jueves, 24 de noviembre de 2011

‘77

20 de noviembre 2011. Sala Ritmo & Compás

No era el día más propicio del año, pero aun así prácticamente un centenar de fieles rockeros nos dimos cita este lluvioso domingo electoral para asistir a una nueva descarga de adrenalina a cargo de los barceloneses ’77 (Seventy Seven). El cuarteto encaberzado por los hermanos Valeta, Armand (voz y guitarra) y LG (giutarra), como siempre bien acompañados por Raw (bajo) y Dolphin (batería), volvieron a marcarse una enérgica actuación plena de garra y electricidad para presentarnos en directo su segunda entrega recién estrenada “High Decibels”.
Pero para empezar a sacudirnos tiraron de “Your Game Is Over” uno de los mejores temas de su debut discográfico que ya hizo que empezaramos a movernos sin remisión, con LG sin parar de menearse de lado a lado del angosto escenario de Ritmo & Compás como una fiera enjaulada ejecutando riffs y solos bien secundado por la solidez rítmica de Armand que irremisiblemente nos hacía recordar a Bon Scott tanto por su voz como por sus muecas.
Por su parte Dolphin aporreaba su sencilla batería como si le debiera dinero, y Raw castigaba a su bajo de forma rabiosa, tanto que rompió una de sus cuerdas casi nada más comenzar teniendo que cambiarlo por el de los madrileños Angeles que abrieron la velada y a los que apenas llegamos a tiempo para verles terminar su actuación.
“High Decibels” sonó al menos tan bien como en estudio y demostró por qué es un single claro coreado por el respetable a pesar de su poco recorrido en temporal hasta la fecha, al igual que la más bluessy “Let’s Bit It Up”, o la pegadiza “Ready For Rock n Roll”. Que sí, que se parecen mucho a AC/DC, pero bendito parecido cuando se hace así de bien.
Seguidamente tuvieron el detalle de reglarnos en directo “Things I Can Talk About” la cara b del single “High Decibels” publicado en vinilo que convenció por su pegada con un LG que definitivamente escapó de su limitado hábitat natural y bajó para mezclarse con el público por primera vez sin dejar de destripar notas y acordes desde su guitarra, y con Raw sacudiendo de nuevo su Rickenbacker blanco y negro con las cuatro cuerdas en su sitio, aunque no durarían mucho así, para atacar con la sensual dedicada a las féminas presentes “The Girl Is On Fire”.
Más cruda y dura, acorde a su temática, sonó “Melting In A Spoon”, tirando de sonido más agudo en la hard blues “Backdoor Man” con Armand cantando muy bien, para hacernos corear a los presentes a continuación con la contagiosa “Less Talk Let’s Rock” que fue recibida con júbilo por los fieles, y a partir de la cual el bajo de Raw se quedó con dos cuerdas hasta el final.
Tras un mínimo descanso regresaron con la extensa “Promised Land” que presentaron como la más especial de su último disco y en la que además de Armand cantaron también en su segundo tramo más autobiográfico y reivindicativo tanto LG como Raw, aunque a este último apenas se le escuchó, algo que no nos importó demasiado ya que el tema resultó muy bien en vivo.
El cierre definitivo lo puso la divertida y rotunda “Big Smoker Pig”, de nuevo con LG bajando entre la concurrencia y tumbándose en el suelo, y a todo estó con Dolphin sacudiendo los tambores como un animal completamente sudado, al punto de acabar rajando uno de sus platos tras castigarlo sin piedad, y golpeando Raw su maltrecho bajo contra lo que quedaba de batería al más puro estilo The Who.
Final frenético y salvaje para una hora y cuarto de show que se nos hizo muy corta y que esperamos puedan ampliar, tanto en duración como en aforo, en próximas visitas a nuestra capital en una fecha más adecuada porque los chicos realmente se lo merecen y son de lo más entretenido que se puede ver en directo.
Mariano Palomo

martes, 22 de noviembre de 2011

PAUL DI´ANNO / EVERDREAM / TUBULTO

6 de Noviembre de 2011. Sala Gruta 77

Menuda semanita. El miércoles, U.D.O., el sábado Obús y el festival Culebra Rock. Esto hacía presagiar un fracaso de público para Paul Di´Anno, encima siendo domingo. Pero ocurrió exactamente lo contrario. La sala se abarrotó para ver al ex-Iron Maiden.
Con el local ya medio lleno, a las 21:00 horas arrancaron los toledanos TUBULTO, que fueron una gran sorpresa para muchos, dado que en las entradas sólo aparecía Everdream como banda invitada. Lo suyo es un rock urbano made in spain, tipo Reincidentes o Porretas, por ejemplo, con letras de protesta pero con buenas dosis de simpatía y buen humor. Precisamente comenzaron con la canción que les da nombre, “Tubulto”, quizá la mejor de todas sus composiciones, continuando con “Chile”, “Tú No Escarmientas” y “Suerte”. Siguieron con una versión muy cañera del famoso “Pongamos Que Hablo De Madrid”, la instrumental “La Frontera”, “No Estoy Hecho Para El Rockanroll” y otra versión del “Flojos De Pantalón” de Rosendo, que fue recibida con gran regocijo. Fueron 40 minutos muy bien aprovechados en los que disfrutaron de un sonido casi perfecto, finalizando con “Olvido y Fracaso”.

Apenas 20 minutos más tarde aparecían EVERDREAM. Es curioso que al hacer el cambio de equipo sus predecesores dejaron parte de la batería, que también sería usada por la banda de Di´Anno. Resultó un poco surrealista ver a los dos grupos utilizando un bombo con el logotipo de los supuestos teloneros. Los Everdream supusieron un giro absoluto en lo musical con respecto a sus predecesores. Tienen aspiraciones internacionales, prueba de ello es que utilizan el inglés. Al ver que cantaba una chica con un vestido gótico no nos costó imaginarnos por dónde iban los tiros… y no nos equivocamos. Interpretaron nueve temas en 35 minutos, cuyos títulos ignoramos, porque la mayoría no los presentaron. Pero hubo dos bastante famosos, el “Kickstart My Heart” de Mötley Crüe, y el “Wherever I May Roam” de Metallica, que nos costó bastante reconocer y que fue el penúltimo del set. Al parecer acompañaron a Di´Anno en sus diez fechas por la geografía ibérica, una gira agotadora sin un solo día de descanso.

La salida de los cabezas de cartel se iba retrasando más y más. Después de media hora salieron a anunciar que el vocalista estaba enfermo de la garganta, agotado después de los nueve bolos anteriores, pero que haría todo lo posible por agradar al público. Y aún tuvimos que aguardar un cuarto de hora más. En realidad tampoco esperábamos un conciertazo, con todo lo que hemos oído sobre este tipo en los últimos tiempos. A la mayoría nos llevó a verle una mezcla de curiosidad y de ganas de disfrutar en directo de unos clásicos que los propios Iron Maiden han desterrado de su repertorio, con su reciente manía de centrar los shows en sus últimos trabajos. En la entrada se veía a Eddie, y el nombre del vocalista venía con letras idénticas a las del logotipo de su antigua banda, así que todos sabíamos bien lo que íbamos a encontrar. No se ha estrujado mucho dando nombre a su nueva trayectoria. Ni Battlezone, ni Praying Mantis, ni Killers ni narices. PAUL DI´ANNO y punto. Cuando por fin arrancó lo hizo con “Whratchild”, y pudimos ver que el pobre lo estaba pasando realmente mal. Pronto comprobamos que se había rodeado de músicos que interpretaban los temas de forma exactamente clavada a como lo hacen Harris y compañía. Cuando luego los presentó resultó que tenían nombres italianos. Tras “Prowler”, vino una composición propia, “Marshall Lock Jaw”. En varios momentos se disculpó por su estado vocal, y estuvo bebiendo alternativamente agua, cerveza y whisky en un desesperado intento de luchar contra un dolor de garganta que por sus gestos debía ser muy fuerte.
Las geniales y celebradas “Murders In The New Morgue” y “Charlot The Harlot” fueron seguidas por tres temas ajenos a la doncella, “Beast Arises”, “Children Of Madness” y “A Song For You”. Después de esto y de un solo de batería que le vino muy bien para recuperar sus exiguas fuerzas, el público se estaba enfriando, así que había que encauzar de nuevo la actuación con “Killers” y “Phantom Of The Opera”, en la que la gente alcanzó el delirio. Pero el gordinflón ya no daba más de sí, pudimos ver el ser list y había tenido que suprimir algún tema, “Remember Tomorrow”, por ejemplo. El Bis llegó con “Running Free”, y tras una muy socorrida “Transilvania” el final definitivo llegó con un sorprendente “Bliztkrieg Bop”, de Ramones. No llegó ni a la hora y cuarto, pero no nos fuimos insatisfechos. Aunque el estado vocal del antiguo Maiden era para llorar, en vez de suspender el concierto puso todo su esfuerzo, y eso también es de agradecer.
Nacho Jordán

OBUS

5 de Noviembre de 2011. Sala La Riviera

No estamos seguros de que OBUS pueda presumir de 30 años de trayectoria cuando todos sabemos que en los 90 se tiraron todo un lustro en el dique seco. Son muy poquitos los que pueden jactarse de haber aguantado tres décadas sin parar. Pero no íbamos a pensar mucho en ello. Se trataba de disfrutar de una gran fiesta, o al menos eso esperábamos.
Muy cerca del lleno total, y con sólo quince minutos de retraso, a las 20:45 horas empezó a sonar una intro que fue seguida de “Corre Mamón”, muy bien recibida por el respetable. Más fría fue la acogida de “Más Que Un Dios”, pero se recuperó el entusiasmo con “La Raya”. Posiblemente la letra más repulsiva de toda la historia de Obús, pero el público manda. En estos primeros momentos vemos a toda la banda muy motivada, con muchas ganas. De la profesionalidad de Paco y Fortu nada hay que decir. Fernando y Carlos, bajista y batería de la actual formación, cumplen perfectamente su cometido y aportan un punto extra de energía.
Con “Autopista” empezamos a ver algo que nos apena, y es que Fortu ha entrado en cuesta abajo como vocalista. Que nadie piense que ha dejado de ser un gran “frontman”, ni que no lo da todo en el escenario. En absoluto. Simplemente, ya no puede llegar a su propio nivel. Es una lástima que tenga que tirar de reverb para intentar disimular que ya es imposible seguir gritando como antes, y no fue la única ni la última vez a lo largo de la noche. Quizá otros cantantes que de jóvenes no han alardeado tanto de pulmones y de facultades vocales llevan mucho mejor el paso de los años. No es el caso de Fructuoso ni de sus antaño increíbles agudos.
Pero esto a la gente parece no importarle. La sucesión de clásicos que viene a continuación, fue quizá el mejor tramo del concierto: “Necesito Más”, “El Que Más”, “Pesadilla Nuclear”, “Dame Amor” y “Viviré”. Ahí es nada. “Juego Sucio”, en cambio, nos dejó un tanto descolocados, la interpretaron muy cambiada, casi irreconocible. Llega un momento de pausa, salen un violinista y un teclista, y Fortu aparece disfrazado con pinta de cabaretera y sombrero de copa. Se trata de la gran “Complaciente O Cruel”. A partir de aquí empiezan a desfilar los invitados. Con “Él Es Rock & Roll” salió Carlos Tarque, de MClan, y nos pareció muy bien, pero… ¿y Juan Luis? ¿No está este tema dedicado a él? Supusimos que él y Fernando saldrían más adelante. ¿Iban a perderse una ocasión así? Tras “Te Visitará La Muerte” y “Que Te Jodan”, es ahora Fito quien aparece, para ayudar en “Dinero, Dinero”.
En “Sólo Lo Hago En Mi Moto” Fortu, deja que cante el público en su lugar, quizá más de la cuenta. Con “Vamos Muy Bien” saltan al escenario Óscar Sancho, Silver, Julián de Siniestro Total, Brigi de Koma, y Yosi. El desmadre es total. Se recupera la seriedad con “Sin Dirección”, y en “Mal Rollo” intervienen los raperos Duo Kié que también participan en la versión en estudio. Con la nueva “Cállate” baja un poco la respuesta del público, que explota otra vez con “Prepárate”.
La cosa bien podría haber quedado aquí. Son casi dos horas, se ha representado toda la discografía del grupo excepto “Otra Vez En La Ruta”, y ya han sonado todos los grandes clásicos. Pero, a partir de este punto, el concierto se convierte en un sinsentido. Empiezan un instrumental machacón mientras presentan a los músicos actuales. Salen un chico y una chica a bailar en plan go-gó. Invitan a gente del público a subir al escenario. Van saliendo todos los invitados que han intervenido, y algunos más, como músicos de Guadaña y hasta la misma hija de Fortu. Esto que se lee en unos segundos, se prolonga durante casi media hora. Un espectáculo casi grotesco, ellos haciendo el indio mientras el público se aburre y da síntomas de impaciencia.
A esas alturas ya está bien claro que Juan Luis y Fernando no han venido. ¿Qué es lo que ha pasado? Otros que llevan 20 años poniéndose a parir han sabido volver a tocar juntos, por los fans, por dinero, o por las dos cosas. Y se suponía que la salida de los dos obuses originales había sido amistosa, pero no son capaces ni de acudir a un triste concierto. ¿Son ellos los que no han ido, o han sido Paco y Fortu quienes no les han invitado? Demasiadas preguntas, y muchas ganas de que este absurdo desparrame termine de una vez, y de volver a oír música, que es a lo hemos venido.
Cuando muchos nos estamos planteando marcharnos, viendo que alguno lo ha hecho ya, por fin acaba el disparate con “Esta Ronda La Paga Obús”. Confetti, globos gigantes, Glory de Guadaña cantando con Fortu… un fin de fiesta que habría estado muy bien si nos hubiéramos ahorrado los 25 minutos previos. Esperemos que en el DVD no metan toda esa castaña.
Texto: Nacho Jordán
Fotos: Marta Errea

miércoles, 2 de noviembre de 2011

BARÓN ROJO

22 de Octubre 2011. Palacio Vistalegre

La formación original de BARON ROJO presentó en Madrid su epílogo de la interminable gira de 30 aniversario, la cual, recordemos, tuvo su primera actuación antes de tiempo, en 2009, y ha terminado un poco pasada de fecha, más de dos años después. Podemos dar por seguro que volverá a haber más ocasiones, aunque lo más probable es que no sea el próximo año ni el que viene. En cierta medida, esta gira de reunión ha supuesto una relativa decepción por los pocos bolos que se llegaron a celebrar. Sin embargo, en Madrid se han desbordado todas las previsiones. Parecía un poco arriesgado pretender llenar la sala para más de 3000 personas que tiene el complejo de Vistalegre, pero tan masiva fue la venta de entradas que a última hora se tuvo que utilizar la misma plaza de toros con aforo reducido, para poder dar cabida a los más de 6000 asistentes. El propio Sherpa reconoció a mitad del concierto que hace unos años jamás se habría imaginado algo así ni en sus mejores sueños.
Un cuarto de hora antes del comienzo se emitió un trailer de la película documental con la historia del grupo que se está rodando en los últimos meses. Y dos minutos antes de las 20:30 los barones arrancaron con “Son Como Hormigas”, para continuar acto seguido “Los Desertores del Rock”. Al igual que en el resto de actuaciones de esta gira aniversario, se limitaron a todos los discos de estudio de la formación original, con la triste excepción de “Obstinato”, lo cual es una pena, y bastante difícil de entender, porque la banda actual con Rafa y Gorka sí suele tocar “Vampiros y Banqueros”. Por lo demás, el repertorio fue muy similar al de las actuaciones del pasado año, interpretando casi completos los tres primero trabajos, una buena porción de “En Un Lugar de La Marcha” y algunas muestras de los dos álbumes siguientes. La alternancia a las voces de Sherpa y Carlos, fue llevada casi a rajatabla. Al poder dosificar su rendimiento, los dos cantaron bastante bien. También Armando, inagotable como siempre, tuvo parte de protagonismo vocal, con “Hermano del Rock And Roll”, “Anda Suelto Satanás” y una de las grandes sorpresas de la noche, nada menos que “Chica de la Ciudad”, que quedó muy original con su voz y con el ritmo un poco cambiado que la imprimieron, casi parecía una marcha militar. En cuanto al montaje, como ya es costumbre detrás del escenario había una enorme pantalla en la que aparecían imágenes alusivas a las letras. De nuevo Sherpa solía ejercer de presentador de la mayoría de los temas. Para no ser menos que Carlos, el bajista ha perdido 14 kilos. Parece que no le ha dado tiempo a renovar el vestuario, porque llevaba una camiseta que le venía grande unas cuantas tallas. Al contrario que en Zaragoza en el 2009 y en el primero de La Riviera, esta vez no se percibía mucha complicidad entre José Luis y los hermanos De Castro. Suponemos que los meses de convivencia terminaron haciendo mella, aunque desde el punto de vista musical todos hicieron su parte con una profesionalidad impecable, muy especialmente Hermes, cuyo aguante tanto tiempo a los tambores a sus casi 60 años es sencillamente asombroso.
Quizá la parte más negativa de la actuación fue el sonido. Ya sabemos que no es un recinto muy adecuado para la música. A decir verdad, donde nos encontrábamos nosotros no se oía demasiado mal, pero a la salida muchos se quejaban y algunos estaban realmente cabreados. Sin embargo mientras duró la actuación el entusiasmo de la gente no se vio empañado por el desastre técnico. Precisamente en la que fue sin duda la canción mejor recibida de la noche, “Concierto para Ellos”, el público estaba tan volcado cantando que era imposible escuchar la voz de Sherpa. Así cualquiera puede con el mal sonido. Uno de los temas más inesperados del repertorio fue una vez más “Travesía Urbana”, que les quedó genial y fue muy aplaudida. Menos valoradas fueron “Señor Inspector”, que aunque la interpreta la formación actual era una oportunidad única de escucharla con la voz original, y “Mil Años Luz”, que fue recibida con inexplicable frialdad, quizá por ser la tercera balada tras “Hijos de Caín” y “Tierra de Nadie”. Tras el desfile de grandes clásicos, en los que no faltaron “Barón Rojo”, “Los Rockeros Van Al Infierno”, “Breakthoven” o “Caso Perdido”, por sólo citar algunos, la primera pausa llegó tras la siempre celebrada “Resistiré”.

Ya pasaban de dos horas y media de concierto, sabíamos perfectamente que el final llegaba sí o sí, y sólo esperábamos una o dos canciones más como mucho, que fueron “Las Flores del Mal” y, por supuesto, “Siempre Estás Allí”. ¿Eran lágrimas o sudor lo que se limpió Sherpa de los ojos a lo largo de este himno? Sólo él lo sabe. Ahora sí que estábamos seguros de que había terminado, hasta se encendieron las luces y todo.
Pero aún no había llegado la hora límite, fijada por la sala a las 23:30, así que, cuando ya enfilábamos la salida, y ni los mismos barones se lo esperaban, se apagó de nuevo la iluminación y pudieron regalarnos una sorpresa final apurando los últimos minutos, primero con “Casi Me Mato”, y como no sabían muy bien cómo acabar, tiraron por la calle de en medio con las famosas “Czardas”. En total fueron tres horas exactas, casi milimetradas.

Para la mayoría todo terminó allí, pero para los que se gastaron los cuartos en las entradas VIP y para la propia banda, la historia estaba lejos de terminar. Dichos asistentes tenían derecho a acceder al backstage, y en la parte posterior del palacio se montó una enorme cola de fans dispuestos a disfrutar de firmas y fotos con los barones. Sin duda fue una noche agotadora para los músicos de Barón Rojo. Pero una ocasión así bien lo merecía.
Nacho Jordán