúa), el magnetismo y la garganta de un cantante soberbio como Erik Gronwall y un grupo tan brillante como su futuro los convierten en el presente y el futuro del rock melódico, sin duda alguna.
Jesús "Nono" García

Tras el subidón con el enrome concierto de H.E.A.T confirmándose como uno de los grupos más en forma del Hard Melódico actual, era el momento de SHOOTING STAR. De estos pudimos presenciar su parte final de su actuación sonando con unos aires setenteros plenos de energía y a pesar de ser una de las bandas más veteranas del festival desprendían garra y vitalidad, con gran protagonismo de teclados y con una trabajada alternancia de voces, y curiosamente también sin bajista al igual que Dare.
 Por lo que luego pudimos saber tiraron mucho de temas de su primera etapa más sinfónica y menos A.O.R. algo que quizá no fuera tan atractivo para el público en general que abandonó en buen número la sala para descansar, pero que sí pareció gustar a los menos que se quedaron a disfrutar de su concierto.
Mariano Palomo

HARDLINE
Hardline es Johnny Gioeli. Un grupo que nació en 1992 con un discazo histórico para la música, el recordado “Double Eclipse”, y que no tuvo continuidad, entre otras cosas porque Neal Schon (Journey) iba a ensayar en limousine mientras los Gioeli, cuñados por otra parte de Schon, lo hacían en metro. Pero Hardline perduró en el tiempo, con más o menos fortuna. Y todo gracias al esfuerzo personal de J. Gioleli, que de tarde en tarde se junta con músicos para rescatar su recuerdo.
Sin in más lejos, el último proyecto de Hardline nace de la unión entre Alessandro Del Vechio (teclista y compositor) y Gioelli. Su último disco, titulado “Danger Zone” (Frontiers, 2012) nos confirmaba que Hardline estaba vivo, por lo menos a nivel discográfico, pero ¿Qué tal en directo? Además, tenían la responsabilidad de cerrar el cartel del sábado en el Firefest. Pero con el carismático Gioeli a la voz todo es más sencillo. Ente otras cosas, porque su voz es tan suave como poderosa, y porque además está de giras continuas con Axel Rudi Pell.
Arrancaron con “Fever Dreams”, el single de su último disco, y la canción que le da título, “Danger Zone”, dos buenas canciones, pero lo que levantó al público fueron los cortes del “Double Eclipse”, como no podía ser menos. El primero de ellos fue la ganchera “Takin´ Me Down” y la segunda la fantástica “Dr. Love”, que incendiaron el Rock City. Bien arropado por los teclados de Alessandro y las guitarras de Josh Ramos (The Storm), aunque estas sonaron un poco bajas, Gioeli encandiló al público con su carisma y su garganta.
Quizás lo peor fueron los solos, tanto de teclados como de batería, que enfriaron un tanto a la concurrencia. Volvieron con “In this Moment”, otra canción de la última etapa de Hardline para continuar con esa maravilla que es “Everything”, otro de los singles del “Double Eclipse” que fue cantada por todos.
Momento emotivo con la preciosa balada “In The Hands Of Time”, cantada con todo el sentimiento del mundo por J. Gioeli, y más recordando a un amigo suyo recientemente fallecido (se nos puso a todos la piel de gallina), para cerrar con esa joya que es “Hot Cherie”, cantada junto con Jeff Scott Soto (Eyes, Talisman, W.E.T., etc.) que nos supo a todos a gloria.
Volvieron para cerrar noche con la pegadiza y brutal “Rhythm From a Red Car”, que se grabó a fuego en mi cabeza y se despidieron sin tocar una de sus grandes canciones, “I´ll Be There”, que fue recordada por todos y que echamos de menos.
Buen concierto aunque un poco corto de Hardline, sobre todo porque parte del show fueron un par de solos, aunque Johnny Gioeli estuvo a la altura, tanto vocal como llevándose a la gente de calle. Siempre quieres más, pero el recuerdo de Hardline está vivo, y eso es lo que realmente importa.
Jesús “Nono” García

DOMINGO 20/10/2013

ECLIPSE
Sin duda, otra referencia absoluta y con un presente y un futuro estupendos en el mundo del Hard Melódico actual. Todo lo que toca el señor Erik Martensson lo convierte en oro, sea produciendo o componiendo, sea con W.E.T. o con su grupo de siempre, Eclipse.
Los promotores del Firefest sorprendieron poniendo a Eclipse para abrir cartel la mañana del domingo. Personalmente me molestaba, porque era un grupo tan bueno y con tanto poder que nos limitaba a media hora de concierto y porque la mayoría del público estaría todavía desperezándose después de la dura tarde/noche del sábado.
Si lo que pretendían era sacudir y despertar al público, lo consiguieron, porque Eclipse son buenos en recto, son cañeros y no dejan indiferentes a nadie. Salieron todos en albornoz, como recién levantados. Eso duró lo que fue quitarse la prenda, porque arrancaron con el trallazo “Wild One” y siguieron con “Ain´t Dead Yet”. A estas alturas, nadie en el Rock City estaba dormido, todo lo contrario.
Siguieron con esa caña tan melódica típica de Eclipse, con las guitarras tan versátiles de Magnus Henriksson (también en W.E.T.), y con temazos como “Wake Me Up” (por si acaso, el Sr. Martensson bromeaba con la hora) o la atmosférica “Battlegrounds”, que nos gustó muchísimo.
Cómo es lógico, cargaron las tintas con su último trabajo, el fabuloso “Bleed & Scream”, seis de las ocho canciones que tocaron fueron de este disco. Siguieron con “A Bitter Taste”, y Eclipse no paraba de sacudir a la audiencia.
Después sonó “Bleed & Scream” y nuevamente salió Jeff Scott Soto a cantarla con Martensson (como en W.E.T.), para cerrar con la maravillosa “S.O.S.”, mi canción favorita del disco, impresionante. El último tema fue “Breaking My Heart Again”, muy a lo Whitesnake de su mejor época, bueno, ya quisiera David Coverdale cantar ahora como lo hace Erik Martensson o que los Whitesnake actuales sonaran con las misma fuerza, pasión y calidad que los Eclipse.
Conciertazo de Eclipse, y confirmación absoluta de lo buenos que son. Erik Martensson, el auténtico gurú del Hard Melódico actual: canta estupendo, toca la guitarra, compone y arregla cojonudo, y para colmo parece un adolescente con acné de joven que es. El puto amo.
Jesús “Nono” García

El domingo se presentaba para mí como el día más completo de los tres de este Firefest con un buen número de alicientes que en su mayoría satisficieron mis expectativas.
Así que tocaba casi madrugar e incluso hacer cola para presenciar la ya comentada descarga de Eclipse, para relajarnos luego aprovechando para salir a comer durante la actuación de unos BRIGHTON ROCK a los que ya habíamos tenido la ocasión de ver el pasado año, repitiendo prácticamente set list y que según a quién preguntaras estuvieron mucho más flojos o por el contrario igual de bien que entonces, imponiéndose en mayor medida la primera opinión.

PROPHET
Con la panza más o menos llena, volvíamos al Rock City para encontrarnos con otra de esas bandas imprevisibles e inimaginables de ver por el viejo continente, los estadounidenses Prophet. Al igual que de sus vecinos del norte Von Groove, llevábamos muchísimo tiempo sin saber nada de ellos, de hecho su producción discográfica dejó de dar frutos en 1991 tras la publicación de tres buenos discos, en el primero de los cuales participaba como batería Ted Poley antes de convertirse en vocalista de Danger Danger.
La formación que se presentó en Nottingham fue prácticamente la misma que acabó por separarse en su momento, notándose en su imagen el paso del tiempo, sobre todo con un personal Russel Aracara a la voz cumpliendo muy muy bien llegando a tonos complicados, bien rodeado por los coros del bajista Scott Metaxas y del buenísimo guitarrista Ken Dubman, toda una sorpresa con su deje mucho más rockero de lo que yo le recordaba teniendo un protagonismo mayor que el del teclista Joe Zujkowski que también cumplió pero con menor preponderancia de la que esperaba.
Probablemente este sonido más duro y guitarrero se justifica por la presencia de temas de su tercer trabajo “Recycled” que ya mostraba esa evolución respecto a sus anteriores entregas, sobre todo mi favorita “Cycle Of The Moon” que se desenvolvía en terrenos más Pomp A.O.R. y de la que por supuesto también hubo una notabilísima representación.
Comenzaron enérgicos con “Restless Hunger” tema directo para empezar a engancharnos, algo que consiguieron totalmente con “Can’t Hide Love” una de esas joyitas que tenía apuntada en mi lista de temas por ver en directo y que, a pesar de sonar endurecida me resultó deliciosa, al igual que “Cycle Of The Moon” con la guitarra de Dubman a lo Jimmy Page, para seguir incendiando el escenario con “Street Fighter” enlazando con otra de las destacadas “Peace Of Mind” adornada de un sutil deje blues, que pasó a ser más rockero en “Asylum”.
Unico recuerdo a su primer disco con la pegadiza “Power Play”, para seguir creciendo en intensidad con “Run With The Pack” en la que Aracara se dejó parte de sus fuerzas que fue a recuperar mientras sus compañeros se lucían con la instrumental “Hyperspace” antes de llegar al final a lo grande con otros dos pelotazos.
Con “Sound Of A Breaking Heart” me pasó lo mismo que con “Can’t Hide Love”, Russel dejándose el alma y buena parte de la audiencia con la piel de gallina siguiendo sus fantásticas armonías y melodías en las que se apreció más la presencia de las teclas, dejando para cerrar la más cañera “Red Line Rider” convenciéndome mucho y aportando ese buen hacer de las bandas veteranas mostrando una calidad y tablas impropias de alguien a los que suponía apartados hace mucho tiempo de los escenarios.
Mariano Palomo

ALIEN
Hablamos entre compañeros que esta edición del Firefest era especial por los enormes y talentosos vocalistas que veríamos. Entre la nueva generación de frontman que disfrutaríamos en el Rock City estarían Lars Safsund (Work Of Art), Erik Gronwall (H.E.A.T) o Erik Martensson (Eclipse), mientras que la vieja guardia de fabulosas voces del hard rock melódico la componían Jeff Scott Soto, Harry Hess (Harem Scarem), Johnny Gioeli (Hardline), Bobby Kimball, Graham Bonnet y Eric Martin. Casi nada al aparato. A todos les había visto, salvo a un cantante que tenía muchas ganas de ver y que para mí era desconocido, sobre todo en directo. Su nombre: Jim Jidhed, su grupo: los suecos Alien.
Mis amigos que les vieron en Madrid me comentaron que fue un gran concierto, pero sobre todo lo que destacaron fue la voz de Jim Jidhed. Personalmente amo los vocalistas de la vieja escuela, tipo Steve Perry (¿quién no?) o Jimmy Barnes, por ejemplo. Bien, después del concierto de Alien podría decirse que Mr. Jidhed es una mezcla entre ambos, y eso es mucho decir.
El show de Alien arrancó con “Touch My Fire”, un clásico de su primer y glorioso trabajo (“Alien”, 1988), y del cual tocaron siete de los once temas que interpretaron. Después, la pegadiza y melódica “Go Easy”, con Jim Jidhed soberbio, mezclando y jugando con la voz, unas veces ronca, otras aterciopelada. Así son los buenos cantantes, los que trabajan su garganta, los que te llegan al corazón a través de su voz.
Continuaron con “New Love”, un corte que se quedó en demo de los primeros trabajos de Alien y que sonó estupenda, muy en la línea melódica de los 80. Continuaron con dos canciones llenas de talento y para mí inolvidables, sobre todo “Tears Don´t Put Out The Fire” (qué maravilla) y “Jaimie Remember”, ambas de su primer disco.
Alien como grupo sonaba muy buen, muy compactado. Siempre con el protagonismo justo de las guitarras de Tony Borg (el corazón de Alien) y el buen trabajo de Ken Sandin al bajo y los coros. Pero por encima de todos, la voz de Jim Jidhed. Y para demostrarlo cantó, casi a capella, la versión de un clásico del sonido motown como “Only One Woman” (versionada entre otros por Jimmy Barnes), para mí quizás la canción del festival. Si la música tiene el poder de emocionarte, te aseguro que esta canción y esta voz lo consiguió, y de qué manera conmigo. Para mí y muchos en el Rock City fue un momento mágico, inolvidable.
Continuaron con “Brave New Love” y “I´ll Be Waiting”, otras dos canciones de su primer trabajo y tocaron después una canción nueva, titulada “In Love We Trust”, un corte muy en la onda de los Alien melódicos de los 80 que sonó francamente bien y que confirman la buena línea si siguen por este camino. Cerraron con otro clásico de su repertorio, “Dying By The Golden Rule”.
En definitiva, un gran concierto de Alien, confirmando el buen show que ofrecieron hace algo más de un año en Madrid. Un ejemplo de profesionalidad y de saber hacer bien las cosas, como la mayoría de las formaciones de rock melódico escandinavas. Pero sobre todo con el plus de contar con un vocalista estupendo como Jim Jidhed, capaz de emocionar con su voz a la audiencia.
Jesús “Nono” García

BATON ROUGE
Después de volver a disfrutar de nuevo del A.O.R. con mayúsculas de Alien, llegaba el momento de despejar otra de las múltiples incógnitas que se nos presentaban en la última jornada del festival, ¿cómo se lo harían Baton Rouge? Circulaba por internet algún vídeo de actuaciones recientes de la banda de Mississippi que no les dejaba en muy buen lugar, por lo que ya debíamos ir sobre aviso, pero las ganas y la curiosidad nos podía y estábamos hambrientos por ver su actuación. Desde luego en este caso por muchas ganas que tuviéramos no fue posible y Baton Rouge, con un displicente Kelly Keeling al frente que no pasaría los controles anti doping más benévolos, fueron la gran decepción del Firefest 2013.
Me dio la sensación que se acomodaron en su posición de banda deseada y “grande” para muchos (de hecho junto con Eclipse y Legends fueron los únicos que lucieron telón propio con su logo), y salieron a escena con una actitud lamentable, perdiéndose en infinidad de notas, yéndose de tono cada dos por tres, daba la impresión de haberse dejado las melodías y la coordinación en el camerino. Las primeras notas de “Doctor” invitaban al optimismo pero enseguida empezó el barullo y arrastrados por la altivez mal entendida de Keeling, está bien mostrar cierta arrogancia e incluso chulería en escena pero con clase, y siempre que esta acompañe a un correcto desarrollo técnico, sobre todo si eres el cantante del grupo.
Visto lo visto aguantamos dos temas más “Bad Time Comin’ Down” y “Big Trouble” a cual más caótico y deslavazado, y con los primeros acordes de “Baby’s So Cool” decidimos que había sido suficiente y les dejamos con un cada vez menos participativo y escaso respetable que como nosotros decidió pasar del grupo.
Me resulta incomprensible que alguien que cruza el Atlántico para reencontrarse con su fans por lo menos no se deje las pelotas en su actuación y ofrezca un show mínimamente digno y preparado aunque no esté muy en forma, más aun después de haber visto el día anterior a Heaven’s Edge, banda con trayectoria prácticamente paralela a la de Baton Rouge, que no son un dechado de virtudes técnicas pero que se ganaron al público con su tremenda actitud, y si tú no vas a hacerlo casi mejor que te quedes en casa. En fin, una pena y una lamentable desilusión para muchos que se convirtió (junto a lo de Treat) en el gran lunar del festival, no recuerdo tanta unanimidad respecto a un grupo ni para bien ni para mal en todos los festivales a los que he asistido.

JSRG
Con la mente despejada del fiasco anterior llegaba otro de los shows más entrañables y que con más ganas afrontaba, el reencuentro con el 75% de la banda estandarte del hard rock femenino de finales de los ochenta que desde hace un tiempo viene funcionando con otra denominación a modo de acrónimo de las iniciales de los nombres de sus componentes que son otras que Janet Gardner (voz y guitarra), Share Pedersen (bajo), Roxy Petrucci (batería) y la nueva incorporación Gina Stile a la guitarra.
Aumentaba el componente emocional de la actuación de las ex Vixen tras conocerse apenas una semana antes el fallecimiento de su guitarrista original Jan Kuhenemund, a pesar de que ésta ya estaba desvinculada hace tiempo de sus tres compañeras e incluso intentó el reflote de Vixen con otras nuevas, algo que no fue óbice para que fuera recordada en numerosas ocasiones con cariño.
JSRG sacaron adelante su concierto con nota mostrando un gran estado de forma tanto física como musicalmente (vale, el tiempo pasa para todos y no son las de hace veinte años pero siguen conservándose muy bien) y con una energía de alguien que nadie diría que ya no cumple la cincuentena, con la inyección de vitalidad y cierto macarreo que aporta Gina, menos llamativa físicamente pero tremendamente activa y cañera sobre las tablas.
A Gina la acompañó con una segunda guitarra rítmica en algunos momentos Janet, que exhibió una gran voz, más poderosa incluso de lo que la recordábamos pero igual de elegante, y con la participación más discreta o tímida pero siempre eficacísima de Share que se lució en los coros además tocar muy bien el bajo. Caso aparte es el de Roxy Petrucci, a la que era imposible que no se nos fuera la mirada viendo como aporreaba su set de batería con una fuerza y precisión tremendas, absolutamente genial su ejecutoria dejando en pañales a alguno de sus colegas masculinos que la precedieron.
En cuanto al set list fue en general bastante previsible, lógicamente basado en las dos primeras obras de Vixen, pero dejando sitio para alguna sorpresa, manteniendo su esencia y sobre todo ejecutándolo con una versión más rockera e incluso heavy por momentos de lo que podíamos esperar, ya el inicio con “Rev It Up” hizo que empezáramos a corear sin remisión, sonando cañeras, rotundas, espectaculares.
Todo sonaba grande, incluso los teclados grabados que aparecieron discretamente para apoyar un temazo como “How Much Love” en el que sus coros resonaron con fuerza y melodía para endurecerse en la más cruda “Bad Reputation” que sorprendió más de uno por su pegada, volviendo a terrenos más melódicos con “Cryin’” en la que Gina dejó un muy buen solo. Acelerón rockero con “I Want You To Rock Me”, tema perfecto para el directo con los coreos del público siguiendo todos a una la dirección y los gestos de Janet, y con una inmensa “Streets In Paradise” otro de los momentos álgidos del festival para mí, sobresaliente.
Primera sorpresa con la salida de escena de Janet para dejar el protagonismo vocal a Share que lo hizo francamente bien versionando el himno de Neil Diamond “Rockin’ In The Free World” mostrando su vena algo más hippie pero muy muy rockera con Gina acompañando a la perfección, apareciendo Janet de nuevo al final para rematarla y enganchar con la balada “Love Is A Killer” de nuevo con los teclados grabados como bien se encargo de reconocer la vocalista que derrochó energía y carisma en su interpretación.
Nos acercábamos al final con otra pieza inesperada, la cañera “Never Say Never” de su prácticamente inadvertido tercer trabajo “Tangerine” que no desentonó en absoluto, siguiendo en modo acelerado con la aplastante “Wrecking Ball”, para llegar al final con la emotiva dedicatoria a Jan de su “Edge Of A Broken Heart” las chicas vivamente emocionadas, con Roxy enfundándose camiseta de Vixen de la gira del “Rev It Up”, y saliéndose con sus instrumentos y voces.
Tras una breve despedida volvían para ofrecernos una muy sorprendente y endurecida versión del hit “Rolling In The Deep” de la sensación de soul actual Adele, a lo mejor a muchos por el título no os diga mucho pero si la escucháis seguro que la reconocéis inmediatamente y, aunque a muchos les pareció algo fuera de lugar para cerrar, les quedó realmente bien, más aun si es cierto como dijeron que la habían preparado el día antes en el hotel, poco creíble viendo el resultado final.
Estas cuatro señoras demostraron que, a diferencia de sus predecesores en el cartel, se puede seguir haciéndolo muy bien manteniendo su personalidad y honrando su legado sin dormirse en los laureles viviendo de las rentas. A ver si hay suerte y podemos verlas por aquí no tardando mucho, estaremos atentos, si así fuera yo por lo menos pienso repetir. Grandes Vixen, o JSRG, o como queráis llamarlas.

LEGENDS (Voices Of Rock)
A pesar del cansancio acumulado tras tres días de intensos conciertos la actuación de JSRG nos devolvió la sonrisa recargándonos de energía y ganas para llegar a encontrarnos con un gran fin de fiesta. Dirigido y coordinado por el genial y orondo guitarrista sueco Tommy Denander el proyecto LEGENDS ha ido actuando con cuentagotas alternando instrumentistas y cantantes de primer nivel para interpretar algunos de los clásicos inmortales de nuestra música. De hecho se produjeron dos significativos cambios respecto a lo anunciado en primera instancia para este Firefest ya que primero Joe Lynn Turner y luego Fergie Frederiksen tuvieron que ser sustituidos por Graham Bonnet y Bobby Kimball respectivamente. No se cómo hubiera sido la actuación con Turner y Frederiksen, desde luego con Bonnet y Kimball fue soberbia, pero seguro que no hubiera sido igual sin la participación de Eric Martin que además de mostrar un inconmensurable nivel vocal ejerció prácticamente como maestro de ceremonias y principal animador de la fiesta.
Acompañaban a Denander en los instrumentos una serie de músicos que no acerté a reconocer, salvo a Ken Sandin bajista de Alien que en este caso se encargo de ayudar en los coros, cumpliendo todos ellos con nota pero sin sobresalir en exceso dejando el protagonismo a los figurones que se encargaban de las voces y al guitarrista líder.
El primero de ellos un enjuto pero tremendamente divertido y entregado Graham Bonnet que bordó a modo de premonitoria bienvenida el clásico de Rainbow “All Night Long” que nos puso en órbita coreando con fuerza su estribillo, para sorprendernos manteniendo el nivel con la más heavy “Desert Song” perteneciente al álbum “Assault Attack” de M.S.G. en el que participó Bonnet, volviendo al “Down To Earth” de Rainbow con la menos previsible “Love’s No Friend Of Mine” en clave más lenta-blues.
Tres temas magníficos que nos dejaron con ganas de más del veterano cantante también ex de Alcatrazz, de los que no nos hubiera importado nada que hubieran recuperado alguno de sus himnos, aunque al final volvió para darnos un poco más de genialidad.

Lo que vino a continuación prácticamente sin solución de continuidad fue el huracán Eric Martin para arrasarnos con una energía, simpatía y buen hacer al alcance de muy pocos. Con la imagen de niño de siempre, elegante pero informalmente vestido se metió a la gente en el bolsillo nada más saltar a las tablas para descargar dos chutes de adrenalina en forma de temas de Mr. Big como “Daddy, Brother, Lover, Little Boy” y “Alive And Kicking”, bonito marrón para los músicos que resolvieron la papeleta con solvencia pero que inevitablemente hizo que nos acordáramos de Paul Gilbert y sobre todo de Billy Seehan.
Eric cogió aire, se despojó de la chaqueta y el fular que lucía al inicio de su show, y tras bromear e interactuar continuamente con la gente de las primeras filas (grande cuando le hicieron llegar un ejemplar de su primer vinilo “Sucker For A Pretty Face” y señalando su cara en la portada se limitó a decir “still virgin”), invitó a acompañarle a Bob Catley, el entrañable vocalista de Magnum y compañero suyo en Avantasia, de los que vestía una bonita camiseta. Ambos se marcaron acústica en ristre, una bonita versión de “Wild World” alternando en sus estrofas las partes vocales, con Bob sosteniendo una chuleta con la letra que apenas tuvo que mirar, y aprovechando para anunciar próximo disco y gira de Magnum, siendo despedido con una gran ovación.
Pero era un final demasiado tranquilo para un hiper activo y dicharachero Eric Martin que se retiró del escenario por primera vez con otra arrolladora descarga como fue “Addicted To The Rush” que acabó de pasarnos por encima mientras la coreábamos voz en grito.
Después de tanta energía en teoría era el momento para la elegancia más relajada de la mano de Bobby Kimball con sus clásicos inmortales de Toto, unos temas con los que Mr. Denander se siente plenamente identificado moviéndose como pez en el agua interpretándolos, demasiado por momentos. El caso es que Kimball pareció contagiarse de la fogosidad de Martin y empezó algo acelerado y sobre todo bastante chillón algo fuera de tono en “Goodbye Girl”, algo que fue corrigiendo para ya sonar mucho más fino y equilibrado en esa maravilla hecha canción que es “Africa” y en la que el teclista hizo la segunda voz como suele hacerlo habitualmente David Paich, con oficio pero sin la pasión de este.
Por su parte Denander sació su sed de divismo alargando en exceso si final del tema con un solo muy técnico y elegante pero algo fuera de lugar para el momento tan dinámico y el entorno tan festivo en el que estábamos, recuperando el pulso con una canción como “White Sister” que sin ser de las más conocidas de Toto sonó espectacular con su vena más rockera, para terminar el primer tramo de su actuación con la siempre embaucadora “Rosanna” en la que volvió a lucir la figura del teclista.
Volvía la pareja Martin-Catley repitiendo puesta en escena y formato acústico para dejarnos una deliciosa “To Be With You” para la que Jeff Scott Soto apareció a modo de pipa para entregarle la acústica a Eric y que contó con la complicidad absoluta del público que a esas alturas estaba disfrutando una barbaridad, aumentando la temperatura con otra enorme “Since You’ve Been Gone” de Rainbow con la vuelta de Bonnet comandando las operaciones pero con Martin y Soto sin abandonar el escenario acompañando ya hasta el final.
Un cierre definitivo que vino como era previsible con uno de los temas más grandes de la historia como es “Hold The Line” de nuevo con Kimball al frente y que a pesar del pequeño caos que se montó en escena con todos los participantes juntos resultó absolutamente genial e inolvidable, no ocurriéndoseme mejor manera para despedir esta edición 2013 del Firefest.
Una edición a la que pusieron broche de oro los integrantes de la organización agradeciendo su asistencia al público pancarta en mano, y loando la figura de una de las almas del Firefest, Kieran Dragan (no hubiera estado de más que hubieran citado a otros de los máximos responsables como Bruce Mee o Phil Ascroft) que tuvo que salir a saludar y decir unas palabras mostrándose muy emocionado, reiterando que el próximo año 2014 será el último en el que se celebre, al menos según lo conocemos hasta ahora.
De momento nos quedamos con el recuerdo de este de 2013 y esperamos ya con ganas el anuncio del cartel del próximo año para lo que no tendremos que esperar demasiado, seguramente a primeros de diciembre ya estará todo confirmado y en cuanto así sea os lo haremos saber.
Long Live Firefest!!!
Mariano Palomo

Agradecimientos

Organización y promotores del Firefest por su generosidad y confianza, en especial a Bruce Mee. A todos los amigos que fuimos y compartimos experiencias, y sobre todo a Mariano, el Gran Blogmaster, Tour Manager, amigo y compañero de tantas batallas. Tú sí que eres el puto amo.
Jesús “Nono” García”

Me sumo a los agradecimientos de mi amigo Jesús “Nono” García, que siempre está cuando tiene que estar, incluyéndole a él en los míos junto a todos los citados, dentro de los que me gustaría resaltar la presencia de nuestra amiga y compañera en "La Ciudad Sin Nombre" Ana Ouro que volvía a Nottingham unos cuantos años después para disfrutar de nuevo de esta fantástica cita sabiendo estar como pocos. Por supuesto agradecer también a Isabel Loeches sus impagables gestiones, a Jesús Romero, Juanma Santos Merchán y Justi Severo por cedernos algunas de sus fotos para ilustrar esta crónica junto a las nuestras, y en definitiva a todos los que nos juntamos por ser como sois. El año que viene más y mejor.
Mariano Palomo