martes, 22 de noviembre de 2011

PAUL DI´ANNO / EVERDREAM / TUBULTO

6 de Noviembre de 2011. Sala Gruta 77

Menuda semanita. El miércoles, U.D.O., el sábado Obús y el festival Culebra Rock. Esto hacía presagiar un fracaso de público para Paul Di´Anno, encima siendo domingo. Pero ocurrió exactamente lo contrario. La sala se abarrotó para ver al ex-Iron Maiden.
Con el local ya medio lleno, a las 21:00 horas arrancaron los toledanos TUBULTO, que fueron una gran sorpresa para muchos, dado que en las entradas sólo aparecía Everdream como banda invitada. Lo suyo es un rock urbano made in spain, tipo Reincidentes o Porretas, por ejemplo, con letras de protesta pero con buenas dosis de simpatía y buen humor. Precisamente comenzaron con la canción que les da nombre, “Tubulto”, quizá la mejor de todas sus composiciones, continuando con “Chile”, “Tú No Escarmientas” y “Suerte”. Siguieron con una versión muy cañera del famoso “Pongamos Que Hablo De Madrid”, la instrumental “La Frontera”, “No Estoy Hecho Para El Rockanroll” y otra versión del “Flojos De Pantalón” de Rosendo, que fue recibida con gran regocijo. Fueron 40 minutos muy bien aprovechados en los que disfrutaron de un sonido casi perfecto, finalizando con “Olvido y Fracaso”.

Apenas 20 minutos más tarde aparecían EVERDREAM. Es curioso que al hacer el cambio de equipo sus predecesores dejaron parte de la batería, que también sería usada por la banda de Di´Anno. Resultó un poco surrealista ver a los dos grupos utilizando un bombo con el logotipo de los supuestos teloneros. Los Everdream supusieron un giro absoluto en lo musical con respecto a sus predecesores. Tienen aspiraciones internacionales, prueba de ello es que utilizan el inglés. Al ver que cantaba una chica con un vestido gótico no nos costó imaginarnos por dónde iban los tiros… y no nos equivocamos. Interpretaron nueve temas en 35 minutos, cuyos títulos ignoramos, porque la mayoría no los presentaron. Pero hubo dos bastante famosos, el “Kickstart My Heart” de Mötley Crüe, y el “Wherever I May Roam” de Metallica, que nos costó bastante reconocer y que fue el penúltimo del set. Al parecer acompañaron a Di´Anno en sus diez fechas por la geografía ibérica, una gira agotadora sin un solo día de descanso.

La salida de los cabezas de cartel se iba retrasando más y más. Después de media hora salieron a anunciar que el vocalista estaba enfermo de la garganta, agotado después de los nueve bolos anteriores, pero que haría todo lo posible por agradar al público. Y aún tuvimos que aguardar un cuarto de hora más. En realidad tampoco esperábamos un conciertazo, con todo lo que hemos oído sobre este tipo en los últimos tiempos. A la mayoría nos llevó a verle una mezcla de curiosidad y de ganas de disfrutar en directo de unos clásicos que los propios Iron Maiden han desterrado de su repertorio, con su reciente manía de centrar los shows en sus últimos trabajos. En la entrada se veía a Eddie, y el nombre del vocalista venía con letras idénticas a las del logotipo de su antigua banda, así que todos sabíamos bien lo que íbamos a encontrar. No se ha estrujado mucho dando nombre a su nueva trayectoria. Ni Battlezone, ni Praying Mantis, ni Killers ni narices. PAUL DI´ANNO y punto. Cuando por fin arrancó lo hizo con “Whratchild”, y pudimos ver que el pobre lo estaba pasando realmente mal. Pronto comprobamos que se había rodeado de músicos que interpretaban los temas de forma exactamente clavada a como lo hacen Harris y compañía. Cuando luego los presentó resultó que tenían nombres italianos. Tras “Prowler”, vino una composición propia, “Marshall Lock Jaw”. En varios momentos se disculpó por su estado vocal, y estuvo bebiendo alternativamente agua, cerveza y whisky en un desesperado intento de luchar contra un dolor de garganta que por sus gestos debía ser muy fuerte.
Las geniales y celebradas “Murders In The New Morgue” y “Charlot The Harlot” fueron seguidas por tres temas ajenos a la doncella, “Beast Arises”, “Children Of Madness” y “A Song For You”. Después de esto y de un solo de batería que le vino muy bien para recuperar sus exiguas fuerzas, el público se estaba enfriando, así que había que encauzar de nuevo la actuación con “Killers” y “Phantom Of The Opera”, en la que la gente alcanzó el delirio. Pero el gordinflón ya no daba más de sí, pudimos ver el ser list y había tenido que suprimir algún tema, “Remember Tomorrow”, por ejemplo. El Bis llegó con “Running Free”, y tras una muy socorrida “Transilvania” el final definitivo llegó con un sorprendente “Bliztkrieg Bop”, de Ramones. No llegó ni a la hora y cuarto, pero no nos fuimos insatisfechos. Aunque el estado vocal del antiguo Maiden era para llorar, en vez de suspender el concierto puso todo su esfuerzo, y eso también es de agradecer.
Nacho Jordán

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