martes, 13 de junio de 2017

FOREIGNER


10 de junio 2017. Sala La Riviera

Justo ocho años después, en la misma sala de la ribera del Manzanares, volvía a visitarnos una de las bandas más grandes de la historia del rock, FOREIGNER. Hasta aquí todo igual, pero afortunadamente hubo cosas que se mejoraron respecto aquella cita de 2009, aunque también hubo otras que nos dejaron un poco a medias.

Empezando por lo más positivo, sin duda el llenazo que registraba la sala como hacía tiempo que no recordaba, con un público más allá del habitual de los conciertos de rock melódico, haciendo que esta vez ni el calor sofocante ni las vacaciones prematuras de algunos fueran obstáculo para que se lograra el Sold Out semanas antes del show. Un ambiente magnífico con una concurrencia entregada desde el primer al último segundo disfrutando de un sonido prácticamente inmejorable y participando ampliamente a la hora de acompañar los temas del grupo.

Y aquí, en la elección de los temas, pudimos compartir más de una opinión que echaba en falta alguno fuera de los habituales, venían celebrando el cuarenta aniversario de la banda y podía esperarse alguna sorpresa, me hubiera gustado que hubieran incluido algo de su última etapa o del incomprensiblemente ignorado “Mr. Moonlight” (1994) último disco que grabaron con Lou Gramm, aparte de otro clasicazo como “Say You Will” que en este caso no tuvieron a bien interpretar, aunque hubiera sido en acústico como en su anterior visita seguro que nos hubiera vuelto a saber a gloria.

Bien podían haber caído alguno de esos temas en lugar de los diez minutos de solos de teclados y batería, bastante dinámicos por otra parte, pero que no se acabaron de entender demasiado más allá de para dar descanso al veterano fundador de la banda Mr. Mick Jones, y es que setenta y dos años son muchos años y por muy buen aspecto y por muchas ganas que se pongan el físico tiene un límite.

El set en sí evidentemente estuvo plagado de hits absolutos de la discografía del grupo, siendo interpretados con el gusto y elegancia que solo ellos saben hacerlo por lo que poco lugar a la queja puede quedar, eso sí, en esta ocasión algo rebajados de tono y velocidad sobre todo partir del segundo tercio del concierto. Un concierto que empezó a saco con la magnífica “Doble Vision”, con todo sonando perfecto, en su sitio, sin estridencias, con un Kelly Hansen enrome como frontman fantásticamente acompañado a los coros por el incansable Jeff Pilson haciendo virguerías con su bajo, y por los no menos brillantes guitarristas Tom Gimbel mostrando su polivalencia, Bruce Watson perfectamente integrado ya en el engranaje del grupo, y el citado Jones, sin olvidarnos del divertido teclista Michael Bluestein y del batería Chris Frazier (ex Alice Cooper, Steve Vai) que estuvo soberbio.

Casi sin respiro enlazaron con una pletórica “Head Games” con Hansen acompañando con la pandereta por primera vez provocando los primeros palmeos de un público que se acabó de entregar con la primeras notas de ese monumento a las armonías vocales que es “Cold As Ice”, sencillamente gloriosa con el vocalista ex de Hurricane bajando al foso para saludar al público mientras seguía cantando y con Jones al teclado al igual que en la preciosa “Waiting For A Girl  Like You” que sonó espectacular, y en una versión ligeramente decelerada de “That Was Yesterday”.

Recuperaron velocidad con la enérgica “Dirty White Boy” tras la pertinente charla de Kelly preguntando si había alguna chica mala en la sala, por la respuesta obtenida parece que no eran pocas. Vacilando con las maracas, provocando, moviéndose, show en estado puro respaldando otro gran tema en el que el respetable seguía cantando y participando como en la entrañable “Feels Like The First Time”, otra de las que me pareció más pausada que en otras ocasiones, antes de llegar a uno de los momentos cumbres de la velada con Gimbel sacando a escena su saxo sin parar de moverse dejándose el aliento para una tremenda “Urgent” que hizo que a más de uno se le pusiera el vello de punta, además de por el aire acondicionado de La Riviera.

Aquí se cortó un poco el rollo cono los referidos solos de Bluestein y Frazier que no estuvieron mal pero que perfectamente podían haber cambiado por un par de temas como decía antes. Supieron enganchar después con una extendida versión de “Juke Box Hero” como suele ser habitual en sus conciertos con gran protagonismo del trío de guitarras pero en esta ocasión sin guiños ni referencias a bandas clásicas, llegando un grito sostenido de Hansen que parecía querer terminar de exhibir su enrome capacidad vocal.

Breve descanso y vuelta para los bises con Gimbel de nuevo dejando su magia con el saxo en una entretenida “Long Way From Home”, antes de llegar al single por excelencia del grupo, la balada de las baladas “I Want To Know What Love Is” que por muy manida que pueda resultar sigue sonando increíblemente bien transmitiendo un sentimiento enorme inmortalizado por un mar de móviles que no pararon de grabar durante su interpretación generosamente acompañada por el público que la cantó a capella en parte de su estribillo perfectamente guiados por Kelly.

Para el final volvieron al modo rockero con una divertida “Hot Blooded” con Hansen subido a una de las barras y poniendo un mini de cerveza mientras Pilson y Bluestein se cambiaban los papeles a mitad del tema haciéndose cargo el primero de los teclados y el segundo del bajo, rematando otra gran actuación en la que más para bien que para mal apenas hubo lugar a las sorpresas dejándonos un gratísimo sabor de boca. Mick Jones prometió que volverían el año que viene, esperemos que así sea y que, por pedir, a ser posible incluyan alguna novedad en su set (“White Lie”, “Rain”, “Can’t Slow Down”, “When It Comes To Love”). En cualquier caso les seguiremos recibiendo con los brazos abiertos.

Mariano Palomo