martes, 5 de abril de 2016

THE VAL

1 de abril 2016. Sala Boite Live

Empieza a quedar lejos en el tiempo la primera aparición en vivo, concretamente en la extinta sala Ritmo y Compás una fría noche de diciembre de 2011, de una banda madrileña de rock melódico que bajo el nombre de The Val se reinventaba desde las cenizas de una formación ochentera llamada Yin Yang con buena parte de sus componentes volviendo a unirse para dar forma a una nueva aventura. Desde entonces su proyección no ha hecho más que crecer, consolidándose como uno de los nombres más importantes del género, con dos excelentes disco en el mercado y con un buen número de conciertos a sus espaldas tanto a nivel nacional como internacional.
En estos días se cumple el quinto aniversario de ese renacimiento, y se imponía celebrarlo como mejor saben hacerlo, con un concierto muy especial que además de por lo señalado de la fecha lo fue por la habitual calidad de la banda en directo y por el nivel de los invitados que se dieron cita en la céntrica sala capitalina. Comenzando por el trío que en formato acústico se encargó de abrir la velada y que, a modo de exquisito aperitivo, desgranó durante media hora algunos de los clásicos del hard y el A.O.R. con un excelente gusto.
El trío lo formaban la violinista Milena Brody (Spin Gospel), el guitarrista Antonio Pino (ex Ankhara) y el televisivo vocalista Erik Cruz (La Voz), que fue el que llevó la voz cantante, nunca mejor dicho, intentando animar a una todavía escasa audiencia que fue aumentando y enganchándose a medida que fueron cayendo los temas. Así comenzamos disfrutar con una sorpresiva “Until You Suffer Someone (Fire & Ice)” con un delicado toque soul recordando la etapa Kotzen de Poison en la que ya pudimos comprobar el tremendo nivel de Erik, bien acompañado en los coros por Milena y con Antonio en un registro mucho más tranquilo de lo que nos tenía acostumbrados.
Como bien indicaron para la siguiente no hacía falta presentación, “Forever” de Kiss que también sonó muy bien siendo coreada tímidamente por un público todavía algo adormecido, que empezó a desperezarse un poco con otra excelente “I Saw Red” de Warrant dedicada al desaparecido cantante del grupo americano Jani Lane, y que terminó de entrar en harina con una buenísima revisión de la enorme “Silent Lucidity” de Queensryche con unos preciosos adornos de violín de Milena.
Recuerdo para Coverdale, sin tener prácticamente nada que envidiarle a día de hoy por parte de Erik, con una estremecedora “Soldier of Fortune” y con una menos redonda para mi gusto “Is This Love”, antes de despedirse definitivamente, previo vacile con el público reiterando unos acordes que igual valen para U2 o Aerosmith, como para el himno A.O.R. por excelencia “Don’t Stop Believin’” que sonó en modo más relajado que el original de Journey pero con mucho encanto, suponiendo un perfecto cierre para una deliciosa y entretenida actuación.

Después de un descanso no demasiado largo, ya con una entrada más que aceptable y con total puntualidad, a las 23:00 h. tomaron las tablas de la Boite los protagonistas principales de la noche, THE VAL ,encabezados por el magnetismo y calidez que desprende la figura de su cantante Gabrielle De Val junto al elegante y electrizante guitarrista Alfonso Samos.
Ambos han sabido rodearse de unos músicos de un sobresaliente nivel técnico en lo que parece ya una formación más que asentada. Con Alex Morell al bajo, siempre eficaz desde los inicios del grupo formando una sólida y dinámica base rítmica con el rotundo Rubén Berengena a la batería, sustentando las melodías de Gaby, Alfonso, y del teclista Tony Ortega, que sustituyó el original David Erick Criado presente también entre el público de la sala, además de la inestimable participación como segunda voz y coros de María López que se ha convertido en poco menos que imprescindible para el sonido del grupo, al menos en directo.

Desde hacía unas semanas la banda se encargó de anunciar este concierto como una experiencia audiovisual, dando importancia a la puesta en escena y a las aportaciones videográficas, comenzando por la que dio apertura al show en la pantalla trasera de la sala recordando su último trabajo “Heading For The Surface” dando soporte visual la impactante “Wreckage of my Heart”, con ese ligero toque progresivo que completa una fantástica base melódica.
Todo estaba en su sitio, sonando nítido y potente, y con el habitual derroche de simpatía por parte de Gaby que continuó exhibiendo su clase no exenta de fuerza en la pacifista “Crusaders” igualmente acompañada por su vídeo y que ya se ha convertido en una de las favoritas de los fans del grupo a la vista de la respuesta obtenida cada vez que es interpretada en directo.

Subió la temperatura y el ritmo con “Wish You All The Best” siempre magnífica con la voz de María haciéndose notar, y con “Up To Where You Are”, en la que Alfonso metió más chicha a su guitarra dejándonos su fantástico solo, volviendo a relajarse un poco con la ya entrañable “A Kiss in a Dragon Night” que con ese aire de fábula medieval sigue siendo de las que más encanto desprende desde que la descubrimos en el primer disco del grupo “Back”, que volverían a rescatar más adelante.

Antes otra excelente “My Heart Is Beating” en onda más A.O.R. con unas cuidadas y poderosas armonías de la pareja de vocalistas acompañada también de otro apropiado vídeo, para bajar luego el pistón con la intimista “She’s Dumb and Blind” interpretada con una tremenda carga emotiva, al igual que la preciosa “Roses & Chains” que inevitablemente cada vez que la disfruto en directo o en disco hace que recuerde a Blackmore’s Night con su evocador aire celta. Pasado el ecuador del concierto llegó el momento más hard rockero con la siempre eficaz y pegadiza “Johnny’s Got a Red Car” equilibrándose con acierto y poderío teclas y guitarra haciéndonos corear con los brazos en alto.

Tras la descarga de adrenalina, momento para invitar a subir al escenario a un invitado especial, el gran José Carlos Molina que, flauta en ristre y junto a Milena de nuevo con su violín al hombro, se unió al grupo para desplegar una preciosa versión acústica de “Borderline”, sencillamente encantadora.
Cambio de tercio y de invitada, en este caso con Beatriz Rico, más conocida para el gran público por su faceta de actriz pero que ya lleva algún tiempo haciendo sus pinitos en la música, acompañando a Gaby en una especie de pelea de gatas en la movida “I Saw Him First”, teatralizada por ambas quedando bastante divertida.

Desde aquí hasta el final no bajo la intensidad con una tremenda “Stardust” llena de soul en su melodía vocal y de blues con una barbaridad de solo de guitarra de Alfonso que siguió mostrando su enorme calidad y sentimiento en la emocionante e imprescindible “The Unwritten Songs”.
Para cerrar por todo lo alto con la brillantísima “The Age Of The Sun” desprendiendo un positivismo y una fuerza que hizo que, presentación musicalizada mediante de los miembros del grupo, nos fuéramos a casa con una sonrisa en la boca después de casi hora y media de un gran show lleno de cariño, profesionalidad y calidad.
Muchas Felicidades por estos cinco años, y como dijo alguien, creo que fue Beatriz Rico, que sean cincuenta veces más, y que podamos seguir disfrutándolos juntos.


Mariano Palomo

No hay comentarios: